Un 25 de marzo de 1924, nació José Venturelli Eade, hijo de inmigrantes italianos, que desde temprana edad manifestó su interés por las artes a través de los talleres vespertinos de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, a los que asistió con tan solo 14 años. Con una trayectoria que abarcó desde 1940 hasta su fallecimiento en 1988, Venturelli dedicó su vida a la pintura ganando reconocimiento como un prolífico grabador y pintor de caballete. Sin embargo, sería su faceta de muralista lo que lo llevaría a ser conocido internacionalmente, desarrollando obras en Cuba, China y Suiza.
Así lo destaca Alicia Alarcón, Directora de la Fundación José Venturelli, quienes, a 100 años del nacimiento del artista, destacan el legado y visión de sus obras. “Rescata la identidad de cada uno de los lugares donde trabaja y además sus obras muestran en general una realidad social histórica. Él se refiere mucho a los contextos, a la gente y la tierra donde está (…) deja puesto en su obra la vida diaria de la clase trabajadora”, señala la también arquitecta de la Universidad de Chile.
Como hijo de un ingeniero italiano exiliado tras ser un partidario del socialismo, José Venturelli siguió las convicciones políticas de su padre a través de su adhesión y apoyo a los movimientos revolucionarios contra el fascismo en Sudamérica, al igual que muchos intelectuales de la época. Una acción que cómo señala Alarcón, lo enmarcan también como un activista y defensor de los derechos humanos.
“Él era una suerte de embajador artístico, ejerció una cierta diplomacia artística, por llamarlo de alguna manera. Entonces eso también es un aporte, porque él recoge toda esa cultura, esas identidades y la muestra en sus viajes en los distintos países. Entonces va creando una suerte de aportes y vínculos entre los países” afirma Alarcón.
Así también coincide Gonzalo Arqueros, académico del Departamento de Teoría de las Artes de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Al respecto el señala los logros diplomáticos que logró con distintos países como China. “Fue una persona que colaboró o contribuyó a la formación de las relaciones diplomáticas, culturales y políticas entre Chile y China en los años 50 principalmente, que fue el periodo en que viajó y se radicó en China y también vivió en Suiza” resalta el profesor Arqueros.
En Chile esta visión intercultural se manifiesta desde el inicio de su trabajo como artista, siendo ayudante en 1942 del artista mexicano David Alfaro Siqueiros en el mural Muerte al invasor, realizado en la Escuela México de Chillán como parte de una misión cultural entre Chile y México. También se encuentra el mural “Chile” para UNCTAD III en 1972, ubicado hoy en el Centro Cultural Gabriela Mistral. Sobre este último mural, la directora de la Fundación José Venturelli, aborda sus complejidades e iconicidad al lograr capturar visualmente Chile en un espacio de 2,24 metros de altura y 8,76 metro de largo.
“Esta construcción se hizo en un tiempo muy acotado y con la participación de profesionales, artistas y artesanos. Ahí hubo una curatoría de Martínez Bonati que fue incorporar a la parte arte lo que es la arquitectura. Entonces el mural que está ahí de José Venturelli muestra una parte de lo que es Chile (…) en el fondo muestra su geografía” describe Alicia Alarcón.
La reivindicación de su legado
Pese a ser en su momento un artista de renombre y una trayectoria internacional de más de 40 años, actualmente su figura resulta desconocida a nivel general. Así lo reconoce el académico Gonzalo Arqueros, quien señala como desde las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, esta posee dos grabados del artista.
“No es alguien que esté muy relevado, por lo menos en la documentación -que es una documentación muy secundaria- que yo revisé. Pero fue una persona que sin tener la visibilidad que uno supondría, obviamente su trabajo contribuyó con la universidad” aborda Arqueros. Uno de los ejemplos más claros se encuentra en la Casa Central de la Universidad de Chile, donde realizó en 1950 el mural "América, no invoco tu nombre en vano", siendo un homenaje a la institución que lo formó y que es exhibido actualmente en la Librería Universitaria del edificio patrimonial.
Es por ello que desde la propia Fundación José Venturelli, valoran el resurgimiento que ha tenido en el extranjero recientemente. “En China hay muchos eventos que se han hecho el 2016 y el año pasado que dignifican y ponen en valor su legado” señala su directora. Sin embargo, al mismo tiempo ven necesario realizar este ejercicio en su país natal. “En Chile nos ha costado un poco poner en valor la figura y la obra de José Venturelli. Esperamos que este año lo logremos” puntualiza Alarcón.