Contexto

 

Los Programas de Investigación Domeyko, reciente iniciativa de la Universidad de Chile impulsada por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, tienen plena coincidencia con las áreas temáticas propuestas por CONICYT de cara al VII Acuerdo Marco y con 5 de las 9 prioridades de investigación, desarrollo tecnológico y actividades de demostración establecidas por la Unión Europea para el período 2007-2013.

En dicho programa, se establecieron como prioridades de investigación aquellas áreas del conocimiento que más incidencia tiene hoy para el crecimiento y desarrollo de nuestras sociedades de aquí al próximo lustro. Temáticas como la Salud, la Alimentación, las Tecnologías de la Información y Comunicación, las nuevas Tecnologías de Producción, la Energía, el Medio Ambiente, el Transporte, las Ciencias Socioeconómicas y la Seguridad y el Espacio.

La Universidad de Chile acogió estas directrices con entusiasmo, desarrollando sus Programas de Investigación Domeyko desde una perspectiva país, abordando aquellas temáticas donde la investigación transversal, aplicada y seria urgía de una manera más inmediata.

En el caso de Chile, nuestro país ha experimentado un vigoroso y rápido proceso de desarrollo socioeconómico en forma permanente durante las últimas décadas, que le ha llevado a duplicar su producto nacional, elevar considerablemente sus niveles de ingreso y reducir significativamente los niveles de pobreza de la población. Sin embargo, existe consenso en que el país debe transitar por nuevas etapas de crecimiento que le otorguen sustentabilidad económica, social y ambiental; mayor equidad social y aseguren nuevas formas y prácticas democráticas en la adopción e implementación de las decisiones.

Durante los últimos años, ha resultado cada vez más evidente que, agotada una primera etapa de transformaciones sociales y económicas, es necesario diseñar e implementar nuevas acciones que consoliden los niveles alcanzados, pero que, esencialmente, demuestren capacidad de resolver los nuevos problemas que se han creado y aquellos que han permanecido invariables a pesar del proceso de crecimiento. Chile requiere, por ejemplo, de un incremento substancial en su oferta energética debido al crecimiento persistente de la demanda, pero se desconoce la real disponibilidad de fuentes alternativas, la existencia de programas de ahorro y los efectos específicos que implican las nuevas actividades económicas que se deberán instalar para poder mantener altas las tasas de inversión productiva.

El país está accediendo a numerosos y nuevos mercados que demandan especialmente las materias primas y productos alimenticios en los cuales muestra altos niveles de especialización: minería, agricultura, pesca, papel y celulosa. Se trata de actividades fuertemente dependientes de las variaciones del mercado internacional y que producen efectos adversos sobre el medio ambiente. La participación activa en los circuitos globales de comercio ha aumentado considerablemente los ingresos económicos, pero ello no ha ido acompañado de los pasos necesarios para formar parte de la sociedad del conocimiento, exhibir adecuados niveles de sustentabilidad y demostrar avances sustantivos en reducir las desigualdades sociales.

Si bien las políticas públicas que acompañado estos procesos de crecimiento y transformaciones pueden considerarse exitosas, es evidente que persisten antiguos cuellos de botella y de han generado nuevos obstáculos que deben ser diagnosticados con la mayor precisión y objetividad, así como se deben evaluar experiencias nacionales e internacionales destinadas a su solución, y proponer conjuntos articulados de acciones que propendan a su superación.

La Universidad de Chile debe asumir estas tareas en forma integrada y prioritaria por constituir la única institución pública con capacidad académica, diversidad, pluralidad y objetividad científica, que puede analizar y evaluar sistemáticamente los componentes de las situaciones y problemas. Al mismo tiempo, se trata de una institución que dispone de suficiente capacidad para convocar y provocar debates y diálogos entre los numerosos actores públicos, privados y comunitarios que han acumulado conocimientos y experiencias respecto a los desafíos del desarrollo nacional y cuanto a sus carencias y perspectivas de solución. Del mismo modo, dada su naturaleza, puede participar activamente en la discusión de las expectativas de desarrollo futuro, producir los conocimientos requeridos, sensibilizar a la sociedad nacional respecto a las acciones necesarias y formar los recursos humanos necesarios.

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