Trazabilidad

En la actualidad, la trazabilidad -capacidad de rastrear el recorrido de un alimento a través de la cadena alimentaria - es una necesidad para asegurar la tan necesaria inocuidad del producto. Determinar el origen geográfico de la materia prima acuícola es relevante para garantizar la seguridad alimentaria desde la producción, al permitir, en caso de eventuales problemas, el retiro inmediato del mercado de la partida en cuestión, sin dañar al sector completo. La trazabilidad a nivel físico (colocación de etiquetas en los productos) puede perderse y debe ser susceptible de verificar analizando el alimento mismo.

Una vez que se tiene un producto seguro en el mercado, se necesita captar la preferencia del cliente. Para esto, existen certificaciones de calidad tales como la Denominación de Origen y Denominación Específica, o la Indicación Geográfica Protegida. Un estudio de consumo realizado en España determinó que los alimentos con denominación de origen son mejor considerados por los consumidores.

Para exportar tanto a los Estados Unidos como a Europa, el Reglamento nº 2065/2001 de la Comisión Europea establece las disposiciones de aplicación en lo relativo a la información del consumidor en el sector de los productos de la pesca y de la acuicultura. Dicho reglamento, incluye la obligatoriedad de informar en la etiqueta sobre el nombre científico, el método de producción (acuicultura o pesca extractiva) y la zona de captura del producto de origen. Resulta indispensable contar con herramientas para verificar la trazabilidad física -a través de etiquetas- y aportar información en el caso de pérdida de éstas. Se propone buscar marcadores moleculares en la especie Mytilus galloprovincialis asociados a su origen geográfico.

 

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