Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración del Foro de Decanos de Agronomía del Mercosur, Chile y Bolivia.

(Transcripción)

Me corresponde a nombre de la Universidad de Chile, darles la bienvenida en esta Casa, una Casa más que centenaria dedicada por años a la investigación, a la reflexión, al aporte crítico a nuestra sociedad en distintas áreas. Hoy en el campo en que ustedes se desenvuelven y en el que nosotros también pretendemos hacer un aporte, hay retos muy importantes y creo que esta reunión debe ser un reflejo de la importancia de esos retos para nosotros.

Uno de ellos es la internacionalización de nuestras economías tremendamente abiertas, pero al mismo tiempo también tremendamente débiles en el contexto de nuestras competitividades internacionales y, en consecuencia, un reto para enfrentar ese esfuerzo en un área en que la competitividad muchas veces distorsionada, pero que generalmente apunta con resultados que a veces son de dudosa implicancia positiva de largo plazo para nuestros países. Pero al mismo tiempo los retos del desarrollo de un proceso que parece indetenible, hay que creer en aquello que postulan los economistas, y es que hoy día hay una gran movilidad de los bienes y de los servicios, una gran movilidad del capital, pero lo que viene es justamente una gran movilidad de trabajo como lo ha expresado el Señor Ministro. Hoy día tenemos que preparar nuestra infraestructura académica precisamente para enfrentar ese escenario, que vendrá más tarde o más temprano de una alta movilidad profesional desde y hacia cada uno de nuestros países. Hay un reto pues, en el área de la investigación y de la creación. Nuestros países en promedio emplean un porcentaje de su producto en investigación que es aproximadamente un tercio de aquel que emplean los países con los cuales queremos competir nosotros internacionalmente.

Es evidente que ahí hay un déficit, y es un déficit muy importante cuando se trata de economías que están abiertas y están en una situación por cierto de demostrar su productividad ante el resto del mundo. Nuestros países latinoamericanos aportan menos del 2% a la generación de conocimiento en el mundo y eso es una situación que también revela que nuestra inserción en esta economía internacionalizada es una inserción débil que probablemente lleva de alguna manera aquella vieja teoría, pero aún válida en gran medida, del deterioro permanente y sistemático de nuestros términos de intercambio; y es evidente que esa condición lleva a nuestros países a tener problemas sistemáticos, no sólo por su baja capacidad de crecimiento, sino también por sus crecientes problemas distributivos. Es claro, entonces, que mucho podemos hacer si fortalecemos el aparato de creación e investigación, porque hoy día la competencia en gran medida se da sobre la base de la incorporación de conocimientos en nuestra producción, y los esfuerzos que están haciendo nuestros países son muy importantes, porque son pasos destinados a incrementar el gasto necesario para hacer nuestras economías más competitivas y realmente productivas en el plano comparativo internacional.

Pero eso no es suficiente, está la otra dimensión que es un reto que a nosotros nos preocupa sustantivamente, que es el de reforzar la capacidad de generación de recursos humanos suficientes para poder hacer frente a este gran reto de incremento en productividad y de capacidad de generación de conocimientos con que nos enfrenta esta economía internacionalizada. Eso requiere cosas que probablemente nos deben llevar a pensar en un cambio en el enfoque formativo en mucha de nuestras disciplinas, tarea en la que por cierto nuestra Facultad de Ciencias Agronómicas que se encuentra envuelta, que es enfrentar la formación hoy día de un profesional en esa disciplina necesita también transversalizar el conocimiento hacia otras.

Hoy, más que formar jóvenes profesionales que son conocedores de métodos, de técnicas, de un conjunto de conocimientos, tenemos más bien que formar jóvenes profesionales que a la vez sean capaces de aprender sistemáticamente y de incorporar el conocimiento en el ejercicio permanente. Eso requiere, por lo tanto, enfocar la formación a nivel de pregrado de una manera distinta, pero sin lugar a dudas y como se ha dicho, fortalecer mucho más la educación de postgrado y de cuarto nivel y los esfuerzos que nuestros países están haciendo en eso son todavía pocos y discutibles. Aquí es necesario un mayor compromiso del Estado con una tarea que es una responsabilidad de él primero que nada, y en segundo lugar una responsabilidad consecuente de las universidades. Es natural y es evidente que esto también es una responsabilidad de la empresa privada, sobre todo que en promedio en nuestros países participan no más de un 20% en el gasto total que se realiza en formación universitaria y en investigación.

Es evidente que hay muchos retos que enfrentan nuestras economías para poder enfrentar ese mundo apropiadamente y no pasar a ser en ese mundo internacionalizado economías de segunda clase. Nosotros vemos, desde esta Casa, que hay una responsabilidad enorme para las universidades, y esa tiene que ver con las tareas que ustedes ya han acometido; las tareas de acreditación, pero creo que hay un salto muy importante también que dar en las tareas de colaboración. Nosotros hemos recibido un mandato del Presidente de la República para poder tener más colaboración a nivel de la región, porque tenemos que ser capaces de crear equipos de investigación mucho más fuertes, mucho más numerosos combinando nuestros recursos y no tratando muchas veces de simular una competencia que en realidad lo único que hace es desgastarnos. Creo que ahí hay un esfuerzo muy importante que hacer en todas las áreas y pienso que esta debiera ser una de las áreas prioritarias. Si logramos combinar los esfuerzos que todos estamos haciendo en materia de investigación, de inversión en infraestructura y de desarrollo de recursos humanos para producir más postgraduados y empujar todo este proceso de acreditación que está caminando y hacer un cambio en el enfoque del pregrado, haremos un aporte tremendamente significativo a este enfoque de región sobre el problema de la integración.

Los teóricos de la globalización nos dicen que ésta ya no es un problema de países sino un problema de regiones; y creo que nosotros tenemos que prepararnos para enfrentar como regiones ese gran reto, porque sólo como región podremos enfrentar una situación que evidentemente es mucho más masiva, más preponderante y en cierta medida, es mucho más invasiva respecto al tamaño relativo de cada una de nuestras economías. De manera que nosotros vemos con muchas esperanzas que en este tipo de reuniones -y particularmente ésta que está en el centro de nuestras preocupaciones como país por lo que ustedes representan, por el tipo de disciplina que se cultiva y por la importancia que eso tiene para nuestros resultados económicos y sociales- salgan acuerdos que potencien esta gran tendencia que debemos desarrollar a la colaboración, al desarrollo de programas conjuntos, a usar adecuadamente nuestros recursos para poder ser entonces interlocutores válidos con el norte industrial en una economía que se globaliza y tener la oportunidad de incluirnos en un mundo de globalización y de integración económica; pero con mayores posibilidades para también enfrentar aquella economía mundial con plena movilidad del trabajo entre los países. En definitiva, poder decirle a las generaciones venideras de que hemos sido capaces de enfrentar un reto tremendo en la parte económica, en la parte política, pero que ha tenido resultados importantes y positivos para nosotros desde el punto de vista de la sostenibilidad de nuestro crecimiento y de la mejoría en nuestros estándares distributivos.

Por tanto, pienso que no es menor la materia que se va a discutir acá, he sido informado por nuestra Facultad de Ciencias Agronómicas de cuales son las grandes perspectivas que se empiezan a abrir con estos trabajos y que ya han empezado a dar frutos, pero quiero hacer un llamado a acelerar ese trabajo. Creo que de esta disciplina en particular debe surgir una señal muy clara también para las demás en el sentido de que la colaboración académica es la base sustantiva para el crecimiento y la mayor preponderancia de nuestra actividad en el desarrollo universitario como colaborador del desarrollo nacional.

Deseo que estas deliberaciones, que este trabajo que ustedes llevarán adelante se haga con el mayor propósito de integración y colaboración. Nuestras puertas están abiertas, les doy la bienvenida con mucho cariño y con mucha satisfacción y que éste sea un buen ejemplo para muchas otras disciplinas que necesitan también cultivar esta mentalidad regional y poder tener mayor éxito en el mundo que se nos viene.

Muchas gracias.

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