Seminario de Rectores: Ues. Públicas, la estrategia para corregir la desigualdad en América Latina

Ues. Públicas, la estrategia para corregir la desigualdad social
Universidades Estatales: encrucijadas y debates del Siglo XXI
Universidades Estatales: encrucijadas y debates del Siglo XXI
El Rector de la U. de Buenos Aires, Rubén Hallu.
El Rector de la U. de Buenos Aires, Rubén Hallu.
Rector de la U. Autónoma de México, José Narro Robles.
Rector de la U. Autónoma de México, José Narro Robles.
El Rector Víctor Pérez participó como moderador.
El Rector Víctor Pérez participó como moderador.

En el marco de las conmemoraciones del Aniversario 170 de la Universiad de Chile, esta Casa de Estudios organizó el pasado 16 de noviembre un encuentro de connotados exponentes del "sentido más profundo de lo que es la educación pública". Así los presentó el Rector Pérez Vera en el Salón de Honor del edificio patrimonial de Casa Central, oportunidad en que el profesor Ángel Gabilondo participó a través de video conferencia.

La conversación de los distinguidos académicos analizó cómo el contexto actual de la globalización y el neoliberalismo desafía e interroga a las universidades estatales respecto de su rol en una sociedad mundializada y crecientemente privatizadora.

Rector Rubén Hallú: "La Universidad Pública: Un contrapoder frente a la globalización"

"En el mundo de hoy, financieramente globalizado, con representaciones debilitadas y con sus discursos tecnológicos y presupuestarios, cada vez más nos hacen ver que  la universidad pública no es una opción, es una necesidad. Y me atrevo a sostener que es el contrapoder -por excelencia- con que cuenta la sociedad civil, los pueblos y la democracia".

Con estas palabras comenzó el Rector de la Universidad de Buenos Aires su presentación, precisando que no hablaba metafóricamente. "El boomerang de los rasgos más lucrativos de la globalización: la especulación, las burbujas financieras e inmobiliarias, el imperio armamentista, el cambio climático, el derroche de energía, el despotismo con que  se maneja control de los alimentos, la superespecialización técnica y las competencias médicas, la precarización del empleo,  el resurgimiento del fascismo y la xenofobia  -uno de los regreso más vergonzoso de la historia humana- están llevando a la globalización a un punto de ineficiencia, donde la acción privatizadora ha avanzado por encima de la decisión de los Estados", planteó.

En este sentido, el Rector Hallú puso el foco en la urgencia de desarrollar una sociedad del conocimiento, con una sociedad comprometida con objetivos que nos aúnen, pero advirtió que esta meta está en peligro si obviamos las instituciones de educación superior públicas.

"El proyecto de la sociedad del conocimiento del que muchos nos sentimos partícipes y que se fue reforzando y respaldando por sucesivas declaraciones  de organismos internacionales, donde una pluralidad de enfoques académicos, conceptos pedagógicos y filiaciones políticas fuimos unánimemente a glorificar a la educación pública como un bien no transable, está amenazado".

"La educación superior es un bien público, social, es un derecho humano, universal, es un deber del Estado", enfatizó junto con precisar que es la base del desarrollo sustentable de los países de la región.

En este ámbito, el académico aclaró que las universidades privadas no estaban privadas de generar estos bienes públicos, pero que era en las universidades públicas donde las sociedad del conocimiento tiene su principal fortaleza

"Lo que decimos es que sin universidad pública no hay sociedad de conocimiento, no hay formación permanente, no hay investigación estratégica y transferencia de saberes a la sociedad ni a los Estados. No hay una agenda pública ni colectiva para la ciencia y la tecnología, no hay una evaluación a los modelos pedagógicos y como dije al principio no hay un contrapoder consolidado que le ponga frenos a los mecaderes en su intento de apropiación de los patrimonios de todos", enfatizó.

"La universidad pública no reemplaza los partidos políticos en su rol innegable de organizadores de la nación, no reemplaza a los tres poderes de la república ya que a estos le compete el debate y la asignación de recursos para que nuestra gestión sea eficiente y garantizar nuestra autonomía, no reemplaza el cuarto poder de la prensa, que debiera ser garante de la transparencia y de la circulación de la crítica".

 "Pero la universidad pública tiene la capacidad de convocar a todos los otros actores y construir la agenda común del mediano y largo plazo. Los proyectos estratégicos capaces de unir a quienes actúan como adversarios en la competencia de corto plazo y esto es lo que nos legitima para reclamar a los poderes del estado el financiamiento de nuestra actividad a la que consideramos como una inversión claramente rentable tanto en ciencia y tecnología aplicada, como términos de reproducción mejorada de ciclos educativos,  como en conceptos de consultoría, auditoría, para el desarrollo local, infraestructura y todos los demás sectores de la sociedad", defendió el Rector de la UBA junto con sostener que son las universidades públicas el único centro de producción y transmisión capaz de trabajar con el eje de la paz en todo su quehacer.

Debido que, a juicio del Rector Hallu  el modelo mercantilista actual ha generado una desvalorización de lo político, de lo público y sembrado un relato de ganadores y perdedores que domina los vínculos personales y colectivos, con un notorio deterioro del pensamiento crítico y de las habilidades de asociaciones colectivas, del trabajo colectivo y la comunicación efectiva, el académico planteó que el desafío es una batalla de largo aliento que trasciende el trabajo de las aulas.

Por ello, expuso que era imprescindible que  "las universidades públicas logren nuevos pactos con el sistema político y social. Cuando dijo sistema no quiero decir gobierno sino Estado, de modo que en el ámbito democrático las sociedades de esta región nos validen desde lo jurídico, desde ese rol último de la educación y la transferencia del saber", así lo han concluido en debate de claustros académicos de su país, explicó.

Rector José Narro Robles: América Latina cuenta con un gran bono demográfico que puede y debe ser capitalizado en la década del presente

La autoridad académica de la Universidad Autónoma de México expresó su total convicción de la importancia de las universidades públicas para el desarrollo de las sociedades. Especialmente en la región de Latinoamérica, sobre la cual expuso largamente sobre la gran desigualdad social que amenaza a nuestras naciones, que figuran en los primeros lugares en esta categoría en el mundo.

"Son estas instituciones el espacio construido por la sociedad para el cultivo del saber y la cultura, para la formación de profesionales, para el desarrollo de la ciencia, para garantizar la igualdad y transmitir las expresiones culturales de los pueblos, para el ejercicio de la vida intelectual y el conocimiento en todas sus expresiones. Hay que preservar y fortalecer estos espacios porque los servicios que prestan a la sociedad no pueden ser desarrollado por otras instituciones", opinó.

"Es en las universidad públicas donde se pueden crear y transmitir los valores que caracterizan a las sociedades democráticas(...) Éstas generan nuevo conocimiento y dan opciones a respuestas nacionales. Para que lo hagan cada vez mejor es necesario ampliar los instrumentos existentes para que toda  los sectores de la sociedad se beneficien de las capacidades que las universidades tienen", añadió.

"Por sus funciones académicas, aportaciones al progreso de nuestras sociedad no debemos permitir que las universidades. públicas sufran el prejuicios derivados de modelos regidos mundialmente por el culto al mercado y los valores pragmáticos, por modelos donde el valor de las personas dependen fundamentalmente del éxito alcanzado en términos materiales, en términos de acumulación de bienes y del capital", sentenció.

"No podemos aceptar que la lógica del mercado limite el crecimiento de las universidades públicas mientras se favorece la proliferación se sistemas privados y el fomento del lucro aunque con frecuencia no cuenten con la realidad necesaria para el desarrollo correcto de la academia. Menos podemos aceptar que la lógica del mercado tienda a descalificar a  las disciplinas académicas consideradas de baja productividad, en particular las humanidades, las artes y las ciencias sociales, pero también incluso la investigación básica. Es evidente que universidad no las debe hacer de lado, ya que son necesarias para el desarrollo en general de los países, del conocimiento y de la condición humana", manifestó.

"No debemos olvidar que las universidades,  sobre todo las de carácter públicas, tienen además responsabilidad con la sociedad con su estabilidad en el progreso, con la movilidad social e incluso con la vida democrática y colectiva". En este sentido, el Rector Narro detalló la situación de la desigualdad existente en nuestra región que comprende a más de 590 millones de habitantes, con una edad promedio de menos de 28 años.

"La desigualdad es un problema histórico y estructural en esta parte del mundo", precisó el académico y detalló que "la mayoría de los habitantes de América Latina son jóvenes si se compara con el promedio de 45 años en Japón, de 40 en Europa o de 37 de Estados Unidos. Cabe destacar que en nuestra región casi una quinta parte, cerca de 106 millones de personas son jóvenes de entre 15 y 24 años de edad. Por tanto, América Latina cuenta con un gran bono demográfico que puede y debe ser capitalizado en la década del presente. Si se pierde la oportunidad se convertirá en un terrible pagaré poblacional que complicará las oportunidades productivas y bienestar colectivas", advirtió.

"En este contexto social es en el que tienen que trabajar las instituciones de educación superior públicas. Sus retos son enormes cuando se tiene conciencia que una de las misiones de la educación superior es contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la colectividad.  El trabajo de las universidades públicas constituye uno de los mejores antídotos contra la desigualdad, por ello es importante pugnar porque cada vez un mayor número de jóvenes pueda acceder a ella, por eso debemos convencer a los gobernantes de que se incrementen los financiamientos públicos  destinados a la educación y a la investigación", planteó el Rector Robles .

"La educación es un bien público y los jóvenes nuestro futuro. Atendamos a la juventud ahora y no escatimemos en sus futuros que no es ni más ni menos que el futuro de nuestras sociedades", concluyó.

 

Ex Rector y ex Ministro de Educación, Ángel Gabilondo:

El actual académico de la Facultad de Filosofía  de la Universidad Autónoma de Madrid, coincidió plenamente con los dos expositores anteriores y dedicó parte de su presentación para relevar las responsabilidades de la comunidad universitaria en reposicionar a la educación pública, mas convocó a la sociedad entera a sumarse a este objetivo.

"Vivimos tiempos muy difíciles que precisan de deliberación y estudio. La comunidad universitaria tiene que ser no sólo un deposito de estudiantes sino un espacio que permita el desarrollo de proyectos individuales y colectivos,  un desafío personal y social del conocimiento para alcanzar la justicia".

"El compromiso social es parte del compromiso universitario y ser comprometido con la transformación social es también estar comprometidos con el desarrollo de la comunidad universitaria". Y para alcanzar esta transformación, añadió, "el conocimiento e información es el único camino", así como la transmisión del conocimiento a la sociedad para mejorar el bienestar.

En este sentido, el profesor Gabilondo fue enfático que la educación superior no puede limitarse a formar profesionales y entregar competencias para sobrevivir en el mercado laboral. Es importante, agregó, el cuidado de los principios, la convicción de mejorar el bienestar de la sociedad y acoger al otro.

"En tiempos difíciles y complejos como en los que estamos es preciso recomponer un nuevo pacto social basado en el conocimiento. Donde haya un problema social o un problema política ha de estar la investigación y el conocimiento, utilizar la estrategia de la universidad", manifestó.

Esa estrategia, precisó, debe ir de la mano con una internacionalización  que abra las puertas a "la movilidad, a la sana competitividad con excelencia, al compartir experiencias, pensamientos, iniciativas y entendimiento de futuro".

"Por eso es un verdadero placer que en estos momentos, distantes por sólo por un mar, compartamos este pensamiento y que comprendamos que la internalización no puede ser sólo declarativa, sino que es necesario abrir puertas y políticas nacionales que  amplíen el acceso a la enseñanza superior y promover la capacidad de la sociedad a responder ante un entorno competitivo".

"Creemos que la educación superior no es sólo la  mejor política social sino también económica.  Debemos tener el valor y la alegría de saber que la participación de toda la comunidad universidad es también el templo de iniciativa social y de innovación social. Que no vaya a ser que queramos comprometer a toda la sociedad y luego no seamos capaces de comprometernos en este proyecto", expresó.

"Necesitamos avanzar hacia una economía nueva y sostenible, y ahí el papel de la universidad es decisivo. La única posibilidad es que este modelo haga del conocimiento, de la educación y de la formación, los factores del progreso y desarrollo social", propuso alentando el desarrollo de "más educación de calidad para todos", pero advirtió que debe ir acompañada de una articulación social y política, así como de nuevas formas para escuchar las demandas de las personas.  "Una economía sin educación es una economía sin corazón", expresó.

"La dimensión social de la educación superior pública es formar ciudadanos activos y libres", añadió el académico junto con precisar que dicha libertad debe estar vinculada a la equidad y a la solidaridad, concluyó.