"Pueblo en fiesta":

Los festivos acordes de un Chile secreto

"Pueblo en fiesta": Los festivos acordes de un Chile secreto
Este disco, editado por el Centro de Documentación e Investigación Musical de la Facultad de Artes, fue producido con ayuda del Fondo para el Fomento de la Música Nacional.
Este disco, editado por el Centro de Documentación e Investigación Musical de la Facultad de Artes, fue producido con ayuda del Fondo para el Fomento de la Música Nacional.
Ignacio Ramos de Historia, Mariana León, de Antropología y Alex Geel, de Licenciatura en Arte con mención en Sonido, son parte del equipo creador del disco.
Ignacio Ramos de Historia, Mariana León, de Antropología y Alex Geel, de Licenciatura en Arte con mención en Sonido, son parte del equipo creador del disco.

La dulce y agrietada voz de Nemesio Terán, cultor de Parinacota, resuena tiernamente en una vieja cinta: "... ¿por qué llora el niño?, /por una manzana /que se le perdió. /Vamos a mi huerta /Yo le daré dos/ Una para el niño /y otra para ti".

Esta cinta de Terán, titulada "Entrada para el 24 de diciembre", fue grabada en 1969 en la localidad nortina y es una de las 31 canciones que componen "Pueblo en Fiesta. Músicas tradicionales de Chile", disco que recoge una pequeña muestra del trabajo de digitalización del Archivo de Música Tradicional Chilena (AMTCh) de la Facultad de Artes, realizado por un equipo interdisciplinario de estudiantes y egresados de la Universidad de Chile: Mariana León, de Antropología, Ignacio Ramos, de Historia, y Alex Geel y Jorge Véliz de Licenciatura en Arte con mención en Sonido, en colaboración con el encargado del Archivo, Rodrigo Torres.

El AMTCh contiene principalmente grabaciones en terreno a cultores y cantantes populares chilenos desde Arica a Chiloé. Diversos investigadores y colaboradores ilustres como Margot Loyola o Violeta Parra fueron alimentando el archivo, con cintas que registran entrevistas y canciones muchas veces anónimas que luego nutrieron el repertorio de varios grupos folklóricos nacionales.

Ese archivo, conservado en cintas Reel (un formato arcaico y descontinuado), fue digitalizado en cerca de un 50%. El disco comprende registros entre 1958 y 1984 y es una selección con fines de difusión. Se ordena en torno a tres ejes permeables entre sí: música religiosa, música profana y música étnica.

"Lo importante de lo que se digitalizó es que en general fueron trabajos en terreno, y es sumamente interesante para este tipo de música, porque se va donde vive el cultor, donde vive la persona, y en muchos casos (la grabación) está dentro de la misma fiesta, entonces el contexto y el uso social de la música es muy distinto al que se pueda presentar en un escenario formal", dice Mariana León.

Ignacio Ramos, en tanto, agrega: "Hay gente que hace folklore, que toma la música tradicional de distintas zonas, aunque no sea la suya, y la interpreta. Esto es distinto, es la tradición oral misma fotografiada por los investigadores en terreno. Los que tocan ahí no son músicos, son gente común y corriente que hace música".

El disco, financiado por el Consejo de Fomento a la Música, es sólo una muestra de un proyecto mucho más extenso que obtuvo un Fondo de Desarrollo Institucional (FDI) el 2005 y que superó todas las expectativas iniciales: partieron con la idea de digitalizar unas 70 cintas y finalmente traspasaron 230. Y quieren continuarlo.

"Como ya ahora tenemos este master digital, la idea es trabajar con ese master y hacerlo accesible. Para eso hay que trackearlo, documentarlo y hay que incorporarlo a la red de la facultad para que pueda ser consultado. La idea es que pueda quedar al acceso de cualquiera", afirma Alex Geel.

Mariana León, en tanto, concluye que "el patrimonio tiene que estar en un dispositivo que pueda ser utilizado, donde cualquier interesado tenga acceso a saber sobre la historia de nuestra música. No tiene sentido tener la información apilada para que la escuche una sola persona".