Con el comienzo de
la explotación de la minería aurífera en el sector sur de la Isla de Tierra
del Fuego a fines del siglo pasado, los contactos con los Yagán comenzaron
a ser cada vez más frecuentes. A ello, debemos adicionar la influencia
ejercida por los pescadores y loberos de diversas nacionalidades, que
se aventuraban por los canales australes en busca de presas de caza, ocurrida
desde antes del comienzo de la colonización de estos territorios.
En ambos casos, los
agentes de penetración de la sociedad dominante ejercieron sólo un rol
marginal en el cambio cultural posterior, acontecido en esta tradición
milenaria.
El abandono de la
lengua materna, como mecanismo de protección ante la discriminación fue,
y es empleada normalmente; pues la competencia exclusiva en la lengua
española permitió a los Yagán, pasar desapercibidos por los agentes de
penetración cultural.
En cuanto a las creencias,
la incorporación de la tradición anglicana modificó sustancialmente la
concepción indígena acerca del bien y el mal, realizándose el último
iaxaus
en 1941, para ser abandonada esta práctica definitivamente.
A fines de los sesenta,
por órdenes de las autoridades navales de Puerto Williams, los residentes
en Bahía Mejillones comenzaron a ser erradicados a Villla Ukika, distante
a 2 Km. de la citada base de la Armada. Ello, porque se pensó en la conveniencia
de acercar a esta población a los servicios que existían en la localidad,
tales como el Hospital, la Escuela y la Policía, por lo que de esta forma
la última familia abandona Mejillones en 1971.
Actualmente viven
alrededor de 70 personas descendientes de esta etnia en Puerto Williams,
y en su mayor parte subsisten en condiciones de pobreza. Igualmente, están
agrupados en torno a una Comunidad, que canaliza sus demandas e inquietudes.
Gracias al esfuerzo
de instituciones públicas y privadas, en los últimos años se ha comenzado
a saldar la inmensa deuda que la Sociedad Nacional tiene con este pueblo,
y aun cuando se han advertido los primeros resultados en el mejoramiento
de la calidad de vida de estas personas, y en lo relacionado a la recuperación
cultural, lo cierto es que recién hemos comenzado a recorrer el largo
camino hacia la dignificación del pueblo indígena más austral del mundo.
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