Infancia y Madurez

 

Las principales ceremonias practicadas por este pueblo fueron, sin duda, las de iniciación que tenían por objetivo presentar a los jóvenes ante el grupo, y prepararlos para el inicio de su vida adulta, de acuerdo a los roles que se esperaba que cumplieran dentro de la sociedad Yagán.

El …iaxaus (pronúnciese "chiajaus") fue una de las ceremonias de iniciación en la que participaban hombres y mujeres en período inicial de la pubertad. Para esta ceremonia se construía una vivienda especial, que albergara a los iniciados, los padrinos y quienes se encargaban de dirigir el chiajaus, es decir, los más adultos de cada familia.

Durante el chiajaus los participantes cantaban, sometían a pruebas y a lecciones éticas, a los iniciados. La duración de esta ceremonia era variable, y según algunas narraciones esta se realizaba cada cinco años aproximadamente.

También existe testimonio oral de Rosa Yagán, quién narra de esta manera la ceremonia:

"(...) estaba en la playa recogiendo piedras y mirando el agua cuando llegaron dos vigilantes todos pintados y cantando...

Cantando me llevaron. La casa de …iaxous estaba cerca de la misión. Era más grande que una ruca y de fuerza me hicieron entrar (...) tenían la cara, las manos y los pies pintados con barro blanco y negro. El rancho también estaba lindo, por dentro, con colores rojo, blanco y negro. Ellos cantaban, sentados. Esa noche dormía ahí mismo. Al otro día, tempranito, mis tías lejanas me hicieron levantar, y mi madrina de nacimiento... llegó al …iaxous para hacerme su trabajo.

Con un palito bien arreglado, con la punta plana, me pintó la cara con barro blanco y puso aceite de lobo encima para que dura, porque a todas partes debía ir pintada. El barro lo secaban al sol y lo desparramaban en la cara y el cuerpo frotándolo con las manos. También mezclaban sus pinturas con aceite o con agua o cocían imi, tierra roja, como tortillas en el fuego, usando alguna rama especial.

Mi madrina volvió todas las mañanas para pintarme.

También me pusieron un arwa en la cabeza, con las plumas de un pájaro blanco que siempre se ve en la playa. En …iaxous no pueden faltar ni ese adorno ni el bastón.

Durante el día tenía que estar al servicio de ellos: llevaba agua para la casa grande o iba con mi mamá al monte para buscar y bajar la leña que otros habían cortado.

Muchos días pasé en esa casa. Era como una escuela para civilizar: más que escuela, se puede decir". (Patricia Stambuk; Rosa Yagán, el último eslabón; Editorial Andrés Bello, Santiago 1986, pág 43-44)

El Kina constituyó otra de su ceremonia, donde sólo los hombres que hubiesen participado al menos dos veces en el …iaxaus, tenían derecho de asistir. Para esta ceremonia se construía lejos del campamento, una gran vivienda donde podían trabajar sin ser molestados o vistos.

Dentro de la organización de esta ceremonia había alguien que la dirigía, a su vez otro hombre que supervisara el desempeño del jefe de ceremonia para que no ocurran errores, y otro hombre encargado de vigilar para que nadie se acercara.

Durante el Kina, los hombres eran sometidos a pruebas como el control de su cuerpo mediante la adopción de posiciones corporales, muchas veces incómodas. Una vez logrado esto, se les sometía a un proceso de instrucción en trabajos manuales, construcción de armas, utensilios y técnicas de caza. De acuerdo a los antecedentes registrados por etnógrafos, los hombres debían pintar su cara y cuerpo, llevar tocados de plumas, mientras cantaban durante toda la ceremonia.

La muerte de algún miembro del grupo era informada a quien estuviera cerca del lugar del deceso mediante tres nubes de humo. Los que se encontraban cerca participaban de la ceremonia y luto, pintando sus cuerpos y solidarizando con la familia del difunto.

El tipo de pintura corporal dependía de la forma en cómo había fallecido. Por ejemplo, si la muerte fue provocada por una caída violenta desde un barranco, la cara es untada con carbón y pintada con tres rayas verticales blancas, completando con una raya transversal por encima de los ojos y nariz. A diferencia de lo anterior, ante la muerte por inanición, se pintaban la parte inferior del rostro mezclando color blanco y negro.

No sólo la pintura constituía parte del luto, sino también la actitud que se debía tener de acuerdo al tipo de muerte. Si una mujer perdía a un hijo (a), caminaba durante dos días, bebiendo sólo agua. Mientras tanto en el campamento, los restantes miembros del grupo pintaban sus cuerpos y cantaban.