ARQUEOLOGÍA DEL CANAL BEAGLE: SECUENCIAS Y PROCESOS CULTURALES EN AMBIENTES MARINOS DE LATITUDES ALTAS.

 

 

Carlos Ocampo E y Pilar Rivas H

PROYECTO FONDECYT 1980654

 

Los trabajos arqueológicos de prospección realizados hasta la fecha en la isla Navarino, provincia antártica chilena, en el marco de los Proyectos Fondecyt 0679-90 (1991-1993) y 1980654 (1998-2000), han permitido registrar para la costa de la isla Navarino la presencia de 523 sitios arqueológicos, 411 de los cuales se encuentran en la costa norte. Los 112 restantes se ubican en aquellos tramos prospectados de la costa Sur (Seno Grandi e islas inmediatas y Bahía Winhond) y Oeste (Canal Murray , Wulaia, Río Douglas, y Seno Ponsomby), los que aún no han sido sondeados ni fechados, por lo tanto, este trabajo hace referencia principalmente a la costa Norte de la isla.

El área prospectada abarca una franja de 1 km de ancho, desde la línea de costa hacia el interior o sur, desde las islas del Grupo Holger (NE) coordenada UTM 3.910.475 N/ 612.100 E hasta Puerto Navarino (NW) UTM: 3.913.800 N / 540.750 E y en ella se reconocen desde un punto de vista topográfico cuatro grandes tipos de planicies (Pino Ms.) que a una escala de resolución gruesa parecen relevantes para la comprensión del uso del espacio a lo largo de la historia de la ocupación humana de la isla, y que son la base que ha orientado la estratificación del universo de sitios en las sucesivas etapas del muestreo.

La mayor parte de los sitios arqueológicos detectados en la isla Navarino se caracterizan por una alta visibilidad derivada de su particular topografía, donde en torno a depresiones circulares se concentran anillos formados por montículos de concha perimetrales de alturas variables, alcanzando en algunos casos hasta 5 m de espesor. Estos conchales antrópicos generan un tipo de suelo cuyo (pH) favorece formaciones vegetacionales consistentes en un estrato herbáceo de fisonomía tipo pradera con flores blancas y amarillas de la familia Compositae y arbustos del tipo Berberis, destacando la ausencia de material cultural en superficie.

Del análisis de los 411 sitios arqueológicos inventariados en la costa Norte de se obtuvieron tendencias regionales que se proyectan como significativas para establecer la evolución en los patrones de asentamiento, la organización social, movilidad, base de recursos, entre otras, las que están siendo contrastadas ante el programa de dataciones y registros en la composición contextual de los sitios a sondearse durante los años de ejecución del proyecto. Entre éstas destacan una ocupación diferencial del espacio agrupada en tres sectores geográficos longitudinales de la costa Norte de la isla, de características ambientales similares, (el sector Noreste (Puerto Eugenia), el sector medio (Puerto Williams y Caleta Santa Rosa) y el sector Noroeste (Puerto Navarino)), que revelan una organización social logísticamente organizada cuyas tendencias culturales y económicas estarían correlacionadas a las condiciones biogeográficas y/o espacios de recursos diferenciales de los ecosistemas a los que se accede desde estos sectores.

Por otra parte, con el propósito de someter la base de datos a un análisis de diferenciación temporal, espacial y funcional en el ámbito tecnológico económico, se está llevando a cabo un programa de dataciones radiocarbónicas y de análisis contextuales del material cultural y sedimentológico recuperado de los sondajes sobre sobre aquellos sitios sorteados utilizando para ésto un diseñoprocedimiento bi-etápico de muestreo estadístico estratificado, sistemático,multietápico, en donde las sucesivas etapas del muestreo se diseñan sostenidas por la información obtenida en las etapas precedentes, produciendo un efecto de información tipo cascada (Judge, Ebert & Hitchcock 1979). aplicado a los 411 sitios. arqueológicos inventariados en la costa Norte de la Isla Navarino.

En la primera etapa se definieron dos estratos, de proporciones cuantitativas y cualitativas, considerablemente diferentes entre sí. El estrato I - sitios a una distancia menor a los 100 m de la línea costera, coincidentes con la terrazas marinas bajo los 25 m s.n.m cubiertas por praderas de cobertura arbustiva desde los límites de las playas de arenas y guijarros hasta el límite del bosque -y, el estrato II - sitios distantes de la línea de costa a más de 100 m y de cota sobre los 25 m s.n.m. en ambientes boscosos por lo general sobre terrazas acantiladas-.

Los resultados hasta ahora obtenidos nos revelan que, mientras, el estrato I está compuesto por ocupaciones de una gran diversidad temporal que abarcan, probablemente, desde las ocupaciones iniciales de la isla, documentadas para la costa sur en el 6 mil AP., el estrato II (5 muestras de tres sitios) concentra, exclusivamente, todas las ocupaciones hasta ahora fechadas en el intervalo del 1000 al 1200 DC. Junto a esto, los contextos materiales recuperados en estos sitios, en lugar de presentar especificidad funcional asociada al aprovechamiento del nicho boscoso, como esperábamos, nos evidencian ocupaciones características del borde costero, de baja profundidad estratigráfica (con sólo dos estratos naturales-culturales claramente identificados), y que no se extenderían en el tiempo más allá del intervalo de fechas señaladas. Esta coherencia temporal resulta significativa si tenemos en cuenta que estos 3 sitios corresponden al 15,78 % de los ubicados en el estrato II (sólo 19 sitios están emplazados en este estrato (4,6% del total)).

Al mismo tiempo, parece más que una mera coincidencia, la correspondencia temporal entre este intervalo de tiempo y el período de anomalía climática medieval, documentado en varias partes del mundo, en los distintos hemisferios, inclusive en la Patagonia (Lago Cardiel y Argentino) (Stine Scott 1994 Extreme and Persistent drought in California and Patagonia during medieval time. Nature Vol 369), el que obedecería a un fenómeno climático global, marcado, no sólo, por una severa y extrema aridez, sino que por cambios hidroclimáticos abruptos y extremos (Stine Scott 1994 Extreme and Persistent drought in California and Patagonia durin medieval time. Nature Vol 369), y de signos opuestos en diferentes regiones (Street-Perrott Alayne F 1994 Drowned trees record dry spells. Nature Vol 369.) especialmente en regiones diferenciadas por la latitud y altitud (Markgraf Vera 1989 Paleoclimates in Central and South America. Quaternary Science Review, vol 8 : 1-24).

Es decir, a nivel de hipótesis que es preciso contrastar con los análisis previstos, y frente a otras hipótesis como funcionalidad, demografía, entre otras, podríamos estar frente a una expresión local de este episodio climático global, con los efectos, que nos aporta el registro arqueológico, de un cambio en el uso del espacio y patrón de asentamiento por parte de las poblaciones locales, con un consecuente y significativo cambio del paisaje arqueológico en este tramo temporal. El análisis detallado del contexto arqueológico, tema en el que se trabaja, orientará, sin duda, las respuestas futuras.