VIAJE POR EL INFIERNO


 

En una silla de montar
Hice un viaje por el infierno.
En el primer círculo vi
Unas figuras recostadas
Contra unos sacos de trigo.
En el segundo círculo andaban
Unos hombres en bicicleta
Sin saber dónde detenerse
Pues las llamas se lo impedían.

En el tercer círculo vi
Una sola figura humana
Que parecía hermafrodita.

Esa figura sarmentosa
Daba de comer a unos cuervos.

Seguí trotando y galopando
Por espacio de varias horas
Hasta que llegué a una cabaña
En el interior de un bosque
Donde vivía una bruja.

Un perro me quiso morder.

En el círculo número cuatro
Vi un anciano de luengas barbas
Calvo como una sandía
Que construía un pequeño barco
En el interior de una botella.

Me dio una mirada afable.

En el círculo número cinco.
Vi unos jóvenes estudiantes
Jugando fútbol araucano
Con una pelota de trapo.
Hacía un frío salvaje.
Tuve que pasar la noche
En vela en un cementerio
Arrimado contra una tumba
Para no morirme de frío.

Al otro día continué
Mi viaje por unos cerros
Y vi por primera vez
Los esqueletos de los árboles
Incendiados por los turistas.

Sólo quedaban dos círculos.

En uno me vi yo mismo
Sentado a una mesa negra
Comiendo carne de pájaro:
Mi única compañía
Era una estufa a parafina.

En el círculo número siete
No vi absolutamente nada
Sólo oí ruidos extraños
Escuché unas risas espantosas
Y unos suspiros profundos
Que me perforaban el alma.

De Versos de salón (Santiago, Nascimento, 1962)


 

SISIB - Facultad de Filosofía y Humanidades - Universidad de Chile