nació en Santiago en 1970. En 1991 obtuvo el primer lugar en el concurso "Arthur Rimbaud". En 1992 fue publicado en la antología de ese concurso, titulada Poesía Menor (Santiago, Francisco Zegers Editor), un grupo de sus poemas, llamado Hotel Bristol. Durante 1993 es becario de la Fundación Pablo Neruda.


 

 

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HOTEL BRISTOL
DIETRICH
YO SOY UN LOCO ....
EL ARCOIRIS DEL MAL...
CREEIS QUE LA VIDA ESTÁ ESCRITA
AMOR Y DINAMITA

 

HOTEL BRISTOL

 

El yagán jamás llora y vi tus lágrimas rodar hasta por tus senos que jamás he visto y que quisiera ver antes de morir, darmes de mamar y darmes de vivir, sólo soledad y parras de vid, leche irracional. Ojo despiadado, la llorona, la aparición. Papas con ají y arrollao de chancho y chuchoca de trigo y una caña de ñachi y chupilca del diablo. Agarrados a ellos ¡ay! me quiero ir en la madrugada de aquel porvenir que no llega nunca y que nunca llegue porque si me voy vos te vais conmigo, como un recuerdo, como un sentimiento tierno más no poder contemplar mis ojos despiadados y besar mis labios y mi entendimiento llevarlas consigo las eternidades tus sensibles senos ¡¡ay !! mis damajuanas de leche fucsia e irracional. ... y para qué llorai, mi niña Yagán, no veis que la sangre se me recalienta ante la inminente ajusticiá de aquel viejo pillo que nos criaturizó.

... y que nos alza a su regazo, a su morada, a su madriguera, a la suit nupcial del Hotel Bristol.

 

 

DIETRICH

Sobre mi lecho de prostíbulo de sábanas de seda y raso rosadas y rojas, escribo, sobre mi lecho de patíbulos de los amores y los sufrimientos, sobre un nido de pulgas y gusanos y serpientes y óvulos y espermio, escribo, sobre mi lecho, sobre mi colchón de resortes vencidos. Sobre mi catre cantor, sobre el camastro de los dioses y las diosas y de los humanos perros y gatos y las cisnes y las águilas y las carroñas y las bailarinas de la luna, escribo. Sobre el lecho de las obreras enajenadas del amor o de las putas hermosas y junto a ellas y sus camadas y a sus crías y a sus muévedos, junto a ellas y sus raspajes y junto al feto de la paz, lactando de sus senos sagrados, escribo. Sobre el lecho de las princesas y las huachas, en el nido de la murciélaga y de la loica y de la miel y de la sangre, escribo, en el nido de Magdalena, entre sus sábanas y entre sus piernas, duermo, amo y escribo y profetizo el placer y profetizo la lujuria de mi carne y a ella la profetizo, de mi alma, de mis ojos, de mi mente y la lujuria de mis manos percibiendo tus senos o los senos de una cualesquiera ramera de mi ramera vida. Escribo, al mundo y al inmundo y a nadie a Dios y al Diablo y a nadie, sobre el lecho donde la vida copula y peca alegre y fornica feliz con la muerte y con nadie. Sobre el lecho donde la vida se masturba y donde la muerte se masturba con una cruz o con una vela encendida en la oscuridad o con una prótesis, donde el poetiso se masturba imaginando a su amada y a su odiada y a nadie, aquí escribo, en el nido, en el nido donde duerme mi niña desnuda. Aquí escribo como una musa y como una maja y como una puta y como la vampiresa de Dietrich ...

de Hotel Bristol

* * *

 

Yo soy un loco, un barro tocado. A mi me elevaron en el equinoccio de septiembre del año de 1969 y me quedé arriba. Yo quiero vivir en el siquiátrico toda mi vida. Por que ahí podré ensayar mis actos de los suicidios y mis danzas de apareamiento y mis mímicas de soledad y mi música de invocación a mis amantes. Ahí volver a ver la visión de mi amada orar desnuda en mi obscura imaginación, rodeada por las luciérnagas que me rodean mientras oro desnudo en su obscura imaginación. Por que soy mi belleza y su belleza son la misma visión. Ahí, cuando nos cierren acurrucaremos nuestros cuerpos y oraremos juntos y desnudos, los ancianos y las niñas, los depresivos y los antropozoomorfos, en adoración a la poesía de mierda que nos reunió en esos claustros en donde el aire brilla y es el silencio que brilla. Cuando nos priven de la luz y nos encierren y nos priven del rocío y del sereno y del veneno y hasta que hagan de nuestro amor violencias infinitas. Ahí, raparán mi cabellera de mujer descarriada y lloraré y caminaré dejando lágrimas, de la mano huesuda de mi amante, rapada por odio a su hermosura. Por odio a su fecundidad. Rapada, siempre la noche de luna llena, por que su cabellera crece según las fases de aquella actriz, que nos hace olvidar la miseria de los sanos y que enaltece nuestros cuerpos en la oscuridad y a nuestra esperanza de la muerte de la muerte y de la vida de la muerte y de la muerte de la vida y de la vida de la vida y de nuestro amor desesperado en la soledad de la esperanza. Por que esas noches de luna llena la cabellera roja de mi amante se transforma en llamas de fuego que crecen hasta su cintura y ondean sus rizos al danzar para mi y para las chiquillas rapadas que la contemplan danzar para ellas danzar por sí sola. Y sólo para que vengan las niñas sin temernos y sólo por la esperanza de verla entrar por el portón de nuestro aposento siquiátrico camposanto y de que traigan sus muñecas, para darles vida, darles un alma, un espíritu y nada más. Sólo para verlas danzar con sus ondeantes vestidos, a las niñas y peinarlas y despeinarías y hacer finas y muchas trenzas con sus cabellos y adornarlos con las flores fucsias de la bugambilia del jardín de mi siquiátrico. Y sólo para que alguna olvide su muñeca. Y sólo para que tú olvides tu muñeca, para coronarla con la diadema de las flores fuccias de la bugambilia y para mirarla, sólo para mirarla, en el patio del siquiátrico, oculta en el jardín, pero visible desde nuestras ventanas quebradas por los puños y trizadas por el grito agudo de alguna hermana que no puede concebir la violencia de sus sueños y que llora al amanecer, frente a la ventana, porque la muñeca que olvidaste ya no se encuentra en el jardín, porque los perros del siquiátrico la desgarraron y se la llevaron del jardín. Mi amada llora desgarrada. Volver a acurrucarnos desnudos y volver a negarnos a comer, comida de perros. Y coronar nuestros craneos rapados con las

               ... diademas de las flores fucsias. Yo sufrí de demencia precoz al escribir mi primera poesía. Yo nací con un mal que la ciencia no conoce, pero que cualquier perro quiltro de la calle lo percibe. Y que

... nadie jamás exorcisará.

Yo maté a la poesía, cuando yo tenía 17 años, maté a la
                                                            \ poesía, le puse 21
                    ... cuchilladas en el tórax.
                              En el jardín de mí siquiátrico.

MALAMOR

* * *

El arcoiris del mal vive en la garuga de los geiseres
y nada es hermoso.

La mar es mi hermana, es una niña abandonada por su madre
maldita en los ojos de mis ojos.

Las imágenes llegan a la velocidad de la luz desde lejanas
constelaciones y poblaciones obreras.

Llegan nítidas violáceas, sanguíneas fosforecentes, espejismos               de luna que amanece.

Nació hace siglos en tu vientre puntudo el diamante de mi vida
                   y las detonaciones
    de amor y dinamita pulverizaron en segundos a la eternidad y                                                                                              \ al tiempo.
             Somos nubes
diseminadas por los vientos en las profundidades invisibles e infinitas del aire.

         La muerte nos una...

AMOR Y DINAMITA
ATIMANID Y ROMA

* * *

Creeis que la vida está escrita
entonces, es que no habéis escuchado esto:
"La vida es el cuaderno de dibujo
de un niño demente"
Y esto :
"Las raíces más profundas de la evolución humana
son la demencia"
Y esto :
-"Hey, hey, ven. Quieres besarme, cruza la calle
Quieres tocarme, cruza la calle".
- Quién eres tú ...
-"Soy la niña, la que aparece en los callejones
y quita la razón.
La que se arrancó del siquiátrico"
-Tu rostro es hermoso, tu cuerpo es hermoso y tu vozSe parece a la del viento del barranco.
-"Ya, cállate, tómame la cintura, apártame y dame tus labios.
Aquí es más oscuro."
Y esto último:
"En su infancia nadie quizo jugar con el niño demente,
sólo una niña se acercó al anochecer
y al ver que no reía
le besó los labios muy suave, muy fugaz
y desapareció;
parecía una niña perdida por las calles
...y lo hizo sonreír.
Y siempre que recordaba el beso y la imagen
de la niña,
sonreía y nadie comprendía por qué sonreía."
Y todos creyeron que estaba loco
por su sonrisa de musaraña.

MUSARAÑA