“El proyecto nace a fines del año pasado como respuesta a necesidades bien prácticas en lo que a gestión respecta: con un compañero de la universidad, Matías Gaviola, y un artista que conocí durante una muestra de Sala de Carga en la que coincidimos exponiendo, Alejandro Abello, teníamos obra producida y afinidades en lo que a estética y temática respecta. Desde ahí nos sentíamos con la energía y deseos de exponer nuestros trabajos, pero con nula experiencia o conexiones que pudiésemos ocupar para ‘conseguirnos un lugar para exponer’”, recuerda Carlos Silva, licenciado en Artes mención Artes Plásticas que comenzó a trabajar en la elaboración de un proyecto expositivo para presentar en distintas galerías, deteniéndose a reflexionar en formas de pensar las obras y recordando, en ese contexto, “un apunte del último libro de Guillermo Machuca que se refería a la carencia de un ‘genius loci en Chile: un alma cultural del territorio’”, añade.
Para este artista, el concepto genius loci no sólo era interesante y debatible, sino que además “calzaba a la perfección con lo que estábamos trabajando: obras que desmantelaran la esencia cultural iconográfica chilena desde el objeto, lo que fue mutando en obras que remitían en un 80 por ciento al territorio artístico chileno”, cuenta Carlos Silva, quien pensó en la Sala Juan Egenau como espacio idóneo para exponer este proyecto, invitando a egresados y estudiantes de la licenciatura en Artes mención Artes Plásticas de la Universidad de Chile a sumarse a esta iniciativa. “El proyecto comenzó a tomar forma y a crecer. Y, en ese sentido, es necesario destacar la labor de Sebastián Moreno Triviño, egresado del taller de Nury González que ha sido un valor importante para el proyecto, además de nexo con otros artistas”, dice Carlos Silva.
Las exposiciones
Así, el genius loci se transformó en el eje de este proyecto curatorial, concepto cuya amplitud de interpretación “hace que las obras vayan estableciendo relaciones súper orgánicas y visuales. Con esto me refiero a que por interacción, puntos comunes o discordantes, se me hace súper fácil confeccionar una exhibición en la que las obras puedan agruparse en una muestra donde la idea de territorio se asocia a ‘lo artístico’ u otras donde se pueden establecer vínculos iconográficos o donde el cuerpo es tomado como el soporte territorial”, explica este artista, destacando el hecho de que, en ese sentido, esta iniciativa es “un ‘proceso curatorial’, una investigación visual, una suerte de marcha blanca constante donde hay más dudas o interés en plantear ‘problemáticas’ que en dar tesis certeras”.
A la fecha, el proyecto se ha traducido en la organización de tres exposiciones en torno a la temática propuesta, la primera de éstas inaugurada recientemente en Laverno Arte con obras de Adeline Cruz, Daniela Cortez, Lucas Giavelli y Felipe Rivas. “Se trata de obras que van desde óleos sobre tela y dibujos hasta collages y fotografías intervenidas con códigos QR”, dice Carlos Silva. Y agrega: “Pinturas hechas a base de imágenes de Google se exponen junto a pantallazos de youtube dibujados con lápiz sobre papel; una serie de pinturas de corazones funciona como parodia cruda de los cuadros del Sagrado Corazón, icono de la fe popular. En general, la exposición se mueve por la representación como espacio en conflicto, como territorio inestable, que remite a una ‘imagen otra’, obras sin referente conocido, filtradas. Quizás sea la muestra del ciclo que más se conecta con la idea de un genius loci ausente”.
Junto a esta muestra, que se podrá visitar hasta el próximo 24 de abril en ese espacio ubicado en la comuna de San Miguel, también se ha programado una exposición en septiembre, en la sala +18 de la Biblioteca de Santiago, y otra en noviembre, en la Sala Juan Egenau. Ambas muestras reunirán las obras que jóvenes artistas crearon a partir de la pregunta por el genius loci nacional, reflexión que hasta el momento se ha traducido principalmente en cuatro temáticas: “El medio artístico local con particular énfasis en sus fisuras, algo así como un territorio en disputa; desplazamientos de la iconografía (cultura pop); la arquitectura y el mobiliario urbano; y el cuerpo como territorio”, señala Carlos Silva respecto a lo que ha podido observar en el marco del desarrollo de este proyecto.
Convocatoria
En paralelo a estas exposiciones, también se está trabajando en una convocatoria que se dará a conocer públicamente este viernes 18 de abril. “Lo que puedo adelantar es que estará co-curada por Francisca Hola y Jaime San Martín, y lo que pretendemos es elaborar un proyecto serio donde mostrar cine experimental, videoclip de autor, video-performance y animación en un contexto ‘más contemplativo' y, aparte, hacer una exposición de video-instalación de tipo site-specific en una fábrica abandonada de Santa Rosa”, cuenta Carlos Silva sobre esta convocatoria que se publicará en el Facebook y en el Tumblr del proyecto