Investigador responsable de proyecto Fondecyt (2014-2016) sobre los discursos antropológicos y políticos referidos al mundo mapuche

FACSO-Dr. André Menard: "La etnia funciona como algo que quiere reemplazar a la categoría raza"

Menard:"La etnia funciona como algo que quiere reemplazar a la raza"
Prof. André Menard del Depto. de Antropología de la U. de Chile
Prof. André Menard del Depto. de Antropología de la U. de Chile
Prof. André Menard: "Es interesante estudiar lo mapuche como reducto, como fetiche, como reliquia de una identidad nacional asociada a una dimensión arqueológica fetichista y mágica"
Prof. André Menard: "Es interesante estudiar lo mapuche como reducto, como fetiche, como reliquia de una identidad nacional asociada a una dimensión arqueológica fetichista y mágica"
Salvador Allende con comunidades mapuche
Salvador Allende con comunidades mapuche
André Menard
El dictador Augusto Pinochet con comunidades mapuche
El dictador Augusto Pinochet con comunidades mapuche

Esta nueva investigación la desarrolla junto al académico de la Universidad Alberto Hurtado, Jorge Pavéz. El trabajo incluye entrevistas a diversos actores, entre ellos machi, dirigentes mapuche, personas que han vivido en zonas con influencia misional, escultores de chemamull y rehue, entre otros.

Anteriormente André Menard realizó una investigación sobre “La noción de raza en el discurso político mapuche y sobre lo mapuche en el siglo XX”, proyecto post-doctoral financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondecyt.

André Menard es antropólogo de la Universidad de Chile y Doctor en Sociología de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (Francia) y actualmente se desempeña como académico del Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales, FACSO. Sus principales áreas de estudio abarcan problemas relacionados a la historia y política en la sociedad mapuche, el tópico de la escritura en la conformación de los sujetos históricos y más recientemente los problemas relacionados con el cuerpo comprendido como campo de significaciones políticas. De ahí la focalización en tópicos que vinculan la pornografía con la antropología, centrándose especialmente en la noción de raza como categoría científica y política.

¿Por qué en 2010 decidiste trabajar sobre el fetiche?  

Fue por una razón circunstancial. Leí un libro publicado en 2009 de Bazin, un antropólogo francés que hace una lectura alucinante del fetiche, contraria a la teoría simbólica o negativa de éste, que me sirvió para el tema que estaba trabajando sobre el archivo, la política y el carisma. La pregunta era cómo realizar un trabajo de investigación en este ámbito.

¿Buscando quitar la carga negativa que tiene el fetiche?

Claro, pero no el sentido moral sino que en el sentido dialéctico, es decir habría un fetiche negativo en la medida que éste remite a otra cosa que a sí mismo, a eso se refiere con dualidad. Mi idea es plantear una lectura afirmativa del fetiche, pues de ahí proviene el problema del aura en Walter Benjamin, la autenticidad, el problema de la supervivencia, entonces hay muchos temas que no tratan directamente del fetiche pero repiten ese mismo problema de aquello que no representa o no simboliza, sino que incita a hacer cosas.

¿Qué diferencia tu investigación de otras investigaciones sobre lo mapuche?

Es un trabajo más crítico pues aborda la historia de los discursos sobre la religiosidad, la espiritualidad o la magia mapuche a través de una genealogía. Otra posible novedad es que la hipótesis articula tres momentos, comenzando el primero con el periodo de la conquista militar de la Araucanía en 1880, cuando el territorio mapuche es incorporado al Estado chileno que coincide con la aparición de los primeros textos mapuche,hasta la Segunda Guerra Mundial. En los tres niveles se aprecia que en el ámbito antropológico hay mucha teoría sobre el totemismo, la magia y el animismo, es decir el elemento energético funciona. Eso se ve también en los discursos emanados de las dirigencias como, por ejemplo, Manuel Aburto hablando de las fuerzas espirituales de la raza.

GENEALOGÍA MAPUCHE

Un elemento místico que resulta incómodo para la cultura occidental “blanca”…

Pareciera extraño pero antes no lo era tanto cuando estaban los fenómenos populistas carismáticos de Ibáñez del Campo y Alessandri. Luego, en un segundo momento, hay un quiebre a fines y después de la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual aparece el indigenismo como política de Estado en 1940, que es mucho más desarrollista. Las organizaciones mapuche comienzan a eclipsarse previo al gobierno de Allende, se introducen los partidos políticos chilenos, el actor étnico se transforma en campesino y es vinculado con el proceso de la Reforma Agraria, mientras que el movimiento mapuche se torna invisible y aparece como un movimiento campesino.

Por otra parte, en la antropología con su escuela estructuralista de alguna manera se rechaza toda esta dimensión energética o espiritual, tiende más bien a analizar formas de organización, estructuras semánticas y también de tipo económicas.

¿Teorías donde el sujeto importa poco?

Sí, el sujeto resulta ser un efecto de estas estructuras. Se trata más bien de una descripción de sujeto organizacional, lingüístico o económico donde hay una “desenergetización” del objeto que se preocupa más de cómo las personas producen o se organizan. Aproximadamente en la década de los 70’s, aparecen estudios de la cosmovisión y discursos neoanimistas que vuelven a “re-energetizar” y “espiritualizar” el análisis sobre lo mapuche, paralelo a un discurso que destaca el Consejo de Todas las Tierras y define al pueblo mapuche como autóctono y asociado a políticas multiculturales.

Dentro de los momentos históricos que se trabajan en la investigación ¿está considerado el gobierno de Salvador Allende?

No mucho. Su periodo hay que relacionarlo con el proceso anterior que fue la Reforma Agraria, ya que buena parte del movimiento mapuche se articula con ella y, a su vez, está muy vinculado con los partidos de izquierda hasta la Unidad Popular. Hay un acuerdo con el Presidente Allende quien promulgó una ley Indígena, sin embargo, sigue siendo una perspectiva muy campesinista de lo mapuche.

De la dictadura me interesa el problema más “afirmativo” de lo mapuche, ya que se creó algún tipo de indigenismo, y es que no hubo sólo negación de este pueblo sino que se produjo un cierto “araucanismo militar”. Algunas políticas de la época fueron apoyadas por la Dirección General de Deportes y Recreación (DIGEDER) que, por ejemplo, transformó la chueca en un deporte. Por otro lado, está la dimensión pinochetista de los discursos mapuche y eso tampoco ha sido muy trabajado.

También es interesante estudiar lo mapuche como reducto, como fetiche, como reliquia de una identidad nacional asociada a una dimensión arqueológica fetichista mágica sobre el problema del carisma. En parte, este trabajo pretende establecer cruces temáticos  entre las teorías antropológicas de la magia y los fenómenos políticos modernos – como el mencionado carisma o el populismo–  pues donde se habla de magia en los pueblos indígenas en realidad se trata de política.

Frecuentemente se discute sobre le pertinencia de utilizar el concepto de raza o etnia en el caso mapuche. A partir de tus estudios ¿cuál sería la diferencia entre lo racial y lo étnico?

Lo interesante de la raza es que remite a la idea de un cuerpo, pero más interesante aún es analizar qué idea de cuerpo trae consigo cuando se saca el sustrato que supone que todos los cuerpos están organizados, que comparten un mismo “organismo”. Así, se asume que hay un patrón natural que determina todos los cuerpos sin que uno pueda elegirlo o producirlo. Distinto a la noción de que el cuerpo no está predeterminado por la naturaleza, sino que se puede construir política e históricamente.

Un ejemplo es ver las fotos de caciques mapuche vestidos con chaquetas militares de soldados con quienes establecían alianzas, es posible apreciar que más allá de la ropa, esos indígenas ocultan un cuerpo biológicamente dado, de modo que la chaqueta está construyendo un cuerpo históricamente político. En cambio la etnia, después de la Segunda Guerra, funciona como algo que quiere reemplazar a la categoría de raza como marcador de diferencia humana, pero “desbiologizándola”. El problema es que puede quitarle el elemento de análisis biológico pero, en la práctica, la etnia termina remitiendo a la cultura o cosmovisión que funcionalmente ocupa el lugar que tenía la raza.