“Éramos un grupo de estudiantes de tercer año de la carrera y nos motivaba el tema de las energías renovables, cuando nos organizarnos más formalmente empezamos a postular a fondos, a juntarnos para elaborar proyectos, hasta que encontramos el Fondo FECH y el Fondo Azul, desde ese momento no hemos parado y hoy ya nos adjudicamos dos proyectos financiados por el Ministerio del Medio Ambiente para apoyar a la Comunidad Mapuche Francisco Huelate, de la localidad de Licauquén de Contulmo”, explica Rubén Méndez uno de los integrantes de la hoy conformada ONG EGEA (Emprendimiento y Generación de Energías Alternativas).
La ONG EGEA conformada por estudiantes y egresados de la Facultad de Ciencias Agronómicas, específicamente de la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales Renovables; cuenta con 6 personas de manera estable y muchos estudiantes de cursos menores que apoyan la labor de manera constante. Una iniciativa que busca expandir el conocimiento sobre la eficiencia energética y el fomento del uso de energías renovables en el país, comprometiéndose con el desarrollo sustentable.
Los que motiva a estos ingenieros en recursos naturales renovables de la Universidad de Chile es poder contribuir al desarrollo del país y a la equidad, por ello han concentrado sus esfuerzos fundamentalmente de los sectores más vulnerables y aislados.
“Hay que romper con la dinámica absoluta del estudio, de preocuparse sólo de ‘mi’ nota, para compartir el conocimiento e información que uno está adquiriendo y poder hacer que se transforme en un beneficio social. Finalmente, también es un beneficio para tu carrera porque cuando más se aprende es cuando uno hace cosas en terreno o generando proyectos, además que es posible hacer las dos cosas a la vez”, señala Rubén Méndez.
El interés de participar por parte de estudiantado es muy fuerte según nos explica Rubén, ya que cuando abrieron un voluntariado fueron muchos los que se inscribieron. “La idea es hacer un aporte como profesionales o futuros profesionales a la comunidades que lo necesitan, no sólo para las personas de escasos recursos sino también para aquellas comunidades que se encuentran aisladas como por ejemplo los habitantes de la Isla Alejandro Selkirk en Juán Fernández, con quienes queremos iniciar un proyecto”.
Estudiantes y profesionales iluminando la vida
Hasta la fecha el Grupo EGEA ha realizado dos proyectos ambos financiados por el Ministerio de Medio Ambiente. El primero consistió en la instalación de paneles fotovoltaicos en la sede comunitaria; el otro ad portas de ejecutarse, por un monto adjudicado de 10 millones de pesos, se efectuará la instalación de estos paneles de energía solar en todas los hogares de la comunidad mapuche Francisco Huelate de Licauquén.
“Por un camino de tierra, a una hora y media de la ciudad de Contulmo, se encuentra esta localidad en la que la mayoría de sus habitantes se dedican a la agricultura de subsistencia y no cuentan con los recursos para adquirir generadores eléctricos, por lo que todos usan velas para iluminarse. Ese es un grave problema, porque muchos de ellos son ancianos y es un riesgo para ellos”, señala Rubén Méndez.
Rubén señala además que la primera vez que fueron se reunieron en la sede social de la comunidad mapuche “había un silencio total, nos miraban curiosos, sorprendidos de que éramos tan jóvenes. Después les explicamos de qué se trataba y en la segunda salida a terreno realizamos un taller sobre aspectos identitarios de la cultura mapuche que permitió generar un vínculo con la organización”.
“Manejamos un camión desde la comuna de Las Condes hasta Contulmo con los paneles solares, nos demoramos como 14 horas y una vez allá empezamos junto a la comunidad a armar e instalar los paneles, en dos días estuvo listo. Fue un gran cambio en términos de calidad de vida”, relata Rubén Méndez.
En esta etapa si bien el cambio fue sustantivo para los habitantes de Licauquén, la instalación es básica, ya que consiste en iluminación del hogar y el poder conectar una radio, posteriormente se pretende poder ampliar permitiendo acceder a otros servicios.
Rubén Méndez señala que la situación de la comunidad Francisco Huelate es común en el Sur de Chile porque la distribución del sistema energético es muy centralizada “existe una carretera eléctrica pero que deja afuera a muchos territorios más complejos, como esta comunidad mapuche que se encuentra a los pies de la Cordillera Nahuelbuta, un lugar que a pesar de estar a dos horas del tendido eléctrico, no les llega”.
“Hay mucho trabajo por hacer y nosotros queremos seguir aportando al 100% de las comunidades que están aisladas, queremos conseguir recursos para poder seguir aportando con energías renovables, porque es un gran aporte para el desarrollo comunitarios a la comunidad permite por ejemplo poder pensar en servicios de salud, temas de conservación de los alimentos, la iluminación y la conectividad .Cuando tienes energía se te abren las puertas a otros servicios”, explica Rubén Méndez.
“Invitamos a los estudiantes a sumarse, a hacer un aporte al país, a aquellos que más lo necesitan porque el ayudar es un sueño posible”, concluyó