Permitirá consolidar su participación en construcción de telescopios

Observatorio de Cerro Calán tendrá el laboratorio de instrumentación astronómica más preciso del país

Observatorio de Cerro Calán tendrá laboratorio con tecnología de punta
El profesor Ricardo Finger explicó que el corazón de los telescopios no está en el espejo o la antena parabólica, sino que en sus instrumentos.
El profesor Ricardo Finger explicó que el corazón de los telescopios no está en el espejo o la antena parabólica, sino que en sus instrumentos.
Los nuevos equipos permitirán que el laboratorio de instrumentación astronómica complete todo el circuito de producción desde el punto de vista de la construcción mecánica.
Los nuevos equipos permitirán que el laboratorio de instrumentación astronómica complete todo el circuito de producción desde el punto de vista de la construcción mecánica.
Si bien estas máquinas no están pensadas para la construcción en masa o de grandes piezas, apuntan a instrumentos de alta precisión.
Si bien estas máquinas no están pensadas para la construcción en masa o de grandes piezas, apuntan a instrumentos de alta precisión.
La prototipadora láser de tarjetas de circuitos impresos permite hacer pequeñas guías de onda en base a láminas de cobre delgadas.
La prototipadora láser de tarjetas de circuitos impresos permite hacer pequeñas guías de onda en base a láminas de cobre delgadas.

“El corazón de un telescopio no está en el espejo o la antena parabólica, sino que en los instrumentos que permiten estudiar los datos”. De esta manera el profesor asistente del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile Ricardo Finger, explica la importancia de los nuevos equipos con los que contará el laboratorio de instrumentación astronómica del Observatorio del Cerro Calán.

Las dos nuevas herramientas fueron obtenidas para que el laboratorio consolide su participación en distintos consorcios internacionales que participan en la construcción de los grandes telescopios modernos. El profesor Finger explica que se busca “no sólo usar los telescopios que se están instalando en el norte de Chile, sino también poder participar en su construcción” mediante la elaboración de instrumentos tecnológicos de alta precisión.

“El corazón de un telescopio no está en el espejo o la antena parabólica, sino que en los instrumentos que permiten estudiar los datos”. De esta manera el profesor asistente del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile Ricardo Finger, explica la importancia de los nuevos equipos con los que contará el laboratorio de instrumentación astronómica del Observatorio del Cerro Calán.

Las dos nuevas herramientas fueron obtenidas para que el laboratorio consolide su participación en distintos consorcios internacionales que participan en la construcción de los grandes telescopios modernos. El profesor Finger explica que se busca “no sólo usar los telescopios que se están instalando en el norte de Chile, sino también poder participar en su construcción” mediante la elaboración de instrumentos tecnológicos de alta precisión.

Estos dispositivos combinan diferentes disciplinas como mecánica de alta precisión, tecnología de vacío, criogenia y electrónica de alta frecuencia.

El aporte de los fondos Quimal y Fondequip de CONICYT fueron fundamentales para la adquisición de estos equipos, mientras que el laboratorio de instrumentación astronómica funciona gracias al apoyo del Centro Basal CATA.

La primera máquina es una prototipadora láser de tarjetas de circuitos impresos (PCB por su sigla en inglés), la que ya está instalada en el observatorio y que permite hacer pequeñas guías de onda en base a láminas de cobre delgadas. “Esta tecnología está basada en un láser que evapora el metal con una alta precisión”, explica Finger.

La segunda, que llegará en dos meses más al observatorio, es un torno computarizado que, según afirma el profesor Ricardo Finger, permitirá “tallar cualquier geometría que sea axialmente simétrica o que tiene simetría de rotación, la que es muy utilizada en radioastronomía”.

Ambas se suman a una fresadora computarizada que ya poseía el laboratorio, completando todo el circuito desde el punto de vista de la construcción mecánica lo que transforma a esta instalación sea la más precisa del país. Si bien “no está pensada para la construcción en masa o de grandes piezas, apunta a instrumentos de alta precisión”, destaca el académico.

La astronomía no es la única área del conocimiento científico que puede beneficiarse de estos equipos, sino que también en investigaciones ligadas a la medicina, la biología y la física. “Estamos totalmente abiertos a compartir estas instalaciones, el conocimiento y la experiencia que hemos acumulado para apoyar a otros equipos de investigación que lo necesiten. Queremos colaborar con la comunidad científica”, afirma Finger.

La experiencia en el manejo de nueva tecnología es uno de los aportes que destaca el académico respecto a estos nuevos equipos. “Una cosa -enfatiza el académico- es la teoría y otra la práctica. Esto es en cierto sentido un arte en el sentido del artesano, de la persona que logra ser un maestro de una disciplina desde la experiencia y no sólo desde los libros”.

Para Finger, “lo que hemos desarrollado en este laboratorio como nuestro valor agregado, junto al desarrollo teórico respecto a cómo mejorar procesos, diseños y cálculos, es la experiencia que nos permite desarrollar el potencial completo de estas máquinas”.

El aporte del Observatorio Astronómico Nacional

El profesor Finger explica que el principal aporte del Observatorio del Cerro Calán está en la docencia y el desarrollo tecnológico en su laboratorio, ya que al estar situado en un cerro en la mitad de la capital la alta luminosidad de Santiago durante la noche impide realizar observaciones para hacer ciencia de frontera.

“Los observatorios competitivos están en el norte de Chile y cuentan con instalaciones gigantes: el proyecto ALMA o Paranal por ejemplo” mientras que en Calán sólo se realizan observaciones a través de un radiotelescopio que en la década de los 80 perteneció al observatorio Tololo y que luego fue trasladado a Santiago. “La radioastronomía es un área que observa el cielo en longitudes de onda mucho más largas que la luz visible, por lo que no compite con la luminosidad del cielo, sino que con factores distintos como el vapor de agua en la atmósfera”, afirma Finger.

El aporte de los fondos Quimal y Fondequip de CONICYT fueron fundamentales para la adquisición de estos equipos, mientras que el laboratorio de instrumentación astronómica funciona gracias al apoyo del Centro Basal CATA.

La primera máquina es una prototipadora láser de tarjetas de circuitos impresos (PCB por su sigla en inglés), la que ya está instalada en el observatorio y que permite hacer pequeñas guías de onda en base a láminas de cobre delgadas. “Esta tecnología está basada en un láser que evapora el metal con una alta precisión”, explica Finger.

La segunda, que llegará en dos meses más al observatorio, es un torno computarizado que, según afirma el profesor Ricardo Finger, permitirá “tallar cualquier geometría que sea axialmente simétrica o que tiene simetría de rotación, la que es muy utilizada en radioastronomía”.

Ambas se suman a una fresadora computarizada que ya poseía el laboratorio, completando todo el circuito desde el punto de vista de la construcción mecánica lo que transforma a esta instalación sea la más precisa del país. Si bien “no está pensada para la construcción en masa o de grandes piezas, apunta a instrumentos de alta precisión”, destaca el académico.

La astronomía no es la única área del conocimiento científico que puede beneficiarse de estos equipos, sino que también en investigaciones ligadas a la medicina, la biología y la física. “Estamos totalmente abiertos a compartir estas instalaciones, el conocimiento y la experiencia que hemos acumulado para apoyar a otros equipos de investigación que lo necesiten. Queremos colaborar con la comunidad científica”, afirma Finger.

La experiencia en el manejo de nueva tecnología es uno de los aportes que destaca el académico respecto a estos nuevos equipos. “Una cosa -enfatiza el académico- es la teoría y otra la práctica. Esto es en cierto sentido un arte en el sentido del artesano, de la persona que logra ser un maestro de una disciplina desde la experiencia y no sólo desde los libros”. 

Para Finger, “lo que hemos desarrollado en este laboratorio como nuestro valor agregado, junto al desarrollo teórico respecto a cómo mejorar procesos, diseños y cálculos, es la experiencia que nos permite desarrollar el potencial completo de estas máquinas”.

El aporte del Observatorio Astronómico Nacional

El profesor Finger explica que el principal aporte del Observatorio del Cerro Calán está en la docencia y el desarrollo tecnológico en su laboratorio, ya que al estar situado en un cerro en la mitad de la capital la alta luminosidad de Santiago durante la noche impide realizar observaciones para hacer ciencia de frontera.

“Los observatorios competitivos están en el norte de Chile y cuentan con instalaciones gigantes: el proyecto ALMA o Paranal por ejemplo” mientras que en Calán sólo se realizan observaciones a través de un radiotelescopio que en la década de los 80 perteneció al observatorio Tololo y que luego fue trasladado a Santiago. “La radioastronomía es un área que observa el cielo en longitudes de onda mucho más largas que la luz visible, por lo que no compite con la luminosidad del cielo, sino que con factores distintos como el vapor de agua en la atmósfera”, afirma Finger.