Una investigación en torno al paisaje que da cuenta de las diversas formaciones geofísicas y geopolíticas del territorio chileno a partir del sobrevuelo en la latitud 33, así como de la abstracción versus la figuración que plantean una dicotomía en la percepción del paisaje, es lo que la artista visual y profesora del Departamento de Artes Visuales, Francisca Montes, exhibe por estos días en Vahído. Consideraciones espaciales y temporales sobre la latitud 33, en la Galería Die Ecke.
Esta exposición surge a partir del proyecto Latitud 33 Factor de Escala con el que la artista obtuvo un Fondart, y que consistió en determinar una zona específica dentro de la latitud 33, donde poder realizar un viaje cenital aéreo desde una avioneta, atravesando diferentes zonas geográficas de Chile, el día 1 de mayo, fecha conmemorativa del día internacional del trabajador.
“Hace tiempo trabajo con fechas, con distintos acontecimientos emblemáticos de manifestaciones públicas. Desde el 1 de mayo, hasta el 11 de septiembre que es la conmemoración del golpe militar. Hace cinco años que estoy construyendo un archivo de la visión aérea desde una avioneta, donde yo genero un recorrido alrededor de la manifestación y de la ciudad de Santiago durante esos días, y me pareció muy interesante el poder extender ese recorrido a una geografía más amplia”, reconoció Francisca Montes, al referirse a los inicios del proyecto que exhibe.
Así surge la idea de cruzar a nivel latitudinal la geografía, generando una representación del paisaje que ya no da cuenta de una mirada longitudinal de Chile, sino que de un corte sobre el territorio, con un viaje que comienza por la cordillera de Los Andes, precisamente en la zona del Cajón del Maipo, pasando por Tobalaba, Peñalolén, Las Condes, Escuela Militar, Providencia, el centro de Santiago, Plaza Italia, Mapocho, la Torre Entel, Las Rejas, Curacaví, hasta llegar a la costa de San Antonio en la quinta región.
Para Paul Birke, director de la Galería Die Ecke, el secreto del proyecto de Francisca Montes es haber cambiado el plano del observador del frontal al cenital; al respecto aduce: "Este plano, que está determinado por el punto del observador ubicado en 90 grados en relación a la superficie recta de la tierra dependiendo de su distancia, es un plano al cual hemos podido acceder, con precisión, no desde hace mucho tiempo y cuya característica principal es la no existencia del horizonte como referencia".
Los momentos
Así, del registro, hecho mediante una cámara de cine digital montada en el fuselaje de una avioneta, surgen las exposición de Francisca Montes que consta de tres momentos: El primero de ellos consiste en un video de 80 minutos. Un plano continúo desde una avioneta, fijando un punto de vista cenital, un barrido realizado a 400 metros aproximadamente sobre el nivel del mar. “Esta película es la experiencia absoluta de un vahído, como un mareo simultaneo e instantáneo que te da la experiencia de enfrentarte a esta vibración que tiene la avioneta y la cámara sobre el paisaje. Es la relación de cómo el cuerpo enfrenta este volumen, que vendría a ser el vídeo”, señaló la expositora.
El otro momento consiste en una serie de fotografías agrupadas en trípticos, donde desde una vista aérea y cenital, el paisaje se detiene y aplana, para proponer un recorrido serial del territorio y su geografía: “Estas fotografías responden a un orden en base a la segunda experiencia, la del regreso, es decir, de mar a cordillera, pasando por distintos lugares que a mí me parecieron relevantes de poner en observación en una plataforma diferente a la película, o sea, una detención, un congelamiento de ciertas zonas, donde el dialogo se construye a través de los trípticos”, explicó.
Corina del norte, se titula la otra obra que se exhibe en la muestra y consiste en dos imágenes de la cordillera que llegaron a Francisca Montes por casualidad, tal como ella aduce: “estas imágenes me las encontré en un persa de la calle Arrieta. Son fotografías de la cordillera que la única referencia que tienen son unos números, unas nomenclaturas y en cuyo reverso aparece escrito con lápiz: Corina del norte. Entonces a mí me pareció interesante dejarla en la incertidumbre e incorporarlas a la exhibición como una pieza más conceptual, donde a través de la intervención de una serigrafía que cruza por el centro de las imágenes, por una línea de un barniz con reserva, dar cuenta del gesto del viaje, el gesto del vuelo, de atravesar a nivel latitudinal un cuerpo, que sería en este caso el pedazo de tierra gigante que yo crucé”.
De esta forma, Vahído se adentra en paisajes indescriptibles, informes donde la descripción mediante palabras se torna ambigua, a través de una estrategia de producciones obra que le permite a la artista generar un trabajo que se articula en torno a la insistencia entre la relación del paisaje, el cuerpo, lo político y Chile.
“Hay muchos artistas q trabajan con esos temas. Ahora claro la vista aérea es una manera que a mí me parece muy interesante de poder abordar, ya que tiene que ver con un punto de vista, una mirada que vincula mi trabajo desde las primeras expediciones y reconocimientos del territorio, ya sea a partir del imaginario que tienen que ver con una cuestión más velica, de la guerra, o con una mirada del ojo de dios; este ojo que controla y que observa todo y que permite también proponer una distancia. O sea, no hay cercanía, sino que se elimina el horizonte y el paisaje está todo al mismo nivel”, dijo la artista.
Sin embargo, a pesar de esa distancia, las fotografías y el vídeo reflejan perfectamente los diversos elementos que componen el paisaje y sus relieves. “Esta vuelta de tuerca que propongo, es decir, el giro del punto de vista, se aleja de la clásica experiencia de la representación un poco documental de la manifestación, donde podemos ver enfrentamientos, acciones, gestos, etc. Acá la gestualidad está más bien dada por la cámara, por el avión, por el viaje y no por la sinuosidad del acontecimiento, como ocurre en una clásica representación del imaginario documental de acontecimientos políticos", concluyó la artista.
Coincidente opinión tiene el director de Die Ecke, Paul Birke, quien afirmó que, "En este escenario, donde también la perspectiva, la simetría y todas las unidades de medidas a las cuales estamos acostumbrados con nuestro sentido de la visión a observar el mundo, deben ser redefinidos. Es esto lo que Francisca Montes pone a prueba, mediante un factor de escala para registrar las características del paisaje en la latitud 33º en este tramo del globo, en las obras presentadas en Vahído".
La invitación es para visitar la exposición Vahído. Consideraciones espaciales y temporales sobre la latitud 33 de Francisca Montes, que se exhibirá hasta el sábado 29 de agosto en la Galería Die Ecke ubicada en Av. José Manuel Infante 1208, Providencia, Santiago.