Proyecto financiado por Fondart

Digitalización del Archivo de Ambrosio Rabanales: incentivo a la investigación de la lingüística chilena

Presentación del Archivo Ambrosio Rabanales
Equipo coordinado por el profesor Darío Rojas.
Equipo coordinado por el profesor Darío Rojas.
Tania Avilés estuvo a cargo de la investigación y la archivística del proyecto.
Tania Avilés estuvo a cargo de la investigación y la archivística del proyecto.
Entre los documentos se encuentran manuscritos, fichas de trabajo, correspondencia oficial y no oficial con destacados investigadores, y abundante documentación administrativa.
Entre los documentos se encuentran manuscritos, fichas de trabajo, correspondencia oficial y no oficial con destacados investigadores, y abundante documentación administrativa.

Darío Rojas cuenta que el destacado profesor Ambrosio Rabanales (1917 - 2010) donó en vida su biblioteca a la Facultad de Filosofía y Humanidades con todos los materiales que ésta incluía. En el 2011 comenzaron a revisar los documentos, entre los que encontraron cajas con archivos, carpetas y documentos valiosos para la historia lingüística en Chile.

Con el apoyo de los anteriores directores del departamento de Lingüística, profesores Abelardo San Martín y Susana Serra, y la decana María Eugenia Góngora, la idea de poner el archivo a disposición de investigadoras e investigadores interesados en la historia de la lingüística en Chile y Latinoamérica, y en la figura de Ambrosio Rabanales en particular, fue tomando forma.

Los archivos fueron destinados a la Sala Rodolfo Oroz del Departamento de Lingüística para consulta e investigación, y, además, el proyecto contempló la construcción del sitio www.archivorabanales.cl con información y una selección digitalizada de materiales.

Tania Avilés, quien estuvo a cargo de la investigación y la archivística del proyecto, señala que en julio de 2014 comenzaron con el proceso de inventario que permitió el reconocimiento e identificación de todos los elementos que componían el archivo, trabajo que consistió en la asignación de títulos, identificación de autores, fechas, lugares de producción, soporte y volumen de las piezas, entre otros.

El archivo, cuenta Avilés, tiene dos grandes conjuntos. Por una parte, un grupo de 92 fichas con apuntes, notas sobre textos y fichas lexicográficas que producían sus estudiantes. Si bien más pequeño que el segundo, Avilés explica que las fichas son interesantes como testimonio de una práctica de estudio que ya no se utiliza debido al uso actual de tecnología.

El otro conjunto lo componen trece series documentales compuestas por archivadores individuales que Ambrosio Rabanales ordenó a lo largo de toda su carrera académica. “Tanto el fichero como las series documentales traían un orden primitivo, como se denomina en el ámbito de la archivística, es decir que el productor, en este caso don Ambrosio Rabanales, ya había determinado un orden, con el cual fuimos bastante respetuosos de no alterarlo”, detalla Tania Avilés.

En las series documentales se encuentran documentos de gran importancia como la correspondencia que Rabanales mantenía con colegas y compañeros de investigación tales como José Polo, a propósito de la publicación de los “Métodos probatorios en gramática científica” del año 1992, la serie Günther Haensch donde se encuentran materiales relacionados con el “Nuevo diccionario de americanismos” y la correspondencia que sostuvo con Mary Ritchie Key a propósito del proyecto “The intercontinental dictionary series”. Junto con estos materiales se encuentran los archivos administrativos fundacionales de la Sociedad Chilena de la Lingüística y de la ALFAL, además de documentos personales como sus títulos, calificaciones en el colegio, diplomas de doctorado, entre otros.

En cuanto a la conservación y restauración del archivo, Carolina González, encargada del tema, señala que el archivo tuvo que resguardarse en primera instancia de las cajas en las que originalmente fue entregado, pues las condiciones de acidez, junto con la mala calidad del papel iban a causar deterioro de los documentos. “Se retiraron los elementos metálicos, las pitas, clips y todos los elementos adicionales que podían dañarlo”, detalla González. Asimismo, la digitalización también contempló la protección del material por lo que se utilizaron cámaras fotográficas y no escáner.

Todo el proceso de conservación está detallado en fichas que quedaron publicadas en el sitio web en las que se puede encontrar información con el tipo de papel, timbres, tipo manuscrito o mecanografiado, estado de conservación y los procedimientos que se realizaron, toda información que puede ser útil para futuras investigaciones.