Con una puesta en escena única el Ballet Nacional Chileno (Banch) y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile celebrarán su 70° Aniversario, conmemoración en la que estará presente también la Orquesta Sinfónica de Chile, en un evento que promete convertirse en uno de los hitos artísticos de la temporada.
El proyecto es liderado por el director artístico del Banch, Mathieu Guilhaumon, quien está a cargo de la coreografía, en la que también participa activamente el Coro Sinfónico, dirigido por Juan Pablo Villarroel. A ellos se suma el maestro Leonid Grin, quien llevará la batuta de la Orquesta Sinfónica, asistido por François López-Ferrer, quien dirigirá una orquesta de cámara.
La obra contará además con la participación de la soprano Patricia Cifuentes, el tenor Leonardo Pohl y el barítono Ramiro Maturana como solistas. A ellos se sumará el coro de niñas del colegio Almendral de la Pintana, dirigido por Marcela Serrano, todos unidos en la interpretación de una de las obras más emblemáticas del compositor y pianista británico Benjamin Britten, "Réquiem de Guerra: Una súplica de paz" el próximo viernes 9, sábado 10, martes 13 y miércoles 14 de octubre a partir de las 19:40 horas en el Teatro de la Universidad de Chile.
Mathieu Guilhaumon indicó que “trabajar con los tres elencos –Ballet, Coro y Orquesta-, además del coro de niñas, ha significado llevar a cabo una gran puesta en escena, con más de 120 artistas sobre el escenario, lo que hace de todo esto un proyecto enormemente atractivo y que requiere de un arduo trabajo conjunto y de ensayos”.
Respecto de la obra, el artista indicó que “uno de los mayores desafíos que ha representado es que no cuenta con narración en sí, pues son los poemas de Owen y los textos del Réquiem en latín, por lo que no teníamos una historia propiamente tal. Todo se refería a momentos, escenas de guerra y de lo que estaba pasando en las trincheras. Por ello lo primero que hicimos fue trabajar una narración, con personajes que representaran lo que los poemas y textos querían plasmar, es decir, el horror y la estupidez de la guerra”.
La obra
Nacido en 1913 en Lowestoft, Reino Unido, Britten fue un músico precoz que logró convertirse en un destacado compositor, aclamado especialmente por su trabajo operístico, donde sentó las bases de lo que fue la nueva ópera británica. No obstante, el cultivo de este género no le impidió sobresalir en otros ámbitos, en especial en la música vocal, con obras como Les illuminations, la Serenata para tenor, trompa y cuerdas o el propio Réquiem de guerra.
Siendo ya un compositor de sólida reputación, en 1961 le encargaron una Misa de Muertos para la ceremonia de reconsagración de la Catedral de Coventry, Inglaterra, destruida la noche del 14 de noviembre de 1940, cuando la ciudad donde se emplazaba fue devastada por bombardeos de la fuerza aérea alemana nazi y la catedral ardió quedando casi reducida a escombros.
Britten pensó esta obra como un monumento de reconciliación y reflexión sobre los horrores de la guerra, por lo que se presenta como una declaración pública de sus principios pacifistas más que un homenaje para algún bando en particular.
Con el fin de potenciar aún más el dramatismo de la obra, el autor intercala los tradicionales textos del réquiem con poemas de Wilfred Owen (1893-1918), poeta y pacifista inglés que perdió la vida como soldado en la Primera Guerra Mundial, a una semana del término del conflicto.
Así, con esta monumental obra los cuerpos artísticos de la Universidad de Chile se presentará en su Centro de Extensión Artística y Cultural, en lo que será la Gala oficial de aniversario de dos de los elencos más antiguos del país.