El legado de Fernán Meza en su último paso por la FAU

El legado de Fernán Meza en su último paso por la FAU
Fernán Meza.
Fernán Meza.
El último paso de Fernán por la FAU fue seguido por cientos de personas.
El último paso de Fernán por la FAU fue seguido por cientos de personas.
El multitudinario acto de despedida tuvo música, discursos, poesía y artes visuales.
El multitudinario acto de despedida tuvo música, discursos, poesía y artes visuales.
Miguel Lawner fue uno de los que recordaron las anécdotas de Fernán.
Miguel Lawner fue uno de los que recordaron las anécdotas de Fernán.
El arte y los colores fueron protagonistas del acto.
El arte y los colores fueron protagonistas del acto.
Yoshiko Nakashima, amiga y colaboradora de Fernán.
Yoshiko Nakashima, amiga y colaboradora de Fernán.
Fernán Meza en la visita de Nicanor Parra a la FAU.
Fernán Meza en la visita de Nicanor Parra a la FAU.

El pasado 11 de noviembre la FAU en pleno, junto a egresados, familiares, amigos y personalidades, despidió al arquitecto, artista y ex académico Fernán Meza Wevar, quien falleció el día 8 de noviembre a sus 84 años. El multitudinario acto de homenaje y despedida estuvo lleno de colores, música y recuerdos, logrando revivir un espíritu unitario de escuela que pocas veces se ha visto en los últimos años.

El acto contó con las palabras de la Decana Marcela Pizzi, de representantes de los estudiantes, académicos, amigos y familiares que recordaron con mucho cariño distintos elementos de la vida de Fernán que, siempre ligados a la enseñanza y la convivencia alegre con todos, muestran su personalidad tan recordada.

Educador, compañero y amigo

Fernán Meza no fue una persona común y corriente. Su modo de ser cariñoso, histriónico y cercano a todas las personas trascendió en la historia de la FAU, donde hizo clases durante años. Utilizaba métodos de enseñanza participativos para lograr que los estudiantes dieran rienda suelta a la expresión a través de las formas y los colores; y su contacto con los alumnos no terminaba al finalizar la hora académica.

"Era un ser especial, transparente, sin complejos ni ataduras, que quería y entendía a todo aquel con quien se relacionaba. Generoso en su quehacer, en las cosas materiales pero, por sobre todo, en sus palabras", expresó en el acto la Decana Marcela Pizzi, agregando que Fernán inició "un nuevo viaje en el cual lo acompañarán centenas de eternos compañeros y amigos, pero principalmente los estudiantes, a quienes por generaciones supiste trasmitir el entusiasmo por la creación".

La creatividad fue uno de los centros de la vida de Fernán. Un rasgo que buscó para sí mismo y que trató de fomentar siempre en sus compañeros y alumnos. "Fue un profesor tan contemporáneo, que muchas de las universidades de hoy deberíamos aprender de su sentido de la enseñanza, de su entusiasmo, de su intención de marcar a cada uno de sus alumnos con una enorme consistencia y compromiso inconmensurable", dijo en sus palabras la presidenta del Colegio de Arquitectos, Pilar Urrejola.

Yoshiko Nakashima, ex académica de la FAU, amiga y colaboradora de Fernán contó que a sus aprendices –ya fueran alumnos, colegas o amigos- los consideraba como sus hijos "a quienes adoraba como algo propio y sentía por ellos la responsabilidad del padre con sus descendientes".

"A muchos de estos hijos aprendices les modificó su forma de enfrentar la vida, observándola de una manera atípica. Cualquier actividad junto a Fernán, por más simple que fuera, se trasformaba en una experiencia inolvidable con profundidad y humor. Una mirada cualquiera se volvía un caleidoscopio con múltiples colores y formas", destacó.

"Quienes lo tuvimos de maestro sabemos la hondura de la huella que deja su enseñanza. Informal y, sin embargo, estrictamente disciplinada. Nos tuvimos que acostumbrar a admitir con decoro los certeros dardos críticos que asestaba sin misericordia cuando los trabajos le parecían deslavados y sin alma. Explotaba de júbilo, en cambio, a la hora de los hallazgos o algún asomo de genialidad", resaltó por su parte el profesor Antonio Sahady.

El espíritu de Escuela

Son pocas las ocasiones en que la Facultad y la carrera de Arquitectura se han unido tanto en el último tiempo. Quizás sin quererlo, la partida de Fernán logró juntar a autoridades, académicos, funcionarios, estudiantes, egresados, familiares y amigos en un mismo lugar, por una misma causa y con mutuo respeto entre cada persona y cada expresión de cariño por el fallecido profesor.

"Esto es lo que él hubiera querido: reunir a todas las edades, a todos sus compañeros y estudiantes, transmitir toda esa energía que a nosotros nos daba al final de las entregas, alegre porque estuviéramos creando, participando de la Universidad, de la sociedad y del país", señaló Marcela Baesler, quien habló a nombre de los estudiantes de la FAU.

Una vida de anécdotas: la guitarra de Violeta

La figura de Fernán, su personalidad especial y su vinculación con el mundo artístico, lo llevaron a conocer a muchas personas y recorrer distintos países del mundo, algunas veces por trabajo y vocación, y en otras de manera obligada, como cuando enfrentó el exilio durante la dictadura. De todas esas relaciones y viajes quedaron atesoradas muchas historias, algunas de las cuales salieron a la luz en el acto de despedida.

El destacado arquitecto Miguel Lawner fue uno de los tantos que tuvieron la oportunidad de compartir con Fernán en un viaje en barco hacia el Festival Mundial de las Juventudes por la Paz y la Amistad de 1955 en Varsovia, Polonia. Fernán, en aquel entonces alumno de Arquitectura, se hizo parte de la delegación chilena a la actividad junto con otros dos compañeros con el pretexto de presentar un espectáculo de títeres, que después diseñaron, montaron y presentaron de manera sorprendentemente exitosa.

Pero Lawner destacó una historia que sucedió durante el viaje mismo, y que involucró nada menos que a Violeta Parra, quien componía en ese momento su famosa canción "Casamiento de negros". "Nos tenía hasta la coronilla ensayando esa canción", comentó bromeando Lawner, quien luego relató cómo un día la guitarra de Violeta se perdió, con la siguiente conmoción en el barco y el comienzo de una búsqueda sin resultados por parte del capitán. "Al día siguiente en el desayuno apareció Fernán Meza blandiendo la guitarra", relató Lawner, desatando las risas del público.

El adiós

Con discursos, poesía, arte, música y baile se desarrolló el último día de Fernán Meza en la FAU. Fueron cientos los que participaron de este homenaje poco usual, de ninguna manera ceñido a las normas funerarias normales, pero totalmente en la línea de lo que fue y seguirá siendo la figura de Fernán.

Así como fueron recibidos, sus restos salieron de la Facultad escoltados y aplaudidos hacia el Cementerio Parque Santiago. Si bien ya no volverá a recorrer en vida los pasillos de la FAU, su legado de generaciones perdurará y, por lo pronto, sus mismos estudiantes se encargaron de dejar su figura plasmada en uno de los muros del patio donde Fernán pintó clandestinamente sus primeros Vetrubios de Da Vinci durante la dictadura, que se convertirían luego en símbolos de la Facultad.