Columna de Opinión del Senador Abraham Pizarro:

La gratuidad en educación superior y/o desvestir un santo para vestir otro

La gratuidad en educ. superior y/o desvestir un santo para vestir otro
Senador Universitario Abraham Pizarro, representante del estamento de funcionarios de la Universidad de Chile.
Senador Universitario Abraham Pizarro, representante del estamento de funcionarios de la Universidad de Chile.

La gratuidad en educación superior es un túnel cazabobos que la misma Universidad de Chile ayudó a construir y que hoy, muy, pero muy a su pesar deberá atravesar.

Está bien que todos los estudiantes de menos ingresos estudien con gratuidad pero para que la Universidad siga entregando calidad educativa y con un cuerpo académico de alto nivel requiere también un financiamiento adecuado para gestionarse. Y, a la inversa, en este presupuesto borraron el acuerdo acaecido el año 2011, entre el Consejo de Rectores (CRUCh) el Gobierno y el Congreso Nacional de la época en que comprometieran recursos de libre disponibilidad (basales) para el desarrollo de las universidades, con un inédito incremento real de un 5% en el Aporte Fiscal Directo (AFD) durante 10 años (2012-2021), lo que se cumplió en los años 2012, 2013 y 2014. Al cabo de este período, estos recursos aumentaban en un 63% en términos reales el monto del AFD para el sistema.

Para visualizar el perjuicio, el compromiso alcanzado el 2011 significaba que el AFD de la Universidad de Chile pasaría de $ 33.000 millones en 2012 a $ 49.500 millones en 2021 (moneda diciembre 2013), un incremento real de $ 16.500 millones anuales a partir del año 2021.

Este mayor AFD, en 10 años, le significaba a la Universidad estimar US$ 205 millones de libre disponibilidad, que ahora han sido "desconocidos" por la autoridad.

El Presupuesto de la Nación desconoció este acuerdo y dejó estos recursos en los aportes "Convenio Marco Universidades Estatales" y "Aporte Basal a las universidades privadas del CRUCh".

La Universidad con mucho esfuerzo propio aumentó en más de 21% real las remuneraciones de sus académicos en los últimos años.

En cuanto a los recursos financieros nuevos comprometidos con el Estado, Rectoría, Consejo y Senado Universitarios aprobaron el 2012 invertir -y no gastar en funcionamiento- esos US$ 205 millones, más los US$ 80 millones provenientes del ahorro del pago de los compromisos bancarios por el endeudamiento terminado de pagar, totalizando US$ 285 millones, constituir un Fondo de Inversión Institucional, destinando un 20% a desarrollo académico y 80% a infraestructura y equipamiento docente y de investigación.

El actual Presupuesto quiebra el compromiso de nuevo trato entre el Estado y sus universidades, implicando un retroceso inimaginable para la Universidad de Chile y la educación pública. Deja en la incertidumbre iniciativas como un proyecto institucional de educación y edificios aprobados para las Facultades de Filosofía y Humanidades, Arquitectura y Urbanismo, Ciencias, y Medicina, Hall de Conciertos de la Orquesta Sinfónica de Chile e INAP. (Víctor Pérez, blog el Mercurio)

Esto pone en riesgo la calidad de la educación pública y el gobierno se vanagloria de proyectar gratuidad de los 5 últimos deciles como gran novedad, “ DESVISTE UN SANTO PARA VESTIR OTRO".