Nuevo y Viejo

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Foto: Radio Zero.
Foto: Radio Zero.

El caso UBER pone en discusión un tema relevante: la relación de nuestras instituciones económicas con las nuevas plataformas que sostienen a las prácticas económicas. Ello, porque estas plataformas de interacción económica están revolucionando la forma en que la sociedad civil se constituye desde lo económico, principalmente, porque expanden las posibilidades y formas de conexión entre individuos, grupos y corporaciones.

UBER, tiendas online, plataformas comerciales vía Facebook, aplicaciones de la más diversa índole en los smartphones, están modificando rápidamente las estructuras sociales sobre las cuales se asientan las relaciones económicas de intercambio. Dado esto, es importante entender como estas estructuras se están relacionando con las actuales instituciones y prácticas económicas. Veamos como esto se desarrolla.

Primero, las plataformas digitales han generado varios cambios en las relaciones económicas. En efecto, ellas aceleran y expanden la conectividad, por ello la gestión del tiempo en comprar y vender productos se han transformado en unas pericas fáciles, instantáneas y transnacionales. La rapidez de estas relaciones ha trastocado las formas en que se construyen las confianzas y las reciprocidades en los intercambios económicos. Podríamos aventurar que la confianza ya no reside en una reputación basada en performances a mediano y largo plazo, sino en la radicalidad del tiempo presente.

Segundo, la forma en que se desarrollan las relaciones económicas también expresan cambios en las culturas económicas. Las instituciones y organizaciones económicas ya no se relacionan con consumidores menos pasivos, globales, con un mayor ejercicio bilingüe del intercambio, con mayor accesibilidad a mercados lejanos y con cambios simbólicos y estéticos significativos.

Tercero, las instituciones de lo nacional con las universales: la economía y sus análisis son cada vez menos nacionales y más transnacionales. Todo está transcendido, las inversiones, los intereses, las pautas de consumo, las formas de los deseos y las emociones. Ahora son los individuos quienes experimentan con absoluta radicalidad la vida de lo global, no son solo empresas nacionales grandes o algunos privilegiados, sino que lo global, comprar en lo global va cada día siendo una experiencia más transversal a través de la estructura socio-económica.

Cuarto, el gasto emocional del intercambio, es decir la emocionalidad implícita en todo acto económico, es ahora una experiencia extendida, la que ha dejado de ser puramente citadina o nacional y se ha transformado en una realidad cada vez más virtual. En ello, hay un plano de interacciones nuevo, en donde comprar y vender sin que se vean las caras o las voces, ha generado una nueva emocionalidad de lo económico, una nueva forma del regateo.

En síntesis, UBER, ALI BABA, mercado libre, despegar.com y en general muchas relaciones de intercambio están desafiando nuestras instituciones económicas. Dado esto, ¿Qué instituciones económicas queremos en el futuro? ¿Qué actores construyen y desarrollan las relaciones de intercambio?, ¿Cómo entender esas nuevas culturas del intercambio? la nueva sociedad civil en que se construye hoy la dimensión del intercambio, y por ende las formas de la modernidad y el capitalismo. La novedad significa instituciones y actores sociales novedosos, lo que convive con la persistencia de un conflicto que se desarrolló desde los albores de la organización económica capitalista. Habrá entonces que ver cómo estudiamos esta nueva relación entre lo nuevo y lo viejo. En resumen, tenemos un desafío en repensar cómo la sociedad se relaciona con manifestaciones como UBER, lo que no es un epifenómeno, sino un signo de un cambio epocal.