Respuesta ante estrategia de Bolivia

Las razones que explican la demanda de Chile en La Haya

Las razones que explican la demanda de Chile en La Haya
Bolivia denuncia que a principios del siglo XX empresarios chilenos desviaron el curso del Silala hacia Chile para utilizar su agua.
Bolivia denuncia que a principios del siglo XX empresarios chilenos desviaron el curso del Silala hacia Chile para utilizar su agua.
El gobierno chileno asegura que el río Silala fluye naturalmente hacia el Océano Pacífico, y destaca que recién en 1997 Bolivia dejó de considerarlo un río internacional.
El gobierno chileno asegura que el río Silala fluye naturalmente hacia el Océano Pacífico, y destaca que recién en 1997 Bolivia dejó de considerarlo un río internacional.
La académica Paz Milet, del IEI, hizo hincapié en el mensaje de Chile al tomar la iniciativa como un actor respetuoso del derecho internacional.
La académica Paz Milet, del IEI, hizo hincapié en el mensaje de Chile al tomar la iniciativa como un actor respetuoso del derecho internacional.

El gobierno boliviano anunció el pasado 23 de marzo que estaba estudiando alternativas jurídicas para demandar a Chile por el uso de las aguas del río Silala. Con este objetivo, se creó una oficina especialmente orientada a esta materia y el presidente Evo Morales realizó una visita de al departamento de Potosí, en el que se ubica este río.

El principal argumento para el reclamo altiplánico es que el Silala correspondería a un manantial natural manipulado a principios del siglo XX por empresarios chilenos para que artificialmente fluyera hacia nuestro país, lo que es rechazado enfáticamente por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Por el contrario, las autoridades chilenas aseguran que cuentan con todos los antecedentes técnicos para respaldar que este curso de agua es un río internacional de acuerdo a lo estipulado en la Convención de Naciones Unidas del año 1997 sobre el curso de aguas internacionales para fines distintos a la navegación, que establece en su artículo número 2 que un río internacional es “un curso de agua algunas de cuyas partes se encuentran en Estados distintos”.

Es en base a estas razones que el 6 de junio el gobierno de Chile interpuso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya una demanda a Bolivia, que busca que ésta establezca la naturaleza del río Silala, que Chile tiene derecho a usar sus aguas, que el uso que hace nuestro país es compatible con el derecho internacional y que determine que Bolivia debe informar a Chile sobre toda acción que realice respecto al río.

Paz Milet, académica del Instituto de Estudios Internacionales (IEI), especialista en América Latina y en política exterior de Chile, analizó la decisión de Chile de demandar a Bolivia y sus implicancias a nivel regional.

¿Por qué Chile decidió tomar la iniciativa en este caso, a diferencia de la actitud que ha mostrado ante previas demandas por parte de países vecinos?

Esta es una demanda fundamentalmente técnica, en un caso que ya había sido objeto de una negociación anterior donde había un preacuerdo que Bolivia presentó a debate en la región de Potosí y que posteriormente fue desestimado. Creo que el gobierno dice “No queremos una nueva controversia, creemos que tenemos todos los argumentos técnicos. Bolivia recién ha planteado este tema a partir de 1997, y desde ese punto de vista esta es una oportunidad para superar un foco de tensión en la relación bilateral”.

La acusación de Bolivia es que Chile habría intervenido en el Silala a principios del siglo pasado, pero hasta 1997 lo reconocía como río internacional ¿Por qué el gobierno boliviano decide ahora iniciar esta disputa?

Hay un tema fundamentalmente de cambio en la estrategia del uso de recursos hídricos. A partir de 1997 Bolivia plantea que el Silala en realidad son manantiales naturales que han sido desviados por empresarios chilenos, entonces hay un cambio de estrategia a partir del tema de los recursos hídricos y también una estrategia de posicionamiento internacional de Bolivia.

Después de las últimas controversias y demandas que ha tenido Chile ante La Haya varias voces sugirieron retirarse del Pacto de Bogotá. ¿Significa esta demanda que esa opción ha sido desestimada?

Lo que argumenta el gobierno chileno es que a pesar de un retiro del Pacto, este seguiría siendo vinculante durante un año más por lo que podríamos ser objeto de todo tipo de demandas, y lo que se está demostrando con este nuevo caso es que el Pacto de Bogotá puede ser utilizado como mecanismo para nuestra defensa, y no solamente como un espacio al que nos tenemos que someter y en el que seamos demandados por otros países.

¿De qué manera esta demanda podría afectar la imagen que tiene Chile con sus vecinos?

Creo que aquí hay una señal bastante importante: este caso es más bien técnico y lo que Chile remarca con esta acción es su respeto al derecho y a los mecanismos internacionales de resolución de controversias. La otra demanda que tiene planteada Bolivia tiene un componente más emotivo, como lo ha planteado el mismo presidente Evo Morales, y con un despliegue comunicacional muy fuerte.

Me parece que es muy importante este paso porque habitualmente se dice que Chile reacciona más que propone en el ámbito internacional, sobre todo en las relaciones con los países vecinos, donde tenemos dos agendas en dos velocidades: una de tipo comercial que avanza sin precedentes y otra que permanentemente se queda rezagada de tipo histórico.

América Latina es la región con más demandas en la Corte de La Haya, ¿significa que es una región conflictiva o que estos mecanismos son exitosos?

Aquí hay un tema de una judicialización de las relaciones internacionales. Lo que uno ve es que hay una herencia histórica que prevalece en las relaciones bilaterales entre nuestros países que no logra superarse, y que es una región que está libre hace mucho tiempo de conflictos interestatales. La vía que se ha buscado para la resolución de las diferencias es el ámbito de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.