Estamos agotados, Veamos de otra forma: Primer impulso al Observatorio Social de la Industria y la Innovación

Estamos agotados, Veamos de otra forma

Las sociedades actuales tienen enormes exigencias en cuanto a su organización, desarrollo de procesos interactivos y sistemas de decisión, los cuales están siempre expuestos a enormes fuentes de presión. Tal condición se expresa con mucha fuerza en la relación que sostienen las industrias con las sociedades. Para las actuales industrias, sus contextos, internos y externos, son extremadamente exigentes. Los procesos productivos y su organización tienden a ser cada vez más complejos, y las relaciones con las comunidades o el medio ambiente potencialmente más conflictivas. En Chile, el hecho anterior ocurre con particular fuerza, y “las industrias” tienen más exigencias en cuanto a su organización y relación con las sociedades, tal como podemos observar en la salmonicultura, la minería, la industria financiera o el transporte. Todas estas industrias tienen exigencias sociales, culturales, laborales, políticas, productivas, económicas y territoriales que definen la gobernabilidad industrial como un fenómeno complejo.

En los últimos años, “las industrias” han modificado sus estructuras internas y externas. En la producción, los cambios refieren a la gestión de personas, la incorporación de tecnologías y la asimilación de normativas institucionales que evolucionan a medida que la sociedad exige nuevos requerimientos a los procesos productivos. La gobernabilidad de las industrias también se transforma como consecuencia de las exigencias de las comunidades, la competencia y los gobiernos, generándose cambios en los sistemas de decisión, los cuales ya no son realizados desde una racionalidad puramente técnica, sino que cada vez más exigen una racionalidad más amplia y compleja.

En este contexto, las industrias se agotan, se estresan, cometen errores, toman malas decisiones, se arriesgan o se vuelven conservadoras, se reducen o extienden inorgánicamente, sus respuestas en general denotan contingencia y expresiones situacionales, con decisiones ad-hoc, antes que la planificación y la programación. También puede suceder que en este contexto emerge la innovación y la creatividad. En la actualidad, hacer industria es un desafío que corre de la mano con la complejidad de la construcción de sociedades, las cuales exigen ser más sustentables, integradoras, igualitarias y capaces de resolver la contingencia y la incertidumbre propia de la complejidad en las cuales se desarrollan.

Como vemos, son tiempos complejos para las industrias y los relatos para abordar tal complejidad; ya no pueden ser aquellos de la linealidad del progreso industrial de la década de los 60 y menos la simple maximización de beneficios o una racionalidad extrema de la relación costos y beneficios. Las industrias necesitan refrescarse en cuanto a su propia auto-observación y la de sus entornos. Es tiempo de innovar en las formas en que las industrias se describen y cómo describen sus entornos, aquellos internos y externos. Es un tiempo para que las comunidades puedan también describirlas de una manera más adecuada y para que la política pública desarrolle estrategias a largo plazo que incorporen estos nuevos relatos y visiones para hacer más sostenible la relación entre industria y sociedad.

¿Qué tipo de conocimiento necesitamos para aspirar a este desafío? Primero se requiere de una descripción de la complejidad, del dinamismo con que se relacionan los elementos que inciden en la producción y como ellos se relacionan con la sociedad. Segundo, complementar el conocimiento paramétrico y técnico asociado a la clásica organización industrial, con otras perspectivas que puedan describir las realidades organizacionales y societales desde un punto de vista más holístico. Tercero, una visión acerca de la política industrial que promueva la relación entre sociedad e industria asimilando la sustentabilidad en contextos societales más inciertos y contingentes. Cuarto, discutir cómo las instituciones que regulan y orientan las decisiones de las empresas y de las sociedades constituyen una plataforma para la producción de una “industria”, y su vínculo con la sociedad más sustentable.

¿Qué podemos hacer concretamente para participar de tal desafío? Una forma que hemos encontrado es crear una plataforma socio-cognitiva para innovar y desarrollar nuevas descripciones de la relación entre industria y sociedad. Para ello, el primer paso es un proyecto que estoy impulsando, como es la instalación de un “observatorio” social de la industria y la innovación en el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. El objetivo es generar un espacio en donde podamos desarrollar nuevas formas de ver, describir y problematizar las vinculaciones entre industria y sociedad. La forma en que se puede construir este ver/describir es a través de la interacción e integración de voces, experiencias, práctica y teórica, que faciliten la innovación en relación a la narración de las complejidades de los entornos de las industrias. Con ello, se busca generar conversaciones entre las distintas esferas de la producción de “industria” en Chile, en sus condiciones macro, meso y micro. Es un desafío para un Chile en transformación.