Durante dos años:

Egresado realiza máster en Escuela de Arte de Universidad de Londres

Egresado realiza máster en Escuela de Arte de Universidad de Londres
Detalle de "El eco y el ruído", obra de Francisco Rodríguez, egresado del Departamento de Artes Visuales que obtubo una Beca Chile para realizar master en Universidad de Londres.
Detalle de "El eco y el ruído", obra de Francisco Rodríguez, egresado del Departamento de Artes Visuales que obtubo una Beca Chile para realizar master en Universidad de Londres.
"Me interesa que la pintura, en tanto herramienta plástica, posibilite la traducción formal de imágenes mentales", dijo el artista visual especializado en pintura.
"Me interesa que la pintura, en tanto herramienta plástica, posibilite la traducción formal de imágenes mentales", dijo el artista visual especializado en pintura.
Su propuesta consiste consiste en la producción y comprensión de imágenes que provienen y toman forma de un imaginario fuertemente influenciado por imágenes cotidianas, del cine, la pintura, etc.
Su propuesta consiste consiste en la producción y comprensión de imágenes que provienen y toman forma de un imaginario fuertemente influenciado por imágenes cotidianas, del cine, la pintura, etc.
"Cama en un rincón", esmalte sobre metal (2913), obra de Francisco Rodríguez.
"Cama en un rincón", esmalte sobre metal (2913), obra de Francisco Rodríguez.
"Nocturno II", óleo sobre tela (2013), obra de Francisco Rodríguez.
"Nocturno II", óleo sobre tela (2013), obra de Francisco Rodríguez.

Me interesa que la pintura, en tanto herramienta plástica, posibilite la traducción formal de imágenes mentales, es decir, que sea capaz de sostener una relación con las imágenes provenientes de la memoria y la fotografía, no tan sólo desde su tradición y manualidad, sino también desde una relación psíquica”, es lo que explicó respecto a su investigación el pintor egresado del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile, Francisco Rodríguez Pino, quien en septiembre de este año comienza un master en pintura en la Slade School of Fine Art, de University College of London.

La propuesta presentada por el artista visual a la comisión de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), por la que obtuvo una Beca Chile para realizar una especialidad de pintura en Londres, consiste en la producción y comprensión de imágenes que provienen y toman forma de un imaginario fuertemente influenciado por imágenes cotidianas, del cine, la pintura y la literatura.

“Planteo un imaginario no solo como un ejercicio privado, sino, como una propuesta artística formal: como una investigación que se establece desde una línea de trabajo que surge de lo volátil y efímero de la sensación, del recuerdo y de la imaginación”, señaló el artista.

De allí que el interés de Rodríguez se centre en desarrollar relaciones investigativas entre pintura-cine, pintura-literatura y la imaginación, el recuerdo y la invención, como motor de producción de imágenes pictóricas y literarias. Así mismo, le atañe el cómo esas imágenes se trasladan a plataformas como el cine (imagen – movimiento), pero sobretodo cómo se desarrollan en el carácter estático de la pintura (imagen – estática) sin caer en la narratividad pictórica.

“¿Y ahora qué?”

“Uno de los primeros problemas que enfrenta un estudiante de arte, en mi caso, de pintura, es el ‘qué pintar’. Durante los años en la escuela, los trabajos estaban siempre remitidos a ejercicios propuestos por los profesores, pero una vez egresado y saliendo de este especie de “refugio” que son las escuelas de arte, inevitablemente nos enfrentamos al ‘¿Y ahora qué?’ Y en ese ahora qué uno tiene que ir tomando decisiones de cómo continuar o empezar una producción”, dice el egresado del DAV.

A partir de ese cuestionamiento vital, Francisco Rodríguez comienza naifmente a pintar diversas cosas: un perro, una mesa, una foto, un paisaje. “No me importaba qué, el asunto era poder disfrutar lo que hacía sin pretensiones inteligentes, sin discursos ingeniosos, sin bibliografía”, aclara.

Luego de un tiempo en esto, el pintor comenzó a notar que sus elecciones se iban repitiendo, que algunos motivos le atraían más que otros, que ciertos colores le funcionaban mejor y así, “fui descubriendo que en definitiva lo que más me interesaba era el ejercicio de armar un imaginario propio, y me gustaría pensar que este imaginario propio no es privado. Me interesa que sea universal y, al mismo tiempo, me gustaría pensar que en la construcción de inquietudes íntimas se logra una conexión con otro: compartimos experiencias y miradas sobre nosotros mismos”, manifestó Rodríguez.

De esta forma, el artista intenta pintar imágenes que provienen de un imaginario influenciado por la cotidianeidad, el cine, la pintura y la literatura. “Son imágenes que tengo constantemente dando vueltas por la cabeza, ya sea porque las vi caminando por la calle, las recuerdo o las mal-recuerdo de una película o me las imaginé de tal manera al leer un libro”, señala.

A ese cumulo de representaciones Rodríguez las denomina imágenes mentales, y a través de la pintura, busca llevarlas de una imagen mental a una imagen pintada. Sin embargo, ese trabajo implica un problema, ya que por definición la pintura es una imagen estática.

“Muchas de las imágenes que tengo en la cabeza (sino todas) son lo menos estáticas que hay. Las veo moverse, las escucho y hasta las huelo. Entonces ¿Cómo traspasar esa cosa viva que significa una ‘imagen imaginada’ o imagen mental, a una cosa que pareciera que en su ejecución se le mata, se la petrifica en una imagen pintada, estática?”, reflexiona el artista, quien no encuentra sus respuestas en el cine o en la imagen-movimiento, ya que a esas técnicas le suceden más preguntas.

“¿Y luego qué? ¿Le ponemos parlantes para ponerle música?, ¿Un dispensador de olor y efectos especiales? No sé la respuesta. Ni siquiera sé si he sido capaz de, en alguna pintura, poder conseguirlo. Pero tampoco sé si quisiera conseguirlo. En estos momentos insisto en la pintura, porque puedo mantener una relación corporal con ésta, quiero decir, puedo tocarla, borrarla, saber que si aprieto más resulta algo o si aprieto menos resultará otra cosa; y todas esas huellas van quedando, es una dimensión plástica que me interesa explorar y que se complementa con las imágenes que hago”, analizó el egresado.

Una experiencia en Londres

Son precisamente esos cuestionamientos y reflexiones las que el pintor, Francisco Rodríguez Pino, intenta esclarecer en la Escuela de Arte Slade, que además de tener académicos como la artista Phoebe Unwin -que están desarrollando tópicos como la sensación y el recuerdo como motor de producción visual- dentro de sus estudios de postgrado tiene una línea de investigación en el área de pintura que ha anclado en dos proyectos de participación entre profesores y alumnos llamados "The Materials Research Project" y "Discourse Project" y se proponen profundizar en torno a la pintura y sus reflexiones y prácticas contemporáneas.

A pesar de que la especialización en pintura comienza en septiembre de este año, Francisco Rodríguez se estableció en Londres a mediados del año 2014, tiempo que ha utilizado en nivelar sus estudios de inglés. Y, aunque no pudo compartir su experiencia académica propiamente tal, el artista aclara que para él la práctica artística es la vida misma.

Creo profundamente que el trabajo del artista no sólo se reduce al taller. Tampoco empieza y se resuelve allí, sino que uno tiene una responsabilidad con su trabajo, por ende, consigo mismo. Esa responsabilidad es la de intentar abrir espacios, independientes de cuáles sean estos. Dichos espacios los pienso en instancias donde poder compartir inquietudes, aprendizajes y en el mejor de los casos, poder entregar algo a alguien, ya sea en un lugar de estudios, como la universidad a través de la enseñanza, o en una exposición, pero también en la conversación, en la lectura, etcétera”, concluyó Francisco Rodríguez.

Cabe destacar que a su regreso a Chile en el 2017, Francisco Rodríguez Pino desarrollará su primera exposición individual, que se llevará a cabo en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), sede Quinta Normal.