Carmen Andrade, ante trámite de proyecto de ley de aborto:

"Las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y aprobar esta ley sería un buen primer paso"

Carmen Andrade: "Aprobar proyecto 3 causales sería buen primer paso"
Andrade valora los avances en esta discusión, pero cree que es necesario expandir el abanico de acciones en favor de los derechos de las mujeres.
Andrade valora los avances en esta discusión, pero cree que es necesario expandir el abanico de acciones en favor de los derechos de las mujeres.
Hoy se aprobó en la Comisión de Salud del Senado el proyecto, que tras pasar por la Comisión de Constitución llegaría a la discusión en Sala, donde se esperan ásperos debates.
Hoy se aprobó en la Comisión de Salud del Senado el proyecto, que tras pasar por la Comisión de Constitución llegaría a la discusión en Sala, donde se esperan ásperos debates.
Aunque el proyecto cuenta con un apoyo importante de la ciudadanía, todavía existe la posibilidad de que en el Parlamento este no pase como Ley de la República, y por ello, según Andrade, "cada apoyo es útil, cada acción, cada manifestación, le da más fuerza a esta causa".

En lo que se podría considerar el primer paso concreto en meses de discusión, en la tarde de hoy se acogió la voluntad de legislar respecto al proyecto que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales (peligro de vida para la mujer, inviabilidad fetal de carácter letal, embarazo por violación) en la Comisión de Salud del Senado por tres votos contra dos, una votación cerrada que se avizora como la constante que tendrá este debate en los siguientes pasos en el Parlamento.

Ahora el proyecto pasará a la Comisión de Constitución antes de la discusión en sala, motivo por el que para la directora de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género de la Casa de Bello, y ex ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Carmen Andrade, es de vital importancia hacer valer en el Congreso las cifras de los sondeos existentes que evidencian un apoyo mayoritario de la población a este proyecto en particular.

Pero Andrade explica que no sólo hay que considerar la aprobación de este proyecto en específico, sino que es preciso concentrarse en la visión de los derechos de la mujer de manera global, lo que hasta ahora no ha sido observado en una discusión tan acotada como esta, pero que al menos, si se aprueba este proyecto, debería dar pié a conversaciones más profundas y holísticas al respecto del bienestar de las mujeres en cuanto a sus derechos sexuales y reproductivos y, en general, de la sociedad, que a su juicio debe hacerse escuchar.

La Comisión de Salud del Senado aprobó el primer paso del proyecto, la idea de legislar. Ahora va a pasar a la Comisión de Constitución. ¿Qué podría pasar con el proyecto en el siguiente trámite?

Bueno, este es un buen paso, no le resto mérito. Creo que el proceso ha sido demasiado lento; de hecho, en la Cámara, ya se escuchó a un conjunto de expertos, organizaciones sociales, gente a favor, en contra; luego en la Comisión de Salud del Senado lo mismo, por eso espero que en la Comisión de Constitución no estemos meses repitiendo los debates. Queda mucho todavía, incluyendo la sala que es donde en definitiva se juegan los votos, donde aparecen bien sinceradas las posturas.

Y en esas posturas, ¿qué clase de inflexiones podríamos observar?

Este proyecto muestra contradicciones. Por una parte hay una diferencia en su valoración por parte de sectores conservadores, que no le encuentran ningún mérito, y que más bien acusan a quienes sostienen este proyecto de que están en contra de la vida. En la otra vereda, de quienes consideramos que es un proyecto importante, también se dan contradicciones porque hay quienes lo apoyan globalmente –con las tres causales- y hay otros que, estando de acuerdo en general, cuestionan una de las causales, que es la de violación, que es la que ha tenido más diferencia y más debate en el bloque de gobierno. Lo más probable es que esas mismas posturas van a volver a verse cuando se discuta en particular en la sala del Senado.

¿Cómo estas posturas se contraponen a la opinión de la ciudadanía?

Esperamos que se recoja un sentir ciudadano porque lo que sí tiene el proyecto es un importante apoyo de la gente: más de un 70 por ciento de las mujeres, incluso mujeres católicas, y un 60 por ciento de los hombres. O sea, claramente hay un sentir ciudadano que, ojalá, se escuche en el debate parlamentario.

El proyecto entrega el derecho a elegir al menos en esas tres causales. El Senador Francisco Chahuan y la Senadora Van Rysselberghe, que son los dos votos en contra que hubo en la comisión, dijeron que la mujer tiene derecho a elegir, pero a elegir  por la vida, entonces sigue siendo restringida la discusión. En ese sentido, ¿qué pasa con ideas como la del aborto libre, por ejemplo?

Primero, sobre los argumentos que dan los detractores del proyecto, lo que creo que hay ahí es una visión autoritaria de la sociedad en el sentido de que a partir de los conceptos religiosos -que pueden ser legítimos- se trata de imponer a todas las personas esos conceptos, y el proyecto por el contrario lo que abre es la posibilidad de decidir. A ninguna mujer le gusta hacerse un aborto. Cuando se llega a tomar una decisión tan dura como esa hay causas profundas, y las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, sobre nuestra vida, pero hay quienes históricamente han negado ese derecho. Lo que hay detrás de esa postura es una visión autoritaria y vertical, de imponer a toda la sociedad lo que son visiones personales, y creo que eso no les corresponde a los legisladores. Los legisladores tienen que escuchar los sentires ciudadanos.

¿Y ese sentir va más allá del proyecto?

Este es un proyecto acotado, limitado a tres causales y quienes lo apoyamos, desde mi postura, que muchos pensamos así, es un paso. Uno podría decir, entre comillas, un paso táctico, recuperar un derecho que alguna vez tuvimos. Pero, si uno lo piensa en términos más amplios, en lo que son los derechos sociales y reproductivos de las mujeres, debiera tener como horizonte estratégico el aborto por plazos. Ahora, para eso, falta mucho porque es un tema más duro, que no es solo un enfrentamiento con los sectores conservadores, sino que también -y esto hay que decirlo francamente-, no hay apoyo ciudadano mayoritario. Si nosotros queremos ganar esa batalla, tenemos que ganar la pelea no sólo en el parlamento, sino que también en la calle, con la ciudadanía, donde mujeres y hombres, que por razones legítimas, creen que no es correcto el aborto por plazo.

El aborto no es el único tema que podría pensar la ciudadanía que pueda ser importante por el lado de estos derechos.  Este proyecto sólo ha sido visto desde un punto de vista sanitario, y luego se ha intentado llegar a un ámbito valórico,  pero, ¿qué otro tipo de cambios deben haber?

La pelea histórica de los movimientos de mujeres ha sido a favor del pleno ejercicio de los derechos sexuales y reproductivo donde el aborto es una parte, pero este proyecto nos ha acotado la agenda. Nos ha pasado algo de eso, que se ha ido restringiendo la discusión al aborto, al aborto por tres causales, y a un proyecto de ley específico, pero es mucho más que eso: es la distribución igualitaria de anticonceptivos, es el acceso libre e informado a planes de prevención de embarazo adolescente, es la educación sexual laica y humanista en los colegios, e incluso, es el derecho a tener programas de fertilidad como iniciativas públicas, que hoy tampoco están, y es replantearse todo esto. Creo que se nos ha achicado la discusión.

Acá en la U. de Chile, ¿qué se ha hecho para aportar en este tema y en estos debates?

Creo respecto al debate circunscrito al aborto la Universidad de Chile ha tenido un rol bien importante porque no solamente se han generado espacios de discusión, sino que hay académicas de la Chile -a quienes yo felicito- que han estado tratando de influir en el debate parlamentario. Han estado en Valparaíso, se han reunido con la comisión con carácter de expertas, y la voz de la Chile siempre ha sido bien considerada en el mundo parlamentario, lo que es una ventaja. Pero también reconozco que nuestro debate ha estado cerrado al tema del aborto. Es como si el gobierno nos hubiera pauteado, y es una autocrítica que también me hago. Mi preocupación es que no nos quedemos en eso y que si el proyecto se aprueba –como espero que ocurra- no salgamos diciendo que este es un gran triunfo y nos quedemos ahí y nos olvidemos de que la pelea es mucho más grande, y hay que seguir impulsando otros derechos.

¿Cómo podríamos entender los dominios de esta lucha?

Cuando hablamos de los derechos sexuales y reproductivos -por poner solo eso, porque podríamos hablar de los derechos a la educación, políticos y muchos más-, tendría por ejemplo, que interlocutar con el Mineduc y decir cómo en el marco de una reforma educativa se incorpora a la educación sexual como un derecho en el aprendizaje de los niños y niñas, y también habría que preguntarle a los rectores si han dicho algo al respecto, que no sé si está en el campo de su interés. Y habría que preguntarle al Ministerio de Salud, al Ministerio de Cultura, entre otros, entonces creo que el tema es transversal y eso nos da fuerza, el tener estas miradas más globales. Más gente puede sentirse interpelada y por lo tanto más gente puede empujar el carro.

Pensando en la aprobación del proyecto actual, ¿qué es lo que tienen que hacer los actores sociales interesados en la ley para que se pueda aprobar?

Yo creo que aquí todas las acciones de apoyo sirven. Por un lado está lo que puedan hacer las expertas generando insumos, algo que han hecho bastante y yo no sé qué más argumentos se pueden esgrimir, porque ya no estamos en un plano de quién convence a quién, porque muchos ya tienen su postura explicitada. Por otro, y lo que yo creo que más serviría, son manifestaciones ciudadanas. Por ejemplo, que la gente de las regiones hable con sus parlamentarios y les haga ver cuáles son sus posturas sobre el proyecto. Todo eso sirve y tal vez no vamos a lograr convencer a la gente más conservadora, pero sí podemos incidir en otros que no están tan claros, y sobre todo en el conjunto de la sociedad.