Tras alrededor de tres meses de trabajo, la Facultad de Artes de la Universidad de Chile cuenta con un protocolo interno que establece los conductos a seguir para hacer la denuncia en caso de acoso o abuso. En ese marco se generó, además, la necesidad de contar con una Comisión Análisis Contingencia y Redes de Apoyo, la que estará conformada por distintos profesionales de la Facultad y que tendrá como tarea abordar la denuncia desde una perspectiva multidisciplinar y también dar orientación a la/el denunciante.
“El tema del acoso y el abuso en el último tiempo ha cobrado una enorme relevancia, lo que es una señal muy positiva puesto que un tema así no puede ni debe pasar inadvertido”, señala la Decana de la Facultad de Artes, prof. Clara Luz Cárdenas. En ese sentido, “es el primer paso de una serie de acciones que pretendemos poner en marcha en el mediano plazo y que incluyen, entre otras cosas, las charlas que se realizarán a principios de octubre en las sedes Alfonso Letelier Llona y Las Encinas”, añade.
El protocolo fue elaborado gracias al trabajo conjunto entre Decanato, la Dirección de Asuntos Estudiantiles, la Dirección Jurídica, la Dirección Académica y la Dirección de Bienestar Estudiantil y de Personal, invitándose, además, a los Centros de Estudiantes (CCEE) y Secretarías de género (Sesegen) de la Facultad a revisar y dar sugerencias al documento en que se estaba trabajando.
“La forma en que se generó el protocolo es uno de los aspectos más destacables, pues la participación de la psicóloga, la asistente social, la abogada, y algunas direcciones de la Facultad, junto con los estudiantes y las secretarías de género, fue fundamental para que saliera a la luz”, comenta la prof. Mónica Retamal, Directora de Asuntos Estudiantiles. Y añade: “Podemos mejorarlo si llegamos a ver que es necesario, pero sin duda es un logro positivo porque estamos avanzando en un tema muy delicado, haciéndonos cargo y dando respuestas”.
La importancia de la denuncia
La abogada Javiera Aguirre, Directora Jurídica de la Facultad, explica que el protocolo viene a llenar una vacío pues, “desde un punto de vista normativo, tanto en el Estatuto Administrativo, como en la reglamentación universitaria, se establecen procedimientos, plazos, causales y sanciones para instruir procesos sumariales, dentro de los cuales se debieran investigar situaciones de acoso y abuso, independiente de su arista penal. Sin embargo, la etapa previa, es decir la denuncia, con todas las dificultades prácticas y psicológicas que ello implica, no está considerada”.
Y ése es el foco de este documento que indica precisamente cuáles son los pasos a seguir para denunciar un hecho de esa naturaleza al interior de la Facultad de Artes, en el entendido de que, tal como explica la abogada, “es en la etapa de la denuncia donde hay que hacer hincapié, pues sin denuncia no se puede investigar, y sin canales claros y establecidos previamente, las víctimas no confían en denunciar”.
De allí que el protocolo establezca, entre otras cosas, que habrá un intermediario que tendrá un rol de acompañamiento durante el proceso de formalización de la denuncia y que, una vez que esto ocurra, la máxima autoridad de la Facultad citará dentro de las 24 horas siguientes a la Comisión de Análisis Contingencia y Redes de Apoyo con la finalidad de tratar el asunto. Luego, según el mérito de los antecedentes y conforme a las atribuciones establecidas, la Decana determinará la procedencia de dictar la resolución que inicia un proceso investigativo y disciplinario, según sea el caso (ver detalle en enlaces relacionados).
Paloma Castro, de la Sesegen Artes Centro, señala que si bien el protocolo “no abarca ni evita todo caso de abuso o acoso, es una señal importante. Es la consecuencia de problemáticas que siempre han existido y que habían estado naturalizadas dentro de la comunidad. Es un inicio y, en ese sentido, lo veo positivamente porque insta a la denuncia”. Al respecto, Danae Díaz, del CCEE de Teoría e Historia del Arte, agrega: “Antes del protocolo no se sabía bien dónde ir, con quién hablar o cómo proceder en caso de existir una situación así. Creo que se ha dado un paso importante, pero también que no es el único, pues quedan varias cosas por hacer en esta materia”
El primer paso de un trabajo colectivo
Tanto Paloma como Danae concuerdan en que éste es sólo un primer paso y que, por lo tanto, queda trabajo por hacer, destacando que en el proceso de elaboración del protocolo se haya invitado a los CCEE y Sesegen de Artes para revisar el documento en que se estaba trabajando. Al respecto, Paloma Castro comenta que, en ese contexto, las sugerencias que hicieron se relacionaron principalmente con establecer un vínculo con las Sesegen de Artes, pues éstas también “operan como red de apoyo y contención para las víctimas, lo cual aún no está considerado dentro de la institución (el rol de acompañamiento)”.
Por su parte, Danae Díaz agrega que son los CCEE y Sesegen los que “han puesto en tabla estas temáticas en distintas instancias, instalando diversos casos y posibilidades, y poniendo en cuestión el problema del acoso”. Para la estudiante de la Lic. en Teoría e Historia del Arte, la elaboración del documento “habla de un interés comunitario, y fue ese mismo interés el que motivó la construcción de un protocolo de estas características, con apoyo de distintos sectores de la comunidad, realizándose así de forma participativa y donde muchos hemos podido participar y aportar en la creación de esto”.
Las académicas y funcionarias que trabajaron en la elaboración del protocolo también coinciden en que éste es un primer paso para hacer frente al acoso y al abuso. “El acoso y abuso no se tratan sólo sancionando y persiguiendo a los victimarios sino que, y más importante aún, educando y previniendo eventuales situaciones que configuren conductas abusivas, considerando también la reparación emocional de las víctimas como un asunto prioritario, que debe tratarse con la seriedad, respeto y confidencialidad que ameritan”.
En ese contexto es que a principios de octubre se realizará la charla Buenas prácticas para nuestra convivencia, valores del profesionalismo en las sedes Alfonso Letelier Llona y Las Encinas, la que tiene como objetivo justamente dar cuenta de lo fundamental que es el respecto para una sana convivencia. “Esta charla está pensada para motivar a la reflexión respecto a las prácticas de convivencia, pues hay algunas que se dan en el ámbito universitario que, si bien pudieron ser aceptadas en su momento, hoy deben ser evaluadas. Los contextos han cambiado y debemos comprender que las dinámicas humanas se deben basar en el mutuo respeto ”, concluye la Directora de Asuntos Estudiantiles.