Fenómeno social transversal y permanente

Violencia juvenil: el desafío de establecer nuevas pautas de convivencia

Violencia juvenil: el desafío de establecer nuevas pautas
El profesor Gonzalo Berríos llamó a privilegiar los mecanismos de mediación para solucionar conflictos entre adolescentes.
El profesor Gonzalo Berríos llamó a privilegiar los mecanismos de mediación para solucionar conflictos entre adolescentes.
La profesora María Isabel Salinas explicó que este tipo de violencia se transforma en una herramienta de validación, y alertó que una sociedad basada en la desconfianza no puede superar estos vicios.
La profesora María Isabel Salinas explicó que este tipo de violencia se transforma en una herramienta de validación, y alertó que una sociedad basada en la desconfianza no puede superar estos vicios.

El caso de una adolescente de Concepción que ha protagonizado varios videos subidos a redes sociales en los que golpea a otras estudiantes secundarias, ha llamado la atención en los medios de comunicación, generando amplia discusión sobre cómo enfrentar estas situaciones. La joven, que asegura estar arrepentida, ha denunciado haber recibido amenazas de muerte y de agresiones luego de que salieran a la luz los videos, mientras su madre aseguró que era una adolescente que había cometido un error, y no una delincuente.

Más allá de este caso puntual, Gonzalo Berríos, subdirector de la Escuela de Posgrado de la Facultad de Derecho y especialista en derecho penal juvenil,  explicó que hay que tener en cuenta que las personas involucradas son adolescentes, y que sin perjuicio de que se pudo haber cometido un delito "la clave es pensar en cómo la intervención respecto a ese delito la hace responsable de sus actos pero favorece su integración social. Tratar a un adolescente como un delincuente, por más que haya cometido un delito de este tipo, no es lo más recomendable pensando en el futuro de esa persona en la sociedad".

Así, el académico planteó que la violencia escolar es un fenómeno permanente y transversal en nuestra sociedad, que no surgió hace 10 o 20 años, y que se han desarrollado diferentes mecanismos y herramientas para tratarla antes de llegar a una salida judicial, como los planes de convivencia en los establecimientos educacionales.

"Dentro de la responsabilidad de un sistema de justicia juvenil, una buena alternativa sería intentar un tipo de mediación entre la adolescente agresora y la agredida, porque los jóvenes van a seguir conviviendo y lo mejor es tratar de solucionar el conflicto. Yo sugeriría las iniciativas más modernas de justicia restaurativa o mediación", aseguró Berríos.

Sin embargo, el académico alertó respecto al déficit existente en materia penal, ya que en su opinión no se ha desarrollado con suficiente fuerza iniciativas de mediación en ese nivel que permitan evitar un juicio e implementar salidas alternativas que incluyan un acuerdo entre las partes como un tratamiento sicológico, reconocimiento público y disculpas. 

Violencia para ganar estatus

La profesora María Isabel Salinas, académica de la Facultad de Ciencias Sociales, destacó que este tipo de violencia en realidad se transforma en un instrumento para alcanzar autoestima, validación o estatus al interior de una comunidad, y que si bien el hecho mismo reviste gravedad, es fundamental comprender el fondo del fenómeno.

"Esta situación habla de una estructura social que está haciendo invisible el sufrimiento de la víctima, que no empatiza con ella. Esta violencia es entonces una expresión de individualismo, pero que no se reduce a un fenómeno de violencia juvenil sino que es más amplio, que se expresa también en otras formas de violencia no sólo física, sino también en el desconocimiento de los derechos de las personas", aseguró Salinas.

Junto con ello, la académica enfatizó en que para superar un fenómeno de esta naturaleza es importante la educación, que permita establecer nuevas pautas y mecanismos de relación entre las personas que se basen en la confianza. "Una sociedad que basa su forma de relación social en la desconfianza no puede superar estos vicios, y es difícil que genere pautas generales de empatía", profundizó.

Finalmente, Salinas aseguró que la falta de empatía con las víctimas y la naturalización de la violencia permite instalar una noción primitiva de violencia basada en el "ojo por ojo", lo que sumado a una nueva arista mediática con las redes sociales y la rápida transmisión de la información, instala al linchamiento público como una forma punitiva de reacción ante situaciones complejas, sin analizar y comprender el fenómeno en toda su profundidad.