Declaración de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile

Declaración de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile

De la mano de sus autoridades, sus académicos, sus estudiantes y funcionarios, la Facultad de Artes de la Universidad de Chile apoya con fervor la iniciativa llevada recientemente a cabo por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, el Foro de las Artes 2016, y siente como algo muy especial su participación colectiva en esta valiosa instancia. Consideramos que iniciativas de esta naturaleza son fundamentales a la hora de dar expresión pública y cuerpo común al conjunto de nuestras prácticas, procesos y realizaciones, que deben ser comprendidos a partir de un desarrollo cada vez más integral y transversal, así como de un anudamiento cada vez mayor entre la investigación, la reflexión, la creación y la difusión.

Como partícipes activos de la vida de la universidad pública (condición que en estos tiempos no solo debe ser preservada o administrada, sino urgentemente profundizada), no concebimos el arte solo como una práctica de carácter individual, sino fundamentalmente como una manera de indagar en los procesos formativos de nuestra memoria colectiva, como un modo responsable de resguardar la preciada historia patrimonial que da consistencia cultural a la nación y como una forma de repensar la vida en común a partir de la transformación experimental entre las prácticas y los materiales.

Si el arte lo concebimos como un elemento ineludible del ámbito de lo público, es porque está constitutivamente enlazado a la memoria de los procesos sociales y a la vida de la comunidad entre los cuerpos, las prácticas y los materiales. En este aspecto nos parece que es indispensable comprender que, a diferencia de otras disciplinas que forman parte de nuestra universidad, el arte no tiene como objeto ni la investigación aplicada ni la generación de variables con las que mejorar la gestión o la producción nacional; su objeto es introducir en la práctica más cotidiana del hombre una suspensión de su mera condición productiva o de su mera condición de “medio sin fin”, así como dar visibilidad pública a los modos que históricamente ha tenido la comunidad nacional de pensarse a sí misma o de alterar desde sí misma sus modos de estar o de sentir la vida en común.

Estamos ciertos de que en estos tiempos, que sin duda gravitan en un cambio penetrante en lo que respecta a la génesis reflexiva de la universidad pública moderna, el arte ha perdido centralidad, pero por lo mismo estimamos que hoy más que nunca es de vital importancia apoyar públicamente su enseñanza, su difusión, sus procesos y sus formas libres y abiertas de experimentación.

Desde sus inicios en el siglo XIX, nuestra Facultad ha atravesado por una gran diversidad de caminos y ha buscado acoplarse siempre de manera crítica, reflexiva y singular a los nuevos contextos y desafíos. El resguardo de las piezas, colecciones y documentos, que ocupan un papel trascendental en la memoria histórica del país, se ha complejizado enormemente y a esta memoria hemos atendido, durante los últimos años, consolidando una masa crítica que da a las prácticas del arte un espesor de carácter cada vez más transversal, adaptando nuestros planes de estudio a las nuevas formas de enseñanza y fortaleciendo, con todas las dificultades del caso, nuestros centros extensionales: las Salas Isidora Zegers, Sergio Aguirre, Agustín Siré, Adolfo Couve y Juan Egenau, así como también el Teatro Nacional Chileno, el Museo de Arte Popular y las dos sedes del Museo de Arte Contemporáneo. Estos centros extensionales forjan en conjunto una diversidad de contenidos que, puestos a disposición de la comunidad, destacan por su valor multidisciplinar y por colaborar decisivamente con la protección y mantención de nuestro patrimonio artístico y cultural.

Nos parece necesario por esto mismo llamar al compromiso público de nuestra universidad con los insustituibles y trascendentes beneficios que su Facultad de Artes brinda a la nación en su conjunto.

Santiago, 24 de octubre de 2016