Poniéndose el guante de látex fue que los cerca de 20 asistentes a la “Clínica del Libro” iniciaron este taller que se realizó este jueves 27 de octubre a las 12:30 hrs. en la Feria Internacional del Libro de Santiago.
Abriendo la comprensión del libro a sus procesos de tratamiento, cuidado, conservación, restauración y valor patrimonial, el taller estuvo a cargo de los profesionales del Archivo Central Andrés Bello Richard Solís y Yerko Quitral, quienes, haciendo una analogía entre un paciente y su doctor, explicaron la relación del restaurador con las obras.
“Imagínense esto como un hospital del libro, del documento, donde cada uno es un paciente”, les dijo a los asistentes el conservador Richard Solís, explicando que en el laboratorio cada texto tiene su ficha con información correspondiente a su estado, data y labor a realizar.
A partir de una muestra práctica del trabajo de conservación y una puesta en escena de las labores de restauración, los asistentes se aproximaron a la labor profesional que se desarrolla al interior de la U. de Chile en materia de conservación preventiva de libros y documentos que se custodian en el lugar, entre ellos, la biblioteca privada de Pablo Neruda, los manuscritos de Andrés Bello y los primeros impresos chilenos, entre otros.
El taller comenzó con la etapa de análisis y diagnóstico de los materiales, a partir del estudio de su pH, para luego pasar a la limpieza a partir de diferentes técnicas, con esponjas especiales y brochas.
Luego, los participantes del taller tuvieron la labor de restaurar las rasgaduras de una hoja, a partir de papel japonés. Advirtiendo sobre el cuidado y la dirección de las pinceladas para incluir el adhesivo, la metilceulosa, los profesionales a cargo del taller explicaron cómo unir el material.
Como les planteó a los asistentes Richard Solís, el trabajo patrimonial de documentos inicialmente había estado enfocado en el contenido de éstos y no en su materialidad. Por ello, el adentrarse al mundo de la conservación y restauración ayuda a comprender “no sólo lo que contiene el documento, sino que también cómo se fabricó. Eso habla de un contexto, de una época, de una precariedad en algunos casos. Nosotros también podemos estudiar ese aspecto a partir del material, que nos habla de una época determinada”.
Pamela Román, una de las participantes del taller valoró el carácter práctico de la actividad. “Cuando llegué pensé que iba a ser una charla sobre la restauración, pero al ser uno partícipe, lo encontré muy entretenido, porque los procesos de conocimientos y de aprendizaje son más significativos cuando uno se hace parte del laboratorio”.
Mismo procedimiento realizaron los más de treinta asistentes al "Taller de introducción a la conservación preventiva y restauración, materialidad papel", realizado a los participantes del II Congreso Nacional de Educación y Patrimonio, realizado en el Instituto Nacional.
Integrado mayoritariamente por estudiantes de dicho establecimiento, los participantes realizaron el taller y pudieron observar en el microscopio del Laboratorio de Conservación y Patrimonio del Archivo Central Andrés Bello, los detalles de la tinta y fibra de los papeles con los que trabajaron.
Para Gustavo Marchat, estudiante de primero medio del Instituto Nacional, “es súper importante crear estas instancias porque para una comunidad trabajar y ver el patrimonio como es, ayuda a llegar a la puesta en valor de éste”.
“Para nosotros, es crucial trabajar con la juventud y mostrarles lo que está solamente al alcance de los investigadores, y que se enamoren del patrimonio, tal como lo hacemos nosotros. Ese es nuestro objetivo”, dijo Yerko Quitral, para quien, “ojalá se pueda inculcar a las personas desde chicos el respeto y el amor por el patrimonio, que falta mucho en nuestro país”.
Como finalizó Richard Solís, “todavía hay mucho desconocimiento de nuestra disciplina a nivel nacional, por eso es una obligación de la U. de Chile mostrar y educar en los temas patrimoniales, socializar lo que sucede en el Archivo Central Andrés Bello”.