Investigadores chilenos y extranjeros participan en encuentro sobre el tema

Exilios políticos: Un campo abierto a la reflexión académica

Exilios políticos: Un campo abierto a la reflexión académica
El Rector Ennio Vivaldi ofreció unas palabras en la ceremonia inaugural de las jornadas.
El Rector Ennio Vivaldi ofreció unas palabras en la ceremonia inaugural de las jornadas.
La vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zeran, además de otras autoridades universitarias, académicos e investigadores chilenos y extranjeros, participaron de la actividad.
La vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zeran, además de otras autoridades universitarias, académicos e investigadores chilenos y extranjeros, participaron de la actividad.
El arquitecto Miguel Lawner y el músico Horacio Durán, participaron del diálogo "Experiencias y miradas  sobre los exilios".
El arquitecto Miguel Lawner y el músico Horacio Durán, participaron del diálogo "Experiencias y miradas sobre los exilios".
Las III Jornadas sobre Exilios Políticos del Cono Sur en el Siglo XX son organizadas de forma conjunta por las universidades de Chile, de La Plata y de Santiago de Chile.

Con los testimonios del reconocido arquitecto Miguel Lawner, y el músico de Inti Illimani, Horacio Durán, respecto al exilio político durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, comenzaron las III Jornadas de Trabajo sobre Exilios Políticos del Cono Sur en el siglo XX en el Salón de Honor de Casa Central.

La inicitiva, organizada por la Universidad de Chile; la Maestría en Historia y Memoria, el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); y la Universidad de Santiago de Chile (USACH), apunta a profundizar problemas y perspectivas conceptuales vinculados a exilios, migraciones, política y cultura, entre otros ámbitos.

“Que sirva este dolor que representa el exilio para reforzar el cariño por nuestros propios pueblos, el cariño por nuestras propias identidades, el digno orgullo de sentirse parte de este continente latinoamericano, sentirse argentino, chileno, uruguayo. Y que el dolor del exilio sea una forma a través de la cual nos aproximemos al amor por nuestros propios pueblos, y a mantener en el alto lo que ha sido su historia y su vocación de futuro”, dijo el Rector Ennio Vivaldi al dar inicio al encuentro, en el cual estuvo presente la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zeran, además de otras autoridades universitarias, académicos e investigadores chilenos y extranjeros.

Carmen Norambuena, académica de la USACH y miembro del comité ejecutivo de la actividad, dio la bienvenida a las jornadas, subrayando que “estas reuniones tienen un precedente histórico, pues la iniciativa surge del conjunto de investigadores que en estas universidades hemos venido trabajando hace ya más de una década, y que con el tiempo ha ido congregando a estudiosos y académicos de de diferentes latitudes”.

En la oportunidad, Ana María Barletta, coordinadora de la maestría en Historia y Memoria y vicepresidenta de la UNLP, también ofreció unas palabras, a través de las que llamó a los participantes del encuentro a contribuir con sus investigaciones, al desarrollo de nuevos discursos para la política y la sociedad. “Es realmente importante el desarrollo de esta comunidad académica y profesional, en donde la politización de nuestros temas es inmediata”, advirtió.

En la misma línea, Marcelo Mella, decano de la Facultad de Humanidades de la USACH y doctor en Estudios Americanos, señaló que “el desafío es encontrar la manera de abordar estas problemáticas, ojalá poniendo los problemas por delante y la disciplina después. ¿Por qué lo creo? Porque el problema del exilio, de las migraciones, no solo requieren capacidad de lectura del mundo académico, sino también requieren respuestas y soluciones. Y es por eso, que nosotros creemos que esta reunión es de la mayor importancia pública y que defiende y afirma el rol que tienen nuestras universidades”.

Por último, Francisco Estevez, director del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, lugar donde se están desarrollando las jornadas, destacó el hecho de que muchas de nuestras naciones latinoamericanas fueron construidas sobre la base de la cooperación y la solidaridad entre exiliados políticos. “Las memorias sobre el exilio también tienen que ser memorias sobre la fraternidad. El tema que ustedes están tratando es un tema de historia, por cierto, pero es un tema tremendamente presente y futuro”, afirmó.

El exilio en primera persona

Comenzando las diversas actividades que se llevarán a cabo durante las jornadas, se realizó el diálogo “Experiencias y miradas  sobre los exilios”, moderado por la académica María Eugenia Horwitz, y en el que participaron Miguel Lawner y Horacio Durán.

Lawner, expulsado del país en 1975, tras dos años de prisión política en diversos centros de detención en Chile, vivió el exilio en Dinamarca. “En ese tiempo aquel era un país muy excepcional, con una extraordinaria fuerza de las organizaciones sindicales. Era un país donde para todos estaba garantizada la salud gratuita, absolutamente gratuita. Todo el mundo se atendía por el sistema de salud, ricos y pobres. Lo mismo ocurría con la educación, un sistema de transporte público excepcional de alta calidad, y la vivienda también, en conjuntos habitacionales como en los que yo fui a parar, maravillosos. Pero claro, el exilio, el destierro, es una ruptura monstruosa, terrible”, subrayó el arquitecto.

Lawner, quien en su relató comentó sobre sus orígenes judíos y estrechos lazos familiares, aseguró que tras su destierro, “no podía aceptar que me separaran de mi madre, de mi hermana, de mis tíos, mis primos. Convivíamos frecuentemente también con los amigos. Este desarraigo, esta ruptura total de un día para otro fue un castigo infame”.

El músico Horacio Durán, por su parte, se encontraba de gira en Italia junto a Inti Illimani para el 11 de septiembre de 1973, momento desde el cual no pudo volver al país. “Nosotros éramos un grupo de seis músicos, éramos una célula del Partido Comunista y éramos un grupo humano que tenía que reinventarse la vida”, contó sobre los primeros días fuera del país.

Tras relatar cómo fue el abrirse camino en Italia, repasando tanto los aspectos familiares como musicales, Durán señaló: “Desde el punto de vista de nuestro trabajo profesional tuvimos un éxito extraordinario, pero ello no significaba que no sufriéramos esta ruptura con la pertinencia, que es el tema de fondo del destierro forzado o voluntario”.

Luego de 15 años de exilio Durán pudo volver a Chile. “El día 18 de septiembre de 1988 bajamos del avión en un estado como de levitación, nos acercamos a las viejas instalaciones del aeropuerto, donde estaba migración y Policía Internacional, había una ventana muy grande donde estaba mi papá, que logró entrar y estaba al otro lado de este vidrio enorme. Yo me acerqué, puse la mano, él puso la mano al otro lado, y ahí derramé todas las lágrimas contenidas durante los años de exilio”, recordó.