La ciudad de Llanquihue, además de ser el polo industrial histórico de los bordes del lago Llanquihue, está conformada por una red de humedales, formada al existir allí el único desagüe del lago: el río Maullín, el cual desemboca en el Océano Pacífico a más de 80 km de distancia.
El ecosistema particular de este sitio, así como la interrelación con el crecimiento urbano de los últimos años en la zona, conforman parte importante del desafío de estudio de este curso. Los humedales urbanos, señala el equipo docente liderado por el Profesor Alvaro Gutiérrez, son un desafío en el ámbito de la carrera, pues implica indagar en temas como los servicios ecosistémicos, riesgo y desastres naturales, antropología, urbanismo, arquitectura del paisaje, entre otros.
Es por lo anterior que diversos académicos de la Universidad de Chile junto con instituciones públicas y privadas han apoyado este proceso formativo práctico al dictar charlas, talleres y durante el terreno en Llanquihue, tales como la SEREMI de Medio Ambiente, la fundación Legado Chile a través del arquitecto Andrés Riveros, la consultora Patagua a través de la Ingeniera en Recursos Naturales Camila Teutsch.
“Lo que busca el ejercicio docente en la práctica II-A es que los estudiantes desarrollen y pongan en práctica sus habilidades técnicas y sociales, logrando una vinculación profunda con el lugar de estudio. La idea es realizar un diagnóstico integral de las complejidades de los territorios, es decir, un levantamiento de información en diversas áreas, con foco en esta oportunidad en los humedales urbanos de Llanquihue y su relación con las actividades humanas que allí ocurren", indica la profesora Erika Cortés-Donoso coordinadora del curso, quien también fue entrevistada por Radio Nuevo Amanecer de Llanquihue junto a un grupo de estudiantes.
Parte del proceso de diagnóstico consiste en relacionarse con la comunidad local para rescatar su opinión y visión de la ciudad y los humedales. Para ello los estudiantes realizaron entrevistas, encuestas, actividades públicas (como una cartografía participativa en la plaza de armas de la ciudad), además de contar sobre los objetivos de este trabajo e invitar a la comunidad.
El equipo docente del curso destaca que “el trabajo realizado en la práctica II-A denota el fuerte carácter de extensión universitaria, puesto que se logra una concertación de distintas voluntades de los actores del territorio en torno a estas iniciativas. Organismos públicos y privados han manifestado interés directo en los resultados que este ejercicio puede tener y su potencial aporte a la comuna. Es así como las estudiantes se han reunido con la Alcaldía y distintos departamentos de la Municipalidad de Llanquihue; además de participar en la Mesa Provincial de Humedales conformada por diversos organismos gubernamentales, privados y locales.”
Los datos obtenidos en la práctica II-A servirán de insumo para la práctica II-B de la carrera, donde se generará un plan estratégico que fomente un desarrollo sustentable local de la comuna de Llanquihue en su sector urbano, que permita conservar el sistema de humedales existente, de la mano y respetando los interés de los actores y la comunidad local.
El curso fue coordinado por Erika Cortés-Donoso y contó con la colaboración de Felipe Labra Oyanedel (investigador del Instituto Forestal) como profesor colaborador. El equipo de ayudantes estuvo conformado por Soledad Álvarez, José Felipe Quiroga, Raimundo Marchant, Nicolás Toro, Andrea Urra y Anisú Gómez. Ademas, diversos academicos de la Universidad otorgaron un carácter interdisciplinario al curso, entre ellos Rodrigo Mardones y Daniel Fauré (Facultad de Ciencias Sociales), Emanuel Gianotti y Alexis Vásquez (Facultad de Arquitectura y Urbanismo), Oscar Seguel, Jorge Perez-Quezada, Mauricio Galleguillos, Andrés de la Fuente, Aira Faúndez (Fac. Ciencias Agronómicas) y Martín Escobar (Fac. Ciencias Forestales y de Conservación de la Naturaleza.