Asistencia y academia

El encanto de los hospitales públicos

El encanto de los hospitales públicos
Los doctores Manuel García de los Ríos, Rodolfo Armas Merino y Sergio Bozzo junto a parte del comité organizador de estas jornadas.
Los doctores Manuel García de los Ríos, Rodolfo Armas Merino y Sergio Bozzo junto a parte del comité organizador de estas jornadas.

La iniciativa se realizó entre el 9 y el 11 de mayo de 2017, con el objetivo de contribuir al perfeccionamiento y formación continua de los profesionales del Servicio de Salud Metropolitano Occidente y otros, así como de promover la investigación científica y ofrecer una instancia para presentar trabajos y casos clínicos que posteriormente puedan ser presentados en congresos de la especialidad.

En opinión del doctor Sergio Bozzo, director académico del Campus Occidente, "es bueno que la Universidad de Chile apoye estas instancias de encuentro que son históricas y que tienen lugar cada dos años. Corresponden a una tradición asistencial docente con el nombre del doctor Esteban Parrochia, en el mismo auditorio, alguien que fue ´sanjuanino´ y de la nuestra universidad toda su vida. Eso es lo que queremos mantener vivo".

Además, destacó que estas jornadas contaron por primera vez con actividades prácticas; "como el tema central era la medicina de urgencia, se hicieron talleres de ventilación no invasiva, de reanimación, vía aérea, para los que se utilizaron nuestras dependencias en el Centro de Habilidades Clínicas, lo cual es inédito. Esto nos dejó muy satisfechos porque entre los asistentes hubo personal de consultorios del SSMOc, profesionales no médicos, que no conocían estas instalaciones y quedaron muy bien impresionados. Fue un plus, que puede significar que sigamos haciendo asociaciones en el futuro".

Historia de la medicina pública

En su conferencia de clausura, el doctor Armas revisó parte de la relación histórica entre la formación universitaria de médicos y los hospitales de la red pública de salud, desde los albores de la Universidad de San Felipe –" que en esta área fue muy ineficaz: en cincuenta años, hasta 1809 sólo logró graduar a 4 doctores y tres bachilleres en medicina con una mortalidad académica de 82%; de hecho, la Facultad fue clausurada por el Virrey Abascal cuando, en la primera década de 1800, no había graduado a nadie", explicó- hasta la actualidad.

Así, recordó que "poco a poco la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile se fue consolidando y concentrando la docencia médica en sus aulas y en el Hospital San Vicente de Paul. Esto tuvo un profundo cambio en 1945, cuando nuestra institución, después de un cuidadoso estudio y duro debate, aprobó una reforma a la enseñanza médica que consistió en sacar en buen medida la enseñanza teórica de las aulas a una teórico-práctica en las salas de los hospitales, instalándose en el Salvador, San Juan de Dios, San Borja y San Vicente, donde se radicaron cátedras con sus respectivos profesores y los alumnos pasaban medio día durante tres años. He hecho estos recuerdos porque en este país, como en muchos, la escuela de medicina nace y se desarrolla mucho más vinculada a hospitales que a universidades".

Ello, porque entre las características y valores de los hospitales públicos, el doctor Armas destacó que es en esos recintos en donde se vive la realidad nacional, pues "allí se practica la medicina para los que no pueden pagar o tienen sólo el seguro de salud básico; a los más desposeídos de la sociedad, a los que no tiene otra alternativa". Por ese motivo, añadió, quienes se forman deben aprender a resolver carencias de infraestructura y equipamiento, conocen las más diversas patologías debido al alto número de pacientes a los que convocan, aprenden a respetar a la persona necesitada y "trabajan en equipos con jerarquías que se ganan sólo trabajando y sabiendo y no valiéndose de otras variables, aprendiendo y enseñando unos a otros, y reconociendo las limitaciones propias".

Luego, recordó lo que eran las visitas de sala realizadas por médicos, como acto docente, rodeados de estudiantes, para lo cual dio a conocer un poema escrito por Violeta Parra luego de que en 1959 fuera internada en el Hospital San Juan de Dios por una ictericia, versos en los que retrató con claridad a los doctores que la atendieron así como su gratitud por la atención recibida. "Durante su internación una mañana pasó la visita regular el profesor, que era el doctor Armas Cruz; lo acompañaba el jefe de clínica, doctor Raúl Yazigi Jáuregui; el médico jefe de sala, doctor Miguel Vera y el médico tratante, doctor Antonio Reginato. También estaban los tutores de alumnos, doctores Óscar Gazmuri y Fernando Valenzuela Ravest, acompañados de los estudiantes que tenían a cargo, y otros médicos jóvenes, entre los que estaban Ventura Ubilla y Guillermo Ugarte, además de algunos internos, entre los que me incluyo. A las cinco de la tarde de ese día, una funcionaria del hospital llamó a Ventura Ubilla avisándole que en la radio Pacífico estaban recitando o iban a recitar un poema recién escrito por Violeta".

Un desafío

Por último, a través de referirse a una serie de avances y prestaciones ofrecidas por los distintos servicios del HSJD, el doctor Armas respondió a una inquietud planteada por él momentos antes, en cuanto a la contribución actual de los hospitales públicos. Así, y luego de enumerar áreas en las que este recinto sobresale por sus prestaciones asistenciales y académicas, señaló que "todo lo anterior demuestra que este hospital y especialmente nuestro servicio y Departamento de Medicina están vivos y muy activos. Si volviera a iniciar mis estudios y tuviera la oportunidad de diseñar mi carrera, nuevamente optaría como campo clínico para mi aprendizaje y para mi trabajo profesional por hospitales públicos de la red asistencial del Estado. En ellos se vive la medicina con las limitaciones propias de un país aun en desarrollo, de ellos depende la atención sanitaria de al menos dos tercios de los chilenos y por ende ellos debieran ser razonablemente el campo laboral futuro para al menos dos tercios de nuestros alumnos, ellos cumplen un rol social fantástico. Me encantaría que la dirección del hospital y la de Facultad de Medicina se comprometieran a que en un plazo no lejano, existan en todas las unidades de este hospital programas de formación de especialistas clínicos. Para ello habrá que reforzar unidades, pero debemos lograrlo para garantizar una generación de reemplazo".

Recogiendo este desafío, el doctor Bozzo comentó que "con todo lo que aquí se hace, con la enorme posibilidad de ver pacientes y aprender de toda clase de patologías, y con recursos técnicos que en varias áreas son bastante cercanas a lo más destacado –y cuando no, desarrollando formas ingeniosas para desarrollar las subespecialidades al mejor nivel posible-, y sobre todo si el doctor Armas dijo que éste es el mejor hospital del país, es porque probablemente tiene fundamentos para serlo. Entonces, por qué no avanzar hacia completar las mallas de subespecialidades para desarrollarlas en este hospital en un mediano plazo razonable".