Dr. Humberto Valenzuela, psiquiatra del SEMDA:

"Para una persona que está pensando en quitarse la vida, comentar su situación con alguien ya puede ser un alivio"

Psiquiatra del SEMDA aborda problemáticas de depresión y suicidios
Dr. Humberto Valenzuela, psiquiatra del SEMDA.
Dr. Humberto Valenzuela, psiquiatra del SEMDA.
Actualmente en Chile hay una alta tasa de suicidios, con 11,7 casos por cada cien mil habitantes.
Actualmente en Chile hay una alta tasa de suicidios, con 11,7 casos por cada cien mil habitantes.
Practicar deporte y actividades recreativas, una buena alimentación y buscar siempre el apoyo de los más cercanos puede ser clave para evitar o superar cuadros de depresión.
Practicar deporte y actividades recreativas, una buena alimentación y buscar siempre el apoyo de los más cercanos puede ser clave para evitar o superar cuadros de depresión.

El pasado 7 de junio, y a raíz del caso de suicidio de un estudiante, el Servicio Médico y Dental de Alumnos (SEMDA) realizó una charla sobre el tema, a la cual asistió personal de las distintas sedes del servicio. En la ocasión, el doctor Humberto Valenzuela, psiquiatra del SEMDA presentó sobre la problemática que pretende ser abordada con mayor profundidad por la Universidad.

Este tipo de actividades, además de una coordinación con la Vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios (VAEC) para planificar líneas de acción, pretenden darle más importancia a la salud mental de la comunidad en un contexto nacional con cifras poco alentadoras. Este y otros puntos fueron abordados por el doctor Valenzuela en la siguiente entrevista:

En los últimos meses los medios de comunicación hablan de un aumento de trastornos de salud mental. ¿Esos datos reflejan una realidad en Chile y la Universidad?

Nuestro país tiene niveles de problemas de salud mental muy altos en relación al resto de la población mundial, y algo que alarma mucho es que, si nos comparamos con los otros países de la OCDE, Chile ha aumentado mucho sus niveles de suicidio en adolescentes. Si bien la adolescencia se considera hasta los 19 años, las personas que atendemos nosotros tienen aún características de esa etapa, dado que el promedio de quienes vienen acá es de 20 años.

Chile ha aumentado sus niveles de suicidio enormemente en las últimas dos décadas, con una tasa de 11,7 por cada cien mil habitantes, y si bien no tenemos estadísticas de los casos en la población universitaria, sabemos que el principal factor de riesgo, que es la depresión, bordea el 20 por ciento según estudios que se han hecho en las universidades Católica, de Concepción y Austral. Los universitarios son, entonces, un grupo que está en mayor riesgo, y uno lo puede ver aquí. Es un grupo que está pasando por un cambio de ciclo vital que viene de la adolescencia, de la necesidad de crearse una identidad, de un revoltijo interior que después, al llegar a la educación superior, se junta con otras circunstancias como la mayor carga académica y las nuevas responsabilidades. A veces cuesta lidiar con eso, sobre todo cuando se suma a problemas de disfunción familiar, pocas redes de apoyo o vulnerabilidad económica. Estos últimos casos son los que más atendemos en el SEMDA.

Hay expertos que enfatizan en la falta de recursos para la salud mental, mientras otros también plantean que no basta con medicalizar, sino que también hay que cuestionar el ritmo de vida que se lleva en nuestro país. ¿Estos elementos permiten abordar bien el problema?

Efectivamente hay falta de recursos. Alrededor del 7 por ciento del PIB de Chile se gasta en salud, lo que es poco comparado con otros países desarrollados. Sólo el 2,5 por ciento aproximadamente del total de esos recursos se destina a salud mental, lo que es un porcentaje muy bajo considerando que la tasa de riesgo de desarrollar una patología de salud mental durante la vida es de 1 de cada 5 personas, llegando a un tercio en algunos periodos. El promedio de la OCDE es de un 5 por ciento del total de salud destinado a salud mental, mientras que otros países desarrollados con problemas grandes de suicidio, destinan entre un 10 y un 15 por ciento. Consideremos también que las enfermedades neuropsiquiátricas son las que hoy están generando más gastos por licencias médicas y, en el caso de la Universidad, esto se refleja en que siempre estamos cortos de horas en psicología y psiquiatría.

Si bien el suicidio tiene causas multifactoriales que incluyen características personales y la predisposición genética o de familiares que han incurrido en la autoagresión, también hay otras cosas que juegan a favor, como el ciclo de vida mismo, los rasgos de personalidad, el aumento de las conductas sexuales de riesgo, el consumo de alcohol y drogas, el aumento del sedentarismo y la mala alimentación. Esto además en un contexto social marcado por exigencias de proyectos de vida relacionados con el exitismo, con tratar de ser más económicamente, conseguir metas en el corto plazo.

¿Hay una presión mayor por cumplir ciertos estándares de vida?

Como sociedad tenemos un tema con autoexigirnos ciertas metas que nos hacen dejar de lado otras necesidades que tenemos como seres humanos y que nos dan mayor satisfacción. Siempre se menciona que necesitamos más espacios públicos para compartir, que tenemos poco tiempo para actividades recreativas y poco tiempo con la familia para hablar estos temas. Las familias cada vez se juntan menos a tomar once, a almorzar en grupo y conversar. Los valores que tienen que ver con adquirir cosas, están primando, y eso puede ser un factor de riesgo.

¿Cómo lo han hecho los países que han logrado disminuir las tasas de suicidio?

Si bien no se puede establecer fácilmente una relación causal directa, sí se ha visto que ha disminuido el suicidio en los países donde ha aumentado el consumo de antidepresivos. Eso no quiere decir que ésta sea la solución, es más bien una medida parche. La solución real va por otro lado: revisar la calidad de vida considerando todos los factores de vulnerabilidad, desde lo económico y los problemas familiares hasta el consumo de sustancias.

En ese sentido, ¿qué puede hacer la comunidad universitaria para abordar este problema?

El suicidio es un tema que genera miedo en la gente, decir la palabra da susto y no es algo a lo que uno se quiera enfrentar. Si yo escucho que alguien se quiere quitar la vida o tiene pensamientos de muerte, por lo general no lo enfrento porque da miedo y uno no sabe qué hacer. Por eso, lo primero en el caso de la Universidad es estar evaluando de manera constante cómo los estudiantes se sienten con la carrera, si se están sintiendo con mucha sobrecarga. En Ingeniería, por ejemplo, generaron un plan académico en el cual tienen vacaciones cada cierto tiempo, lo que sería interesante replicar en otros casos. Esto es interesante si consideramos que hay un estudio de otra universidad que dice que el 40 por ciento de los estudiantes piensan que han necesitado ser atendidos por algún personal de salud mental, lo que es una cifra bastante alta. Esto va de la mano con una cifra que dice que hasta el 80 por ciento ha sentido alguna vez que no puede con la carga académica que le exige el plantel. También es muy necesario dar tiempo y espacio para otras actividades que no tengan que ver con la carrera, de tipo recreativa, deportiva, talleres temáticos, etc.

¿Cómo pueden hacer las personas para identificar y ayudar a algún compañero/a esté pasando por un episodio anímico complejo?

Hay que pensar en los síntomas depresivos. Si una persona empieza a faltar a clases es un indicador de que algo no está bien, y de las personas que van a clases, es importante ver si bajan mucho su rendimiento. Ahora, si vemos que la otra persona no duerme bien, anda angustiada o se le ve llorando constantemente, hay que poner más ojo. Sobre cómo abordarlo, si sabemos que una persona se intentó quitar la vida, hay que contactar a la familia y llevarla a un servicio de urgencia; pero si la persona aún no ha intentado nada, lo ideal es poder conversarle, preguntar si se siente bien y ofrecerle ayuda. Hay que entender que esto es una enfermedad que tiene tratamiento y se puede mejorar, tanto con medicamentos como con otro tipo de intervenciones. Para una persona que está pensando en quitarse la vida, muchas veces poder comentar su situación con alguien ya puede ser un alivio tremendo.