Localías: procesos, acciones, divergencias, fue el eje de la convocatoria al Concurso de Arte y Tecnologías Digitales en Homenaje a Matilde Pérez, dirigida a estudiantes y egresados de áreas como artes, música, ciencias, arquitectura, diseño, entre otras. Una iniciativa organizada por Anilla MAC -unidad del Museo de Arte Contemporáneo, MAC, dedicada a la difusión y reflexión de las artes mediales- junto a la Escuela de Artes Visuales de la Universidad UNIACC, y que cuenta con el auspicio de dicha casa de estudios y del Área de Nuevos Medios del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Desde el 2009 que este certamen busca promover en las nuevas generaciones no sólo el abordaje artístico de determinados problemas sociales y estéticos a partir de las tecnologías, sino también ser una instancia para potenciar la interdisciplinariedad. De allí que el legado de la artista visual chilena Matilde Pérez (1916-2014) sea clave, al ser una precursora fundamental del uso de las tecnologías en el arte.
Como parte del concurso, el MAC junto con Anilla MAC organizan una exposición en donde son exhibidas todas las obras ganadoras. Es así como desde el 17 de junio y hasta el 20 de agosto en el Museo de Arte Contemporáneo, Quinta Normal, se podrán visitar los siete trabajos que resultaron ganadores.
Tal es el caso de la obra Deklarasyon/Declaración, del alumno del DAV, Daniel Estrada, con la que obtuvo el segundo lugar en la categoría Estudiantes. Ésta consiste en una instalación sonora de 16 voces reproducidas en loop, que se distribuyen por la sala de exposiciones, encima del dibujo de un mapa híbrido que remite a Santiago y Haití.
“La obra trata de los cruces culturales entre chilenos y haitiano que experimentamos como habitantes de un espacio común, y la identidad que construimos a partir de nuestras experiencias y voluntad de integrar la diferencia en un relato personal y coherente”, dijo el alumno.
Estrada también se refirió a la importancia que ha tenido en su aprendizaje la participación en el certamen que “ha sido de aprendizaje y desafío, tanto en lo técnico como en lo discursivo. La experiencia que lo medial permite y las conexiones que genera con los espectadores, permite abordar la realidad desde un lugar distinto al límite entre lo artístico y la experiencia cotidiana. Además a Matilde Pérez la veo como una figura precursora en la práctica medial dispuesta a mover ese límite entre la experiencia diferida y la experiencia directa”, indicó.
Tecnología y Ciudad
En la categoría Egresados, los ex alumnos del DAV, Pedro Vargas y Camila Fernández, obtuvieron el primer y segundo lugar respectivamente. En el caso de Vargas, obtuvo la máxima distinción por su obra Ilusión y simulacro, que busca reflexionar sobre la ambivalencia entre la dimensión global y la local.
“La obra Ilusión y simulacro es una reflexión en torno a la problemática del espacio y cuerpo en el sistema de ventas de proyectos habitacionales en el Chile actual. En este contexto, que ha sido denominado como terrorismo habitacional, el espacio reducido en el que se concentra una alta densidad poblacional pone en evidencia la precariedad del espacio territorial que habitamos en la actualidad. Esta obra hace carne la reducción del espacio a través del contraste propuesto por la simulación del espacio a través de visitas pilotos”, explicó el artista.
El trabajo de Pedro Vargas cuenta con una estructura similar al tamaño de una habitación que se sub-arrienda dentro de un departamento ubicado en uno de los llamados Guetos Verticales de Estación Central. Esta obra se encuentra un casco de realidad virtual al que el espectador puede acceder ingresando a la habitación. Estando dentro, se puede girar en 360° con el fin de ver el espacio -cuyas dimensiones son exageradas de forma intencional-, pero le será imposible moverse dentro de él, ya que solo se puede girar en el espacio virtual y saltar sobre su misma posición, con el fin de desplazarse dentro de la simulación virtual. Además, el visitante tiene la posibilidad de descargar la aplicación en su Smartphone para poder experimentar la obra.
“Esta obra es una reflexión que nace desde mi experiencia personal, como inmigrante en Francia. Durante mi infancia habité los tradicionales guetos franceses: complejos habitacionales conformados por torres: “Les Cités”. La población de estas torres se conforma principalmente por numerosos inmigrantes magrebíes y africanos. Hoy en día, los denominadas “cités” son un gran problema social en donde viven hacinadas poblaciones de distintas procedencias culturales. El gueto vertical de Estación Central no solo abarca la problemática del espacio y cuerpo en el sistema de ventas de proyectos habitacionales, sino que también sienta las bases de futuros problemas sociales que vivirá el Chile del mañana tal como sucede actualmente en países como EE. UU o Francia”, dijo Vargas para explicar el origen de su trabajo.
El joven artista también se refirió a la importancia que este concurso implica en su carrera, señalando que: “Es bastante importante, porque permite ser validado por tus pares. Con esto me refiero a artistas mediales que se interesan en este tipo de propuesta en donde se mezcla realidad virtual con instalación. Y de alguna manera, he vuelto al arte luego de 6 años, ya que por cosas de la vida me alejé del arte y me dediqué a armar una empresa de videojuego en realidad virtual (trabajo en la industria del videojuego). Además, exponer una obra en un lugar como el MAC es siempre interesante, ya que te da la posibilidad de intervenir ese espacio”.
Los timbres del Transantiago
Por su parte, la egresada Camila Fernández, obtuvo el segundo lugar gracias a la obra, Made in China, consistente en video instalación conformado por seis módulos y un video.
Este último es el registro de una intervención realizada por la artista instalando una versión de los timbres de microbuses con sonidos diferentes a los comúnmente conocidos dentro de un bus del Transantiago, aprovechado los espacios donde faltan los dispositivos debido a la precariedad de éstas.
El módulo se constituye por un fierro amarillo soportado con una base, que al igual que un fierro de micro, tiene un timbre negro y naranjo el que al pulsarlo hacer sonar el parlante que tiene en su extremo superior. Los sonidos consisten en una recolección de chucherías chinas sonoras que son icónicas en el imaginario de la sociedad chilena, a pesar de su reciente inserción en ésta, como la música de las luces de navidad, los peluches que dicen I love you, las pistolas láser de juguete, etc.
“La idea alrededor del trabajó comenzó a gestarse en el 2015, donde realicé los timbres a través de vaciados en resina; comencé a experimentar con circuitos de juguetes y realicé pruebas de la intervención; pensando en un principio en la idea de modificar o hackear el entorno de una micro. Posteriormente retomé el proyecto para postularlo al concurso donde replanteé con mayor profundidad los sonidos utilizados en los timbres, haciendo una selección consciente de ellos”, indicó Fernández.
Esta obra, al ser elaborada en el Taller Complementario de Electrónica y Programación que se imparte en el DAV, posibilitó a la artista continuar con el proceso de ésta dentro de un entorno que potencia el uso de los nuevos medios en las artes, para, según sus propias palabras, “tener un asesoramiento dirigido al área y además formar parte de una curatoría donde se visibilice el trabajo de otros artistas y estudiantes con intereses en común, que también pueden aportar en los procesos durante las clínicas, por ejemplo”.
Finalmente, al ser consultada por la importancia que tiene recibir un reconocimiento en homenaje a Matilde Pérez, Camila Fernández manifestó que, “estas instancias le ponen un valor agregado al trabajo del artista y son un incentivo especialmente para aquellos que recién comienzan a desarrollar una carrera como artistas visuales”, dijo.
Camila Fernández concluyó agregando que, “El hecho que el concurso se dirija al uso de las nuevas tecnologías en su sentido más amplio, se sustenta de forma coherente dentro del contexto artístico contemporáneo, ya que a pesar que se trata de una convocatoria que se viene realizando desde el 2009, sigue siendo un área de desarrollo incipiente, probablemente debido a la rapidez con la que aparecen nuevos desarrollos tecnológicos con un posible uso en las artes y por ello es importante que existe una instancia que se enfoque a ellas para así poder visibilizarlas”.
En cuanto al resto de los artistas ganadores del certamen, cabe destacar que en la categoría Estudiantes, el primer lugar lo obtuvo José Manuel Fresno, con la obra La ola más oscura. En esa misma área, el tercer lugar recayó en Bárbara Molina y Matías Serrano, egresados de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile que formaron el Colectivo 22bits y que destacaron por su obra Ensayo de horizontalidad.
En la categoría Egresados, Sebastián Salinas obtuvo el tercer lugar con Comercio: 1930 y la obra CCTV Extended de Sebastián Lásker Ábrigo, recibió una mención honrosa.
La muestra que agrupa las obras ganadoras del concurso podrá ser visitada en el Museo de Arte Contemporáneo, Sede Quinta Normal, ubicado en Av. Matucana 464. Metro Quinta Normal, de marte a sábado de 11 a 19 horas y domingo de 11 a 18 horas. La entrada es liberada.