El libro es resultado de un proyecto Fondecyt Regular:

La "ultrapiel" de la imagen digital en nueva publicación de Rodrigo Zúñiga

La "ultrapiel" de la imagen digital en publicación de Rodrigo Zúñiga
"Au-delà de la dermatologie photographique" se titula la nueva publicación de Rodrigo Zúñiga, libro que en septiembre comenzará a ser comercializado en París.
"Au-delà de la dermatologie photographique" se titula la nueva publicación de Rodrigo Zúñiga, libro que en septiembre comenzará a ser comercializado en París.

“La invitación fue planteada por François Soulages y su equipo hace algunos años, más o menos el 2013. En L’Harmattan él dirige la colección ‘Eidos’, que se subdivide en diversas series, abarcando una amplia gama de temas. François me propuso por aquel entonces editar un pequeño volumen que reuniera algunos de mis escritos, y me dio a escoger cualquiera de esas series como destino”, recuerda Rodrigo Zúñiga, académico del Departamento de Teoría de las Artes, respecto a cómo surgió la posibilidad de publicar Au-delà de la dermatologie photographique, libro que en septiembre comenzará a ser comercializado en París.

En ese entonces, Rodrigo Zúñiga tenía varios proyectos en carpeta, por lo que tardó algunos años en recopilar el material necesario, “hasta que en definitiva el año pasado, después de liberarme de algunas cosas administrativas, pude encarar finalmente la última etapa del proyecto”, añade el académico de la Facultad de Artes.

Según explica, se trataba de “un bonito desafío, porque el hecho de que mis ideas circulen en otro medio, hacia otros públicos y expectativas, obliga a cierto descentramiento, a estar consciente de otros vínculos posibles y no te sientes del todo en control de la situación, lo cual para un autor es siempre un remezón necesario. Ha sido un muy buen aprendizaje y una gran experiencia laboral, además, relacionarme con una editorial tan grande”.

Más allá de la dermatología fotográfica

Au-delà de la dermatologie photographique es resultado directo de un proyecto Fondecyt Regular que el prof. Zúñiga publicó entre 2013 y 2015, donde trabajó “una perspectiva de lectura sobre la imagen digital después de la fotografía, es decir, después de la época de la imagen análoga”, comenta. Para ello ocupó “la metáfora ‘ultrapiel’, para indicar que las nuevas imágenes-pixeles carecen de ‘epidermis’, de superficie inscriptiva, y que eso modifica completamente nuestros modos de relación con las imágenes”.

En el libro, cuyo título en español se traduciría como Ultrapiel. Más allá de la dermatología fotográfica, Zúñiga sostiene “que posiblemente nos encontremos experimentando el fin del retrato y la apertura de nuevas concurrencias o relaciones entre subjetividades e imágenes. Los modos de aparición de rostros y cuerpos, en lo que denomino ‘imagen de ultrapiel’, divergen completamente de lo que era nuestra experiencia fotográfica, eminentemente conmemorativa. Tomando diversos ejemplos, el libro plantea ese estado de situación”.

¿A qué respondió el título del libro?

Precisamente al hecho de que los problemas que abordo en el libro se sitúan “más allá” o “del otro lado” de lo que llamo “dermatología fotográfica”. ¿Por qué dermatología? Porque la foto fue siempre un asunto de pieles, de contactos, de acercamientos y abruptos encuentros hetero-crónicos: lo que miro en una imagen fotográfica me alcanza póstumamente, me roza, me abraza desde otro tiempo. Es ése el fundamento “dermatológico” en que ha creído toda una tradición crítica que apreciaba la foto como una especie de emanación o emisión que, al “tocarnos” cuando la vemos, altera nuestra experiencia del presente. Es eso lo que entra en crisis con la “ultrapiel”, abriendo ciertamente otras vías para la reflexión sobre la imagen, aunque obligando a la deserción de los viejos “fantasmas” (fotográficos) ante las meras “apariciones digitales”. La foto es criptológica, cada vez que vemos una foto estamos, en el fondo, abriendo una cripta. En el libro vuelvo una y otra vez sobre el hecho de que ésta no es una época de simulacros o fantasmas fotográficos, sino de apariciones efímeras o “posibles digitales”; tampoco es una época de contacto, en el sentido “dermatológico”, sino de conectividad, que es otra cosa.

¿Cómo se vincula lo planteado en este libro con publicaciones anteriores de tu autoría?

Hay una familiaridad con un libro como “La extensión fotográfica”, editado por Metales Pesados, que es del 2013. Cuando me encontraba terminando “La extensión fotográfica”, estaba en la primera etapa del proyecto Fondecyt que te mencioné. El texto editado en L’Harmattan profundiza algunas líneas de análisis que ya estaban al menos bosquejadas en aquel entonces. Creo que hasta ahí llegaré con mi lectura de lo digital. Últimamente estoy regresando sobre las tecnologías análogas. Estoy volviendo a Barthes, estoy examinando mucha bibliografía e imágenes del XIX y de fines del siglo XX. Lo que me encuentro preparando ahora va en esa línea.

Por último, ¿proyectas publicar una versión del libro en español?

La verdad, no. El libro lo escribí y preparé pensando en cierto público, en determinadas condiciones de recepción. Desde el comienzo me vi obligado a hacerme esa idea, así que para mí es algo cerrado una vez que salga a la venta durante septiembre en París. Además, algunos de los capítulos sí tuvieron una versión en español, al principio. Luego los traduje. Otros, quizá los principales, fueron preparados especialmente para el libro, y no tengo ánimos para re-traducirlos al español, porque seguramente no sería capaz de resistir la tentación de intervenirlo y modificar algunas cosas. En estos momentos tengo en mente otros proyectos, así que estoy dedicado a eso.