Tal como lo indica el nombre del libro presentado por la doctora y activista por los derechos humanos, Paz Rojas, la instancia estuvo marcada por recuerdos, que a su vez fueron abriendo testimonios inéditos de los años de dictadura en el país. Recordar. Violación de derechos humanos: una mirada médica, psicológica y política fue presentado este 12 de septiembre en la Sala Domeyko de la U. de Chile por el Rector Ennio Vivaldi; la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones y Premio Nacional de Periodismo, Faride Zeran; y el médico psiquiatra que compartió con Rojas en el equipo de Denuncia, Investigación y Tratamiento del Torturado y su núcleo familiar (DIT-T), el doctor Sergio Pesutic; y contó con la moderación de la cofundadora y actual editora de Editorial LOM, Silvia Aguilera.
“Este libro nos habla del impacto, la trayectoria y las transformaciones del dolor, del miedo, de los silencios, de las denuncias, de los efectos de los pactos y de la impunidad. De la necesidad de saber y conocer, de investigar y de penetrar en las zonas insondables de la mente humana para intentar comprender de qué manera y cómo una persona llega a desarrollar tales niveles de perversidad para generar tanto daño”, señaló Aguilera como encuadre del trabajo de Rojas, condensado en la publicación, y como marco de la conversación que luego se desarrollaría.
En 326 páginas distribuidas en nueve capítulos, Paz Rojas presenta una selección de 35 textos escritos a través de su larga trayectoria como médico psiquiátrica y militante por los derechos humanos a la cabeza del DIT-T de la Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU. Todos los escritos fueron elaborados para conferencias, seminarios y presentaciones nacionales e internacionales en torno a la tortura y la represión durante los 17 años de la dictadura cívico militar. Además, el libro incluye tres anexos, uno de los cuales presenta los informes médicos y salud mental de Augusto Pinochet mientras estuvo preso en Londres, en el que trabajó la autora.
El Rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, destacó el valor histórico, social y científico desarrollado por Rojas, y se refirió al carácter transformador de éste. “Expreso mi admiración por Paz Rojas y todas las personas que trabajaron allí. Lo que ese equipo hizo por aquellos familiares y personas torturadas nos hace ver que quizás algún día empecemos a entender y podamos cambiar este país, que también este pueda sufrir esta experiencia transformadora. Cotidianamente estamos trabajando en ello para conocer mejor nuestro entorno, nuestro país, y nunca más ocurra lo que ocurrió”.
Por su parte, la vicerrectora Zeran reflexionó en torno a la figura y trabajo de Rojas, particularmente el condensado en Recordar. “Paz Rojas, como mucho antes Primo Levy, sabe que más allá del asombro, finalmente, el horror debe ser nombrado, aunque cada letra nos condene a todos a morir un poco. Paz Rojas nos presenta hoy una suerte de biografía, cartografía o memoria profesional sobre la historia del trabajo de derechos humanos en nuestro país, o un contundente texto en torno a los efectos de la violencia política en Chile, particularmente la tortura”.
Revelaciones históricas de Paz Rojas
Las últimas palabras en la presentación estuvieron a cargo de Paz Rojas, quien decidió compartir con los asistentes distintos hechos que hasta ahora se desconocían del momento del golpe de Estado. Así fue como detalló su mirada sobre el bombardeo a La Moneda desde el Hospital José Joaquín Aguirre junto a la actual mandataria, Michelle Bachelet. Y el recuerdo de todos los colegas que acompañaban en ese momento al presidente Salvador Allende, entre ellos Patricio Guijón, identificado como testigo de su suicidio. “Patricio me contó, después que salió de la prisión en Isla Dawson, que él ve que el ‘Pachi’ (Allende) se suicida. Y me dice, 'como médico le tomé el pulso y después puse una sillita al lado de él y ahí me quedé hasta que llegó el general Palacios'”.
La historia continúa con Patricio Guijón presentándose como médico ante Palacios y nombrando a cada uno de sus compañeros en un intento por salvarles la vida. “Lo hace uno a uno y ellos se van parando. En eso nombra a Enrique Paris, quien no era realmente del equipo médico. Él se para y dice ‘yo no vine aquí como médico’, y eso le costó la vida. Lo mismo sucede con otro compañero, ambos desaparecidos”.
De esos recuerdos y confidencias, que para muchos se volvieron nuevos fragmentos de una memoria y un pasado fracturado, Paz Rojas también quiso detenerse en la figura de su padre, Manuel Rojas, y su vinculación con la U. de Chile. “Fue aquí, junto con la casa de Isla Negra de Neruda, donde mi padre escribió gran parte de Hijo de Ladrón. Trabajaba en una oficina que hacía de imprenta de la Universidad. Con mis hermanos, muy chicos, veníamos a buscarlo en las tardes, donde lo veíamos corrigiendo y escribiendo”, contó Rojas.
En la instancia la autora recibió un homenaje de Editorial LOM, a cargo de la publicación de Recordar; y del cantautor Eduardo Peralta, quien interpretó un poema del escritor Manuel Rojas, padre de Paz Rojas, y unas décimas inspiradas en ella.
Entre las y los asistentes que colmaron la Sala Domeyko de la U. de Chile estuvieron Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP); Viviana Díaz, Premio Nacional de Derechos Humanos y una de las fundadoras de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos; Peter Kornbluh, director de la parte Chile del Archivo de Seguridad Nacional y quien trabajó en la desclasificación de los archivos de la CIA sobre Chile; la cineasta Carmen Castillo; la escritora Silvia Vera; y el periodista Leonardo Cáceres, entre muchos otros.