Para evitar que los lactantes que aún no han sido vacunados se contagien

Vacuna contra tos convulsiva será parte del Plan Nacional de Inmunizaciones para las mujeres embarazadas

Vacunarán a embarazadas contra tos convulsiva
Dr. Miguel O'Ryan
Dr. Miguel O'Ryan

En nuestro país, el PNI comprende la vacunación contra tos convulsiva o coqueluche –enfermedad muy contagiosa causada por la bacteria “Bordetella pertussis”- a los 2, 4, 6 y 18 meses de vida, con refuerzos posteriores en 1ro y 8vo año de enseñanza básica. Este bacilo afecta exclusivamente al ser humano y su distribución es universal; causa inflamación y destrucción de la mucosa traqueobronquial y su forma de presentación distintiva son accesos de tos violenta y espasmódica, con sensación de asfixia, que terminan con un ruido estridente durante la inspiración. Aparece con mayor frecuencia durante la primavera y el verano e infecta a personas de todas las edades, pero los más afectados son los niños menores de cinco años. Si bien en los países desarrollados la incidencia de esta enfermedad es muy baja gracias a la vacunación, en todo el mundo hay entre 30 y 50 millones de casos y más de 300.000 muertes anuales, la mayoría en lactantes de edad muy temprana que no han recibido aún su esquema de inmunización.

El contagio se produce de persona a persona, y como pasa con muchas de las enfermedades infecciosas, si el individuo está sano, puede portar esta bacteria en la nasofaringe por muchos meses o más sin que lo afecte, pero puede transmitirla a su entorno. Es así como la infección se mantiene circulando a nivel global y cada cinco a siete años ocurre un brote porque se produce una acumulación de personas susceptibles a ella. De hecho, el último se produjo en octubre de 2010”, recordó el doctor O’Ryan.

Gracias al esquema de vacunación nacional, la gran mayoría de la población ha recibido esta inmunización, “pero su efectividad se va perdiendo con los años, de manera que es posible que afecte a adultos que fueron correctamente inoculados cuando les correspondía; en todo caso, en los adultos el cuadro clínico puede ser intenso e incluso postrante, pero por lo general es mucho  menos grave que en los niños pequeños y en los recién nacidos”. Por ello, recalca, “los más susceptibles son las personas mayores, por el declive natural de la efectividad de la vacuna, y los lactantes menores de seis meses; en particular, los menores de tres meses, porque aún no han recibido su primera dosis o, a lo más, tienen sólo esa. Para peor, en estos niños la enfermedad es más agresiva porque su aparato respiratorio es mucho más pequeño, de manera que se produce daño con mayor facilidad producto de la inflamación y lesión destructiva de la mucosa, lo que puede dar también pie a sobreinfecciones pulmonares como neumonía. Los lactantes menores pueden presentar apneas severas así como compromiso neurológico, que pueden desencadenar la muerte".

Importancia de la vacunación en el embarazo

Por lo anterior, frente al reciente fallecimiento de tres lactantes en Talca, el doctor O’Ryan recalca la importancia de mantener en alto la barrera inmunológica, lo cual se logra con tasas de vacunación iguales o superiores al 90% de la población objetivo.

Pero ya frente a un alza en el número de casos, las medidas sanitarias vigentes señalan que “hay que tratar de proteger al niño menor de seis meses y, especialmente, al menor de tres meses, por lo ya descrito, y por eso es que se ha establecido la vacunación de las embarazadas que tengan más de 28 semanas de gestación, de manera que la madre logre montar una respuesta inmune que genere anticuerpos y se los transfiera a su hijo a través de la placenta, de manera que cuando este nazca ya con inmunidad. Se ha visto en estudios epidemiológicos que esta intervención tendría una efectividad de entre el 50% y el 60% de los casos en reducir el riesgo de enfermedad”, añade el académico.

Asimismo, añade, durante el brote que tuvo lugar durante octubre de 2010, se implementó la denominada estrategia de “capullo”, según la cual se protege con vacunación al entorno familiar de  los lactantes que nacen dentro un área de brote de la enfermedad. “Se hace un padrón de todos quienes viven con el recién nacido, y se vacuna a todos quienes tengan indicación para ello, como son los adultos y niños que no se hubieran inoculado en los últimos 10 años. Además, en aquellas familias en que se detecta un caso, se recomienda tratamiento profiláctico con antibióticos a todos los cercanos con mayor riesgo de enfermedad grave, como son los lactantes y los adultos con patologías cardiopulmonares, con el fin de evitar que se desarrolle la infección. Por otro lado, el tratamiento antimicrobiano para personas con infección sintomática no ha demostrado tener un alto impacto en reducir la duración o severidad del cuadro clínico, pero sí en reducir la trasmisión de la bacteria, lo cual deja de ocurrir a cinco días de tratamiento por vía oral”.

Según lo informado por el Ministerio de Salud, estas son algunas consideraciones sobre la vacuna en la gestante:

-La vacuna es gratuita.

-Se debe efectuar en cada embarazo.

-El intervalo de la vacunación no debe ser inferior a un año.

-Si una adolescente está embarazada y cursa 8vo básico, debe ser vacunada (posterior a las 28 semanas de gestación) como parte de la estrategia de la mujer embarazada. Debe recibir sólo una vacuna.

-Si una adolescente fue vacunada en 8vo básico como parte de la estrategia escolar y posteriormente concibe embarazo, debe ser vacunada (posterior a las 28 semanas de gestación), siempre cuando exista un intervalo de un año entre vacuna y otra.

-Si una adolescente fue vacunada en 8vo básico como parte de la estrategia escolar y coincide con el primer trimestre de embarazo (embarazo no confirmado, sin sospecha), debe recibir sólo esta vacunación.