Nutrióloga Sabrina Wigodski:

"Que un tercio de las mujeres chilenas adultas presente obesidad, es algo que no se puede dejar pasar"

El desafío que presentan los altos índices de obesidad de las chilenas
Según el último estudio presentado por la FAO y la OPS el 32,8 por ciento de las mujeres chilenas adultas son obesas.
Según el último estudio presentado por la FAO y la OPS el 32,8 por ciento de las mujeres chilenas adultas son obesas.
Invertir en erradicar la obesidad implicaría un ahorro al sistema de salud considerando los altos gastos en que incurren los pacientes obsesos hoy, advierte Sabrina Wigodski.
Invertir en erradicar la obesidad implicaría un ahorro al sistema de salud considerando los altos gastos en que incurren los pacientes obsesos hoy, advierte Sabrina Wigodski.
Alto consumo de pan, comida chatarra, la sobrecarga laboral y doméstica que impide la realización de actividad física, y el consumo "emocional" de alimentos, favorecen la obesidad femenina.
Alto consumo de pan, comida chatarra, la sobrecarga laboral y doméstica que impide la realización de actividad física, y el consumo "emocional" de alimentos, favorecen la obesidad femenina.

"Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina 2017" es el nombre del estudio presentado por la FAO y la OPS, que posicionó a las mujeres chilenas mayores de 18 años en la primera posición del índice de obesidad de este grupo poblacional en Sudamérica.

Según el estudio, un 32, 8 por ciento de las chilenas adultas son obesas, ofreciendo un oscuro panorama para nuestro país, cuya población general presenta esta condición en un 20 por ciento.

"La obesidad en todo el mundo ha tendido a aumentar en los últimos años, y la última cifra con la cual contábamos a nivel país era de la Encuesta de Salud del año 2010, donde aproximadamente un 30,7 por ciento de las mujeres adultas presentaban obesidad y casi un 3 por ciento, obesidad mórbida. Si lo sumamos es más menos lo mismo que salió en este estudio", señaló la nutrióloga del HCUCH, Sabrina Wigodski. 

Pese a que las cifras no toman por sopresa a la especialista, sí la continúan alarmando. “Que un tercio de la población de todas las mujeres chilenas adultas presente obesidad, es algo que no se puede dejar pasar, sobre todo a nivel de políticas públicas y medidas poblacionales, para poder manejarlo", afirmó la nutrióloga, quien es clara en advertir que "una cosa es el esfuerzo individual que puede hacer cada uno, pero nuestro ambiente es obesogénico: en la tele nos bombardean de comida, hay un entorno que favorece la ingesta de comida de mala calidad, con grandes cantidades de calorías, de grasa y de azúcar. Por otro lado, la tecnología, que es algo inevitable, nos hace cada vez más sedentarios. Por lo tanto, necesitamos la ayuda de alguien externo que mejore el ambiente, y también de programas de educación sobre todo en el caso de los niños más chicos".

Para la Dra. Wigodski el consumo de pan, comida rápida y sedentarismo, además de ciertos rasgos culturales de la población en torno a la comida, son los principales responsables de estos altos índices de obesidad. "Es muy de la cultura chilena demostrar amor mediante la comida. Entonces, cada junta de amigos o familia involucra un asado, un tecito, y todo eso lleva a que tengamos una cultura de mucha comida".

En el caso particular de las mujeres la especialista observa dos factores que influyen en la obseidad. "Muchas mujeres son comedoras emocionales, es decir, calman sus emociones mediante la ingesta de una gran cantidad de calorías, sobre todo en forma de cosas dulces. Por otro lado, está el tema de la sobrecarga de la mujer, que no es menor.  Si lo vemos en una mamá que trabaja todo día afuera de la casa y llega a la casa a trabajar, efectivamente no tiene mucho tiempo para realizar actividad física. Sin embargo, las personas así como se lavan los dientes, deberían realizar alguna actividad física. Y no necesitan meterse al gimnasio ni correr 20 kilómetros, se puede hacer algo simple en la casa", afirma.

Gasto en salud v/s gasto en prevención

La obesidad tiene asociadas alrededor de 90 patologías. Entre las más conocidas, se encuentran la diabetes, la hipertensión y la osteoartritis. Todas estas complicaciones se traducen según la Dra. Wigodski en un enorme gasto para el sistema de salud local, que podría perfectamente evitarse con un plan eficiente de prevención.

"Está claro que estos cambios toman un plazo importante, sin embargo, creo que se debería tomar por ejemplo a otros países que han logrado disminuir las tasas de obesidad en poco tiempo. Sabemos que hay diferencias de recursos, pero es algo a lo que se le debería dar más prioridad considerando que el gasto que tienen estos obesos es mucho mayor para el país si lo vemos en un plazo de 50 años, que invertir ahora en un buen programa para erradicar esta alza en la obesidad y disminuir las cifras", señala la especialista del HCUCH.

Los países nórdicos, de Europa del Oeste, y también algunos asiáticos -sobre todo Japón- han implementado medidas eficaces en su lucha contra la obesidad. "Se ve mucho en estos países que hay máquinas dispensadoras de frutas, verduras, yogur. Son estas mínimas intervenciones, de la mano de legislar a las empresas y exigirles bajar la cantidad de azúcar y grasas de sus productos, o si no ser más radical y sacarlos del mercado. Lo que pasa es que acá hay toda una industria alimentaria que es muy fuerte y se rehúsa a las regulaciones", estima la Dra. Wigodski.

Respecto a la legislación local que obliga a las empresas a marcar con sellos a sus productos, la nutrióloga señala que "es un muy buen primer paso, en el sentido que visualmente alerta a las personas respecto a que lo que van a consumir quizás no es tan bueno. Algo se está introduciendo dentro de la cultura de los chilenos que nos hace frenar y determinar si algo es peor o mejor. Eso es importante, como también transparentar los ingredientes dentro de la etiqueta nutricional".

Sin embargo, la especialista plantea que los sellos y la educación en esta materia es urgente. "A corto plazo lo que se podría empezar a implementar son la realización de talleres en todos los colegios para los niños, de acuerdo a la edad que tengan, explicándoles lo que es una alimentación saludable. Junto con los niños, también es importante educar a los padres de esos niños. Muchas veces la mala alimentación se produce por falta de información, porque la gente no sabe que comerse cuatro panes al día no está bien. O creen que alimentos que dicen bajos en azúcar en realidad no tienen nada", concluye la Dra. Wigodski.