Y dio a conocer los lineamientos de su programa de trabajo

Doctora Patricia Frenz asume la dirección de la Escuela de Salud Pública

Dra. Patricia Frenz asume la dirección de la Escuela de Salud Pública
Dres. Manuel Kukuljan. Óscar Arteaga, Patricia Frenz; Cristián Herrera, subsecretario (s) de Salud Pública y dra. Verónica Iglesias, subdirectora de la ESP.
Dres. Manuel Kukuljan. Óscar Arteaga, Patricia Frenz; Cristián Herrera, subsecretario (s) de Salud Pública y dra. Verónica Iglesias, subdirectora de la ESP.
El cambio de mando se realizó frente a toda la comunidad de la Escuela de Salud Pública
El cambio de mando se realizó frente a toda la comunidad de la Escuela de Salud Pública

La actividad se llevó a cabo el 6 de noviembre de 2017, ocasión en la que el doctor Arteaga recordó que “al iniciar el período de gestión del equipo directivo que tuve el honor de encabezar, anunciamos que impulsaríamos un proceso de transformación de la Escuela de Salud Pública hacia un instituto de la Facultad de Medicina, así como explicitamos nuestra vocación de contribuir al desarrollo y fortalecimiento del Campus de la Salud de la Universidad de Chile, conformado por las facultades de Medicina, Odontología, Ciencias Químicas y Farmacéuticas y el Hospital Clínico”.

Por ello, relevó logros tales como el mayor desarrollo de la generación de conocimiento en su disciplina, “aprovechando el sinceramiento y mejor visualización de las líneas de investigación que suscitaban el interés de los académicos, derivados de la transformación en instituto de Facultad”; esto, con el consiguiente aumento en el número de publicaciones científicas y de proyectos con financiamiento concursable. En el área de pregrado, relevó la incorporación de la salud pública como uno de los cuatro dominios básicos en el currículum innovado de Medicina; en la de postgrado, la reacreditación de sus programas de magíster y doctorado, así como la creación de nuevas propuestas en este sentido; el trabajo realizado como gestora y líder de la Red Chilena de Instituciones Formadoras de Salud Pública; la organización anual de la Escuela Internacional de Verano y la edición de la Revista Chilena de Salud Pública.

Asimismo, ahondó en el crecimiento que supuso la transformación de escuela en instituto, como la creación de un Consejo de Escuela, el aumento de la dotación académica y el crecimiento en la jerarquía por parte de su claustro. Por último, y en términos financieros, destacó que el aumento de los ingresos propios en 90,1% real entre 2010 y 2016. “Al considerar los aportes del Fondo General de la Facultad y estos ingresos propios, en dicho periodo, el presupuesto total de la escuela, en términos reales se incrementó en un 58%. En este contexto, durante el año pasado aportamos a la Facultad un total de 492 millones por concepto de overhead, monto es 2,5 veces mayor al registrado para el 2010”. Finalmente agradeció a quienes formaron su equipo directivo así como reconoció al equipo que lo antecedió, liderado por el doctor Giorgio Solimano.

Un llamado a la cooperación intersectorial

Por su parte, la directora en ejercicio de la Escuela de Salud Pública, doctora Patricia Frenz, se refirió a la actual vigencia de esta unidad, cimentada en su constante renovación, la cual mantiene su relevancia debido a los crecientes desafíos que suponen los cambios climáticos, epidemiológicos y ambientales. “Estos desafíos están transformando las nociones de salud y del desarrollo. Por las Interconexiones de la salud de las personas, las comunidades humanas, animales y otros seres vivos, y los ecosistemas del planeta, ya se habla de UNA SALUD, que abarca aspectos de prosperidad, paz, entornos y contexto. De manera que la salud  es inextricable con el desarrollo, manifiesta en la Agenda Global de Desarrollo Sostenible 2030, además de ser un objetivo de éste y un indicador de crecimiento, que para ser justo y sostenible no puede dejar a nadie en ningún lugar atrás.

Si esto realmente ocurre, añadió, “dependerá en gran medida de la capacidad de los salubristas de construir alianzas políticas y sociales y de aprovechar avances científicos y tecnológicos, particularmente las revoluciones digitales y de energías “verdes” y genéticas. Hoy nos exige entender que las grandes amenazas que enfrentamos no son los riesgos físicos, conductuales o psicosociales abstractos y descontextualizados, sino que constituyen sistemas complejos de causalidad  que surgen de las bases estructurales de las sociedades que hemos creado, interconectadas globalmente”.

En referencia a lo que será una nueva reforma a la salud, la dra. Frenz explicó que ya se discuten algunas propuestas, “de las cuales llama la atención que se centran en el financiamiento y la organización de la entrega de servicios de atención individuales, particularmente los servicios hospitalarios.  No obstante, desde el mundo de la salud pública sabemos que si la reforma no refuerza medidas de salud poblacional, con un modelo que facilita la cooperación intersectorial y la agencia de las personas y las comunidades, no se va a lograr reducir la incidencia de enfermedades y la equidad de su distribución. A nuestra escuela le corresponde un papel activo en las definiciones de reforma; tenemos un legado imponente de 74 años de historia. Aspiro a continuar y profundizar este protagonismo”.

Por último, y refiriéndose a los ejes de su trabajo, la directora señaló que “necesitamos fortalecer nuestras funciones esenciales de investigación, docencia y vinculación con el medio, al tiempo que buscar formas innovadoras, nuevos flujos de recursos, flexibilidad, agilidad y eficiencia. Al mismo tiempo,  afrontar los nuevos y complejos desafíos de la salud poblacional nos exige dirigir nuestros esfuerzos en forma estratégica, aprovechando oportunidades, consolidando nuestras redes y buscando nuevas alianzas. Por ello, en el plano interno tenemos que articular a todos nuestros talentos dentro de la escuela, transversal a los programas, estrechando vínculos colaborativos con otros departamentos e institutos de la Facultad de Medicina,  y otras facultades de la universidad. A nivel nacional, debemos ser proactivos en plantear mecanismos participativos para definir el sentido de bien común de una nueva reforma y propiciar alternativas técnicas apropiadas y coherentes, con sólidas bases de evidencia y diseños de monitoreo y evaluación. Es importante potenciar los vínculos con las instituciones del estado, los municipios, otras universidades, particularmente la red de formadores en salud pública,  la sociedad civil y organizaciones comunitarias, generando estrategias compartidas y proyectos concretos. Y es prioritario iniciar un más consistente dialogo académico y trabajo en redes con centros latinoamericanos, pero también europeos, estadounidenses y de otras parte del mundo”.

“Juntémonos sin barreras”

Finalmente, el decano de la Facultad de Medicina, doctor Manuel Kukuljan, señaló que “para afrontar problemas reales, globales, necesitamos aprehender esa realidad como el continuo que es y que,  como universidad, tenemos la responsabilidad de –preservando las fortalezas disciplinarias, las identidades de grupos y personas a partir de sus quehaceres profesionales y académicos- guiar una convergencia hacia la visión integrada de los problemas, de manera de poder entenderlos de mejor manera y de generar respuestas y soluciones más razonables.

Desde esa conviccíon -agregó- "es que como institución estamos empeñados en generar todas las articulaciones posibles para que cada una de nuestras unidades pueda comunicarse y crecer con el resto de la comunidad, de forma que podamos afrontar los desafíos de nuestra sociedad como ese continuo. Hemos hecho pequeños avances en esa dirección –los grupos de trabajo de salud del migrante, salud comunitaria en Cerro Navia y otros- y en ese contexto la Escuela de Salud Pública tiene un papel señero porque ha sido creada bajo la visión del colectivo; por eso es que quiero hacer una invitación a que asuma de una manera mucho más potente el liderazgo en esta visión integradora. Estoy seguro de que están el interés, la capacidad y la motivación para que crezcamos en esta dirección: juntémonos sin barreras organizacionales, abriendo la posibilidad de diálogo intelectual, a pensar en nuevas formas de comprender nuestro entorno, nuestra sociedad y a generar respuestas. Eso implica tener el bien común como nuestro faro y apuntar a él reuniendo nuestras diferentes miradas e ideologías, pasando por sobre nuestras diferencias”.