Roberto Osses:

"Las tipografías son por una parte un producto de mercado y, por otra, una obra artística"

Roberto Osses: "Las tipografías son arte y producto de mercado"
El académico Roberto Osses se ha especializado en el estudio y creación de tipografías, en miras a reposicionar este arte.
El académico Roberto Osses se ha especializado en el estudio y creación de tipografías, en miras a reposicionar este arte.
"La tipografía tiene el rol, al menos en los libros, de no ser percibida. Se supone que una mejor tipografía es la que es invisible para el ojo porque te permite concentrarte en la lectura", plantea.
"La tipografía tiene el rol, al menos en los libros, de no ser percibida. Se supone que una mejor tipografía es la que es invisible para el ojo porque te permite concentrarte en la lectura", plantea.
"Orígenes de la Tipografía en Chile. Impresos de la Colonia y la Independencia", recorre a partir de cuatro episodios emblemáticos el rol de la tipografía e la historia.
"Orígenes de la Tipografía en Chile. Impresos de la Colonia y la Independencia", recorre a partir de cuatro episodios emblemáticos el rol de la tipografía e la historia.
"Apuesto porque la gente conozca la tipografía y así generar una especie de transición hacia una sociedad que la entienda más, un poco más", dijo el académico.
"Apuesto porque la gente conozca la tipografía y así generar una especie de transición hacia una sociedad que la entienda más, un poco más", dijo el académico.

Desde distintas partes del mundo ya han descargado la tipografía “Biblioteca”, creada por el académico del Departamento de Diseño de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, Roberto Osses. Como explica, esta propuesta es una de las tipografías gratuitas más completas que hay disponibles en el globo, con la cual cualquier editor y en cualquier idioma, puede trabajar sus textos.

“Biblioteca” deviene del trabajo de investigación que Osses ha venido realizando hace años sobre el rol de la tipografía, y su desarrollo en la época de la Colonia y la Independencia, en un contexto latinoamericano de reivindicación y de atención al trabajo tipográfico, del cual Chile no ha sido la excepción.

A pesar de este apogeo, recalca Osses, “se ha escrito muy poco acerca de la historia de la tipografía en Chile”, a pesar de la información que pudiera emerger en el estudio de esta relación, considerando, por ejemplo, “que no existen antecedentes de que se haya diseñado tipos móviles de metal en nuestro país”.

Es así como en el libro “Orígenes de la Tipografía en Chile. Impresos de la Colonia y la Independencia”, publicado por la Biblioteca Nacional, Osses indaga en el vínculo entre tipografía e historia, a partir del análisis de algunos documentos emblemáticos del periodo colonial y la Independencia, como: "Modo de ganar el jubileo santo" (1776), la "Aurora de Chile" (1812), "Reglamento constitucional provisorio del pueblo de Chile" (1812) y "Carta de un americano al español" (1812).

¿Qué pasa con esta contradicción de que, a pesar de la apariencia visual evidente que tienen las letras, la labor tipográfica ha sido frecuentemente invisibilizada?

La tipografía tiene el rol, al menos en los libros, de no ser percibida. Se supone que una mejor tipografía es la que es invisible para el ojo porque te permite concentrarte en la lectura. En los años ’30, Beatrice Warde propuso una idea súper interesante, una charla que se transformó en un texto, que se llama “La copa de cristal”, en donde plantea que, al igual que en una copa, la tipografía tiene que ser invisible, transparente, y lo que tiene que hacer es dejar que se aprecie muy bien el contenido.

En esa clandestinidad -que tiene el rol de editor y que tiene la tipografía-, también hay algo hermoso creo yo, porque cuando aprecias al lector disfrutando un texto, te sientes pagado. Logras sentir esa satisfacción en el proceso de lectura. Sé cuándo una persona está leyendo con comodidad un texto. Sé identificar ciertos parámetros.

¿Cuáles serían?

La tipografía “Biblioteca”, al igual que muchas otras, respeta ciertas proporciones que hacen que cuando se exprese un texto, una trama, aparezca algo que se llama “gris tipográfico”. Tienes que mirar la página, entrecerrar los ojos, y te vas a dar cuenta que se genera una suerte de gris en este conjunto.

Un gris muy oscuro, voy a hacer una analogía, sería como mirar en la oscuridad, o mirar con baja luz, y eso genera que la pupila se tenga que dilatar un poquito para dejar entrar luz. Cuando tengo lo contrario, la pupila se contrae para no dejar entrar tanta luz. Cuando tengo un gris equilibrado, no necesito ningún esfuerzo de la pupila, por tanto me aseguro un cierto estándar en la calidad de lectura.

En las primeras páginas de “Orígenes de la Tipografía en Chile” se habla de un énfasis en el estudio y en la aproximación a la tipografía en Latinoamérica en general.  ¿Cuáles son las particularidades con que esto se da en Chile?

Con la llegada de la era digital, hacia el año 2000 comienzan a desarrollarse en Chile tipografías digitales. Aparece un sitio web que se llama tipografía.cl en donde varios diseñadores comienzan a distribuir de forma gratuita primero, y luego a comercializar tipografías. Y a partir de eso surgen algunas instancias académicas como diplomados y cursos de pregrado. La tipografía llega como área de estudio a las carreras de Diseño.

Esto también tiene que ver con la influencia de lo que estaba pasando a Argentina, donde se publicaba la revista Tipográfica, una edición de gran formatos con muchos textos interesantes, comandada por un diseñador que es considerado el padre de la tipografía latinoamericana, que es Rubén Fontana.

¿Qué aporta esta disciplina a la historia, más allá de la materialidad misma de las letras?

Por ejemplo, la primera instrucción de los patriotas cuando deciden independizarse es cortar todo lazo, y eso significa guerra. El primer encargo es traer una embarcación con esas armas, y efectivamente el barco, que llega en noviembre de 1811 desde Nueva York, traía estos cañones y estas municiones, pero no eran sólo de fuego. También venía una prensa y tipos, que podrían ser el cañón y las municiones culturales.

La pregunta es, ¿creen que podríamos haber ganado esta guerra de independencia sin La Aurora de Chile? Yo lo dudo porque ésta se transforma en un soporte difusor de las ideas. Y las ideas son las que al final influyen en las personas para llevar a la acción la declaración. Entender cómo actuaron estas piezas de soporte y difusoras de las ideas es vital para entender el fenómeno cultural, sociológico, y político que fue la Independencia.

Una historia de la tipografía es una historia de las ideas.

Eso es. Por ejemplo, a partir de la tipografía queda demostrada la influencia norteamericana. Estaba estudiando las tipografías de la cabecera de La Aurora de Chile, y sabía que la influencia de Camilo Henríquez eran Rousseau y Montieaux, pero busqué en EE.UU. si habían tipos similares y busqué en los periódicos norteamericanos anteriores a la Aurora y me encontré con uno que me llamó mucho la atención, porque tenía una base ideológica y un diseño similar: “La Aurora de Filadelfia”.

Ese diario fue fundado en 1795, o sea 15 años antes de la Aurora de Chile, entonces me pregunté si es que no habrá leído ese periódico Camilo Henríquez para pensar en crear su periódico. Hice una comparación ideológica y calzó, luego la explicación del nombre Aurora, que representa el amanecer, el despertar del pensamiento humano. El diseño es muy similar, pero el contenido, me pregunté, cómo lo corroboro, y traduje el periódico norteamericano.  Encontré una edición extraordinaria, la Nº 3 de La Aurora de Chile, donde había noticias traducidas desde ese periódico, por lo tanto, Henríquez conocía y usó como base ese diario para crear la Aurora de Chile. La pregunta es ¿será este pequeño hallazgo una contribución al estudio de nuestra historia?

Finalmente, considerando el trabajo que implica diseñar una tipografía,  ¿por qué disponerla gratuitamente?

La tipografía tiene una manualidad que seguramente otros productos también tienen, como la música. Y es que por una parte son un producto de mercado, y por otra son una obra artística. 

La gente dice: “a ver, ¿por qué si yo voy a hacer una tipografía la tengo que regalar?”,  y tienen tiene todo el derecho del mundo a hacer eso. Hay otras personas que prefieren diseñar tipografías de acuerdo a lo que les nace, a una inspiración, tal como lo hace cualquier artista.

He sido cuestionado por eso por algunos colegas que me dicen “¿por qué regalas esta fuente?; hacerlo es un pésimo ejemplo y atenta contra el desarrollo de la disciplina", y yo les digo, no, es todo lo con||atrario. Yo apuesto porque la gente conozca la tipografía y así generar una especie de transición hacia una sociedad que la entienda más, un poco más.

Yo les digo a mis alumnos que la sociedad es como un gran espacio que está lleno de tuberías. Estos conductos serían la cultura, y dentro de ellas fluyen las ideas. Nosotros los diseñadores somos los gasfíter que –al igual que los periodistas, por ejemplo– estamos constantemente ajustando estas cañerías para que circulen las ideas. ¿Por qué no podríamos en esas mismas circunstancias introducir una de nuestra ideas a circular? Aprovechemos esta oportunidad para aportar con nuestra visión de mundo a una sociedad mejor.