Cifra histórica

Cantidad de personas en situación de discapacidad que rindieron la PSU aumentó más de cinco veces en un año

PSU: aumentaron las personas con discapacidad que rindieron el examen
El Programa de Inclusión del Demre apuesta por robustecer el acceso al sistema y perfeccionar el modelo a través de diversos mecanismos dirigidos a estudiantes en situación de discapacidad.
El Programa de Inclusión del Demre apuesta por robustecer el acceso al sistema y perfeccionar el modelo a través de diversos mecanismos dirigidos a estudiantes en situación de discapacidad.
La jornada de trabajo tuvo por finalidad evaluar la iniciativa y definir objetivos para el Proceso de Admisión 2019.
La jornada de trabajo tuvo por finalidad evaluar la iniciativa y definir objetivos para el Proceso de Admisión 2019.

El año 2016, 92 personas en situación de discapacidad rindieron la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y un año más tarde, la cifra llegó a 472. Un número histórico que fue posible gracias a que el examen consideró una serie de ajustes y adecuaciones que proporcionaron mayor accesibilidad al proceso de selección universitaria.

Lo anterior, fue producto de una innovadora iniciativa propiciada por el Programa de Inclusión del Departamento de Medición y Registro Educacional (DEMRE) de la Universidad de Chile y su Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI), conformado por 18 especialistas en inclusión de diversas universidades y organismos gubernamentales. Este calificado comité entregó el soporte científico para la evaluación y mejoras de los ajustes entregados al proceso de postulación, nutriéndose a partir de la experiencia 2017.

"Ha sido un acierto materializar una necesidad que se viene dando hace tanto tiempo y que es buscar condiciones de equidad para cierta población de estudiantes que quieren ingresar a la educación superior. Abordar condiciones de acceso a la PSU particularmente para personas con discapacidad, me parece tremendamente importante", comentó la profesional de la Unidad de Educación Especial del Ministerio de Educación, Andrea Pérez.

Trabajo colaborativo

Además de los representantes del Ministerio de Educación, el pasado 3 de abril se reunieron académicas y profesionales de universidades de distintas zonas del país: Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad de La Serena, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Universidad de Concepción, Universidad Católica de Temuco y Universidad de Los Lagos.

La encargada del Programa de Apoyo a Estudiantes en Situación de Discapacidad (PAED) del Departamento de Terapia Ocupacional de la U. de Chile, Sandra Mella, destacó la multiplicidad de actores ya que "nos encontramos con expertos de diversas áreas y, a nivel académico, especialistas de distintas universidades a lo largo del país. Esto nos permite estar actualizados y sistematizar el trabajo".

Para la Coordinadora Institucional de Inclusión de la Universidad de Los Lagos, Susana Rodríguez, en este Equipo interdisciplinario hay distintas visiones, pero finalmente se llega a un mismo resultado. "La PSU es el término de un proceso. Llegamos al consenso de cómo mejoramos la calidad de los ajustes que entregamos a estos estudiantes en situación de discapacidad para que puedan competir en estos procesos", indicó la profesional.

Por otro lado, la académica del Departamento de Educación Diferencial de la Universidad de La Serena, a cargo del Programa de Apoyo a la Discapacidad y encargada de la Red Nacional de Educación Inclusiva, Georgina García, valoró que esta instancia les permite además evaluar lo que está ocurriendo con los procesos de educación inclusiva a lo largo de todo el sistema educacional. "Nos llamaron la atención algunas solicitudes de apoyo que hacían los estudiantes. Por ejemplo, a las escuelas aisladas no llegan los materiales educativos necesarios o lo hacen tardíamente, de esta manera los estudiantes no reciben los apoyos específicos que requieren. Este fenómeno da cuenta de lo que sucede en el sistema educacional en general", detalló la académica.

La convocatoria

El conocimiento y la experiencia fueron fundamentales para convocar a cada uno de los especialistas. Tal fue el caso de la académica de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Erika Valenzuela, perteneciente al Departamento de Educación Diferencial, de la especialidad en Problemas de la Visión. “La convocatoria a este equipo llegó porque somos la única carrera especialista en el área de problemas de la visión, y tuvimos un trabajo sistemático donde evaluamos ajustes generales según las fichas de solicitudes.”

Alberto Madrid, responsable de Inclusión de Personas con Discapacidad en Educación Superior del Ministerio de Educación, resaltó el carácter técnico del grupo y la capacidad de legitimar, a través del trabajo desarrollado, el derecho de cada persona a ser validado según su condición y particularidad. “Al ser un trabajo entre el DEMRE, el Servicio Nacional de la Discapacidad, el Ministerio de Educación y distintas universidades, el proceso se ve fortalecido. Todos los ajustes se analizan bajo una perspectiva estrictamente técnica”.

Además, este año se sumaron al ETI la directora del Centro de Recursos Tecnológicos Inclusivos (CERETI) de la Universidad Católica de Temuco, Marcela Cisternas, y la profesional de la misma institución Nicol Cádiz, junto a profesionales de la División de Evaluación de Logros de Aprendizaje, perteneciente a la Agencia de Calidad de la Educación, que trabajan en el SIMCE. Juan Bravo, jefe de este último organismo, comentó respecto de la participación de la Agencia en el ETI: “La razón para participar tiene que ver con compartir nuestra experiencia para beneficio del sistema y, a la vez, conocer de primera fuente los avances que ha hecho el DEMRE en cuanto la construcción de instrumentos para estudiantes con discapacidad. Es un intercambio de experiencias y prácticas que nos beneficia a todos y al final, a quienes son más importantes, los estudiantes”.

El balance del DEMRE

La jefa del Programa de Inclusión del DEMRE, Alejandra Maldonado, destacó la labor de los especialistas y la buena evaluación que hicieron los propios postulantes. "Quienes rindieron la PSU con algún tipo de ajuste hacen una evaluación positiva con respecto a su aplicación. Aplicamos una encuesta telefónica nosotros mismos, y en una escala de 1 a 7, obtuvimos un promedio de 6,3. Sin embargo, esta evaluación la matizamos preguntándoles abiertamente por sugerencias de mejoras y levantamiento de dificultades, fue lo más importante, salieron muchas cosas importantes por mejorar, desde las solicitudes de ajustes en la página web hasta la implementación", detalló Maldonado.

A partir de este primer encuentro 2018, se zanjaron nuevos desafíos que permitirán robustecer la accesibilidad al sistema y perfeccionar el modelo a partir de propuestas manifestadas por los mismos actores involucrados en su ejecución, tales como postulantes, examinadores, jefes de local, intérpretes de lenguaje de señas chilena (LSCH), entre otros.

"Desde el comienzo de esta iniciativa se ha puesto como eje la mejora continua del proceso y la implementación de los más altos estándares internacionales en lo que respecta a esta materia", señaló Maldonado, agregando que "nos hemos preocupado de fortalecer la presencia de regiones en todos los espacios de decisiones o consultas y de convocar a la mayor diversidad de agentes involucrados. Por lo mismo, hemos convocado al SIMCE, que si bien administra un instrumento muy distinto a la PSU, las poblaciones con las cuales trabajamos en algún momento se topan. Por ello es importante nutrirnos mutuamente".