Estudiantes del DCC destacan en campeonato mundial de programación

Estudiantes del DCC destacan en campeonato mundial de programación
La competencia se realizó en Beijing, China, entre el 15 y el 20 de abril.
La competencia se realizó en Beijing, China, entre el 15 y el 20 de abril.

El equipo “No importa, entreneN weon”, compuesto por Matías Ramírez, Pablo Astudillo (ambos alumnos del DCC) y Javier Oliva (Plan Común), obtuvo una destacada participación en el campeonato mundial de programación, que se realizó del 15 al 20 de abril en Beijing, China. En 5 horas de competencia los estudiantes resolvieron cuatro problemas, lo que iguala la participación del año pasado, cuenta Jorge Pérez, académico del Departamento de Ciencias de la Computación (DCC) y coach del equipo. "Son nuestras dos mejores participaciones hasta el momento, dejándonos en el puesto 56, empatados con todos los equipos que resolvieron cuatro problemas”, destaca.

A nivel latinoamericano, y considerando el tiempo utilizado para resolver los problemas, la Universidad de Chile quedó octava, detrás de dos equipos argentinos, cuatro brasileros y uno peruano, pero superando a los 11 equipos restantes, entre universidades de Cuba, Colombia y Venezuela, entre otros. “El campeón de Latinoamérica fue la Universidad de Sao Paulo con seis problemas resueltos. Nuestro equipo superó a la Universidad de Waterloo, que el año pasado fue la mejor de Norteamérica y que este año solo resolvió tres problemas. Los campeones en tanto fueron nuevamente rusos, con nueve problemas resueltos, seguido de la Universidad de Beijing”, señala el académico.

Preparación

Para llegar al Campeonato Mundial, los estudiantes debieron ganar el torneo universitario a nivel nacional. “Nuestra preparación principal fue para la fase regional de la ICPC, para la cual entrenábamos de lunes a sábado. Luego, para la world finals, un miembro del equipo fue a un campamento brasileño a entrenar, y después hicimos varias competencias de años anteriores. También definimos una estrategia sobre cómo leer los problemas y preparamos un apunte que nos ayudara con los algoritmos más difíciles”, dice Matías Ramírez.

El equipo no pudo evitar sentirse nervioso, no sólo por estar en una competencia mundial, sino porque el nivel de las universidades liderando el ranking era muy alto, cuenta Javier Oliva. "El scoreboard fue visible en todo momento. No era muy alentador ver que tenían siete problemas resueltos cuando nosotros teníamos solo tres", dice. 

“Fue totalmente increíble lo que vivimos, conocer la ciudad de Beijing, su gente, cultura e idioma. También nos sorprendió ver la gran cantidad de personas de distintos países dedicada a la programación competitiva, tanto los participantes como los organizadores”, destaca Pablo Astudillo.