“La poesía no es temática. / La poesía es algo que habla de todo al mismo tiempo. / La poesía es una caja de sorpresas”, plantea Elvira Hernández en su más reciente obra publicada, “Pájaros desde mi ventana” (Alquimia Ediciones), misma poesía desarrollada a lo largo de una nutrida carrera que la hizo acreedora del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.
El reconocimiento, comunicado a la artista por la ministra Alejandra Pérez desde la casa La Sebastiana en Valparaíso, es otorgado por primera vez desde su creación el 2004 a una mujer chilena.
Autora de más de una decena de poemarios, destacan de su producción los textos “¡Arre! Halley ¡Arre!” (1986), “Meditaciones físicas por un hombre que se fue” (1987), “Carta de Viaje” (1989), “La bandera de Chile” (1991), “El orden de los días” (1991); “Santiago Waria” (1992) y “Álbum de Valparaíso” (2003), material compilado recientemente por editorial Lumen bajo el título de “Los Trabajos y los días” (2017).
“Mi poesía no es una que esté situada”, comenta la artista nacida el Lebu en 1951 respecto a su propia creación marcada por el entendimiento de que “la escritura tiene un grado de automatismo, el cual no se alcanza a pensar, y es mejor que no se haga”.
El trabajo de Elvira Hernández, pseudónimo de María Teresa Adriasola, ronda temas como la memoria, lo nacional, las huellas de la dictadura, la marginalidad, entre otros.
El jurado que distinguió a Hernández estuvo integrado por los escritores chilenos Elicura Chihuailaf y Galo Ghigliotto, la mexicana Elsa Cross, la argentina Alicia Genovese y la puertorriqueña Mayra Santos.
Algunos autores reconocidos anteriormente son el español Joan Margarit (2017), el chileno Raúl Zurita (2016), el brasileño Augusto de Campos (2015) y los cubanos Reina María Rodríguez (2014) y José Kozer (2013).