En la Casa Central de la U. de Chile

Colectivo de mujeres Luanda expuso sobre la resistencia del pueblo afrodescendiente en Chile

Colectivo Luanda expuso sobre el pueblo afrrodescendiente en Chile
Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello, en el inicio de la actividad.
Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello, en el inicio de la actividad.
De izq a derecha: Carolina Cortés, Claudia Zapata, Milene Molina, Camila Rivera y Karen Romero.
De izq a derecha: Carolina Cortés, Claudia Zapata, Milene Molina, Camila Rivera y Karen Romero.
La actividad se llevó a cabo en la Sala Museo Gabriela Mistral, ubicada en la Casa Central de la Universidad de Chile.
La actividad se llevó a cabo en la Sala Museo Gabriela Mistral, ubicada en la Casa Central de la Universidad de Chile.
La Escuela Comparsa Negra Libertad dio inicio a esta actividad con el tumbe ariqueño, la danza típica de la población afrodescendiente de Arica.
La Escuela Comparsa Negra Libertad dio inicio a esta actividad con el tumbe ariqueño, la danza típica de la población afrodescendiente de Arica.

Al ritmo del tumbe afroariqueño, la Escuela Comparsa Negra Libertad dio inicio a esta actividad en la Casa Central de la Universidad de Chile, que consistió en paneles de discusión, exposiciones, talleres y muestras de artesanías, como una forma de abordar desde un punto de vista histórico, político y social, la situación de la población afrodescendiente en el país.

En la Sala Museo Gabriela Mistral, y con la presencia de la directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, el Colectivo de Mujeres Afrodescendientes Luanda de Arica realizó un panel de discusión, moderado por la académica del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos, Claudia Zapata, cuyas principales temáticas fueron “La historia negra en Chile” e “Incidencia política: movimiento afrodescendiente Luanda”.

Claudia Zapata explicó que esta actividad permitió “pensar en la paradoja de la invisibilización política versus la visibilización social de la negritud, con ello me refiero a la extrema importancia que siempre ha tenido en la sociedad chilena el color de la piel para inferiorizar, para ‘exotizar’ y para explotar económicamente, lo que no puede recibir otro nombre que el de racismo, un racismo de larga data que contradice la falta de reconocimiento político, pues cómo se puede sostener en este país que los afrodescendientes no existen, cuando la categoría de negro ha sido tan central en el lenguaje de la discriminación”.

El primer panel de discusión, titulado “Históricamente negra”, estuvo a cargo de la profesora de Historia y Geografía, Carolina Cortés, quien expuso sobre la historia de la población negra en Chile y precisó en la importancia de hablar de esclavizados y no de esclavos, en tanto la población afrodescendiente no llegó por su propia voluntad a nuestro territorio. “Es muy importante y un concepto que constantemente estamos recalcando. Nuestros ancestros y ancestras fueron esclavizados, nunca fueron esclavos porque no nacieron con esa condición”, afirmó Cortés.

Por otro lado, Milena Molina, una de las fundadoras de Luanda y encargada de la Oficina Afrodescendiente de la Municipalidad de Arica, ahondó en la historia del Colectivo Luanda desde su nacimiento en 2008, asegurando que sus principales objetivos fueron desde un inicio “la visibilización de la población negra en Chile y el empoderamiento de las mujeres negras”.

Asimismo, explicó que a medida que se daban discusiones dentro de la organización, "fuimos entendiendo que había que prepararse, que había que formarse, que había que educarse porque el Estado, la infraestructura, nos exigía eso. Teníamos que aprender a hablar el lenguaje de la academia porque si no éramos capaces de hablar su lenguaje, jamás la academia nos iba a tomar en cuenta”.

Molina también se refirió a la relación de este colectivo de mujeres afrodescendientes con lo que se conoce como el “feminismo blanco – hegemónico”, asegurando que dentro de la organización el feminismo “se practicaba y se sentía de una forma distinta. Porque en realidad a nosotras la palabra sororidad nos complica un poco, y la cuestionamos. Porque, ¿qué es lo que es sororo? ¿Perdonarle a la compañera todo sólo porque es mujer? Es como nosotros leemos el concepto propuesto desde el feminismo hegemónico”.

Finalmente, la activista feminista señaló que si bien existe un cuestionamiento constante a las prácticas y acciones de sus parejas, compañeros de trabajo y de distintas organizaciones, “entendemos que los racismos nos cruzan de la misma forma, quizás un poco más directamente a nosotras que a ellos, pero el cruce es igual”. Por lo mismo, aseguró, no podían levantar una lucha anti racista excluyéndolos.

Invisibilización política

La abogada e integrante de Luanda, Camila Rivera, abordó el proceso político y el marco normativo en Chile para la población afrodescendiente, asegurando que hoy en día no existe ningún instrumento legal que los proteja y reconozca.

“Existe un marco normativo internacional que protege a los afrodescendientes pero, sin perjuicio de aquello, en el ámbito nacional no tenemos ningún instrumento legal que proteja, que reconozca derechos y que ponga en valor toda la ruptura, toda la resistencia y todos los aportes que han hecho nuestros ancestros. Esa es una deuda histórica que tenemos como país y como Estado”.

En cuanto a los tratados internacionales a los cuales ha suscrito Chile, Rivera se refirió al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el cual otorga el derecho fundamental a la identidad y a la cultura a los pueblos indígenas y afrodescendientes, y al Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que establece los derechos de los pueblos indígenas y tribales y la responsabilidad de los distintos gobiernos de proteger estos derechos.

Por lo mismo, la abogada afirmó que “no podemos decir como población, como ciudadanía chilena, que el racismo no existe. Tenemos un racismo latente, un racismo violento, un racismo que llega y nos cala todos los días de nuestras vidas. Y ese racismo se traduce en la invisibilización que tenemos las poblaciones negras en todas las instituciones de nuestro país, instituciones políticas, institucionales sociales, instituciones de derecho. Es un racismo tan potente que no ha logrado incluir a estos sectores de la población”.

En esa misma línea, la integrante de Luanda, Karen Romero, dejó entrever algunas reflexiones como mujer afromigrante colombiana, asegurando que la sociedad chilena es más racista que xenófoba porque “no es lo mismo ser un inmigrante blanco a un inmigrante afrodescendiente. Al inmigrante blanco se le ve como algo positivo, como algo que aporta al país, en cambio al inmigrante afrodescendiente se discrimina, se le señala, se le ve como algo negativo”.

Una forma de combatir el racismo, explicó Romero, es a través de la ‘etnoeducación’ para que “los jóvenes de Chile conozcan, sepan y aprendan que la afrodescendencia en el país no está presente de hace diez o veinte años cuando empezaron a llegar de otros países, sino que desde la época de la colonización llegaron acá a través de la esclavitud, a través de los africanos que fueron traídos a la fuerza y que se quedaron acá y que hicieron de Chile su territorio”.

Dentro de los desafíos futuros, Rivera habló sobre la importancia del boletín 10625, un proyecto de ley que la población afrodescendiente ingresó el año 2016 a la Cámara de Diputados, con el objetivo de conseguir su reconocimiento legal. El documento fue discutido el pasado lunes 1 de octubre en la Cámara del Senado, instancia en la que se decidió la voluntad de legislar.

Necesitamos el apoyo de las casa de estudios porque en estos sistemas tan coloniales lo que dice la academia es importante. Este proyecto de ley está en su última etapa y esperamos que pueda salir a la luz y reconocer, por fin, que en el territorio nacional sí hay población negra y que tiene una herencia africana y una diáspora africana”, cerró Rivera.