Académico del Departamento de Danza de la Facultad de Artes:

Prof. Carlos Delgado: "La herencia huilliche ha resistido en la danza chilota"

Prof. Delgado: La herencia huilliche ha resistido en la danza chilota
"Chiloé cuerpo danzante" es el nombre de la propuesta que el prof. Carlos Delgado estrenó recientemente en el TNCh y que, durante enero, tendrá presentaciones en Castro, Chonchi y Quellón.
"Chiloé cuerpo danzante" es el nombre de la propuesta que el prof. Carlos Delgado estrenó recientemente en el TNCh y que, durante enero, tendrá presentaciones en Castro, Chonchi y Quellón.
De acuerdo al prof. Delgado, "Chiloé cuerpo danzante" también propone una reflexión sobre el olvido frente al aporte creativo del pueblo huilliche en la herencia chilota.
De acuerdo al prof. Delgado, "Chiloé cuerpo danzante" también propone una reflexión sobre el olvido frente al aporte creativo del pueblo huilliche en la herencia chilota.

Sentado en su oficina, vistiendo un buzo gris y zapatillas, el académico del Departamento de Danza, Carlos Delgado Lizama, explica que su trabajo Chiloé cuerpo danzante es la continuación de sus obras Terruños (2013), Re encuentro (2014), Patagonia (2016) y Con mi poquita de gracia (2017). Todas ellas “han venido resultando de un proceso de investigación, que dicen relación con mis inquietudes investigativas respecto del cuerpo y la identidad cultural”, señala Delgado.

La propuesta, que se enmarca en el trabajo desarrollado en el Núcleo Cuerpo e Identidad Cultural del Departamento de Danza y que contó confinanciamiento del Concurso CreArt de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile, propone una reflexión sobre aquellas huellas que existen en los cuerpos y que podrían develar nuestra propia identidad cultural.

En definitiva, se trató de “ver ahí en esos cuerpos cotidianos, a la hora de manifestarse en la danza, dónde está aquello que los hace distintos o pertenecientes a un territorio, o a una cultura determinada”, explica el académico sobre esta propuesta que tiene como escenario la Isla Grande de Chiloé, territorio en el que, desde su perspectiva, no se había investigado en torno a la construcción de los cuerpos que se expresan en danza.

Profesor, ¿por qué situarse en la Isla Grande de Chiloé para dar forma a esta nueva propuesta?

Porque de Chiloé he conocido un repertorio de danzas populares de la primera mitad del siglo XX, pertenecientes a los estudios de Margot Loyola y Osvaldo Cádiz. Danzas en las que es posible identificar la transformación natural, espontánea y colectiva que ocurre cuando se hace propia una danza con un evidente origen español. En ese proceso de adopción en el tiempo, ocurre que se van incorporando elementos propios de quienes la ejecutan. Por ejemplo, a partir de una Seguidilla bailada en Curaco de Vélez, encuentro la versión española manchega de esa misma Seguidilla chilota. Así mismo, es posible reconocer otra versión con el nombre de sirilla, aún más transformada con importantes aportes locales.  Hay versiones de distintas épocas y lugares en Chiloé. Es factible seguir el hilo temporal de transformación que nos lleva a una raíz hispana, pero también a una raíz poco mencionada que es la Huilliche con constituyentes rítmico y gestualidad en el paso, entre otros. No hablo sólo de mestizaje, hablo de una conjunción de diferentes capas que se superponen con lo criollo y lo chilote, entendido como no homogéneo y también diverso.  

Desde su perspectiva, ¿cuál es la relevancia del componente huilliche que reconoció en las danzas chilotas?

La herencia huilliche ha resistido en la danza chilota y se ha hablado poco de la huella que ha dejado. Se habla de España y el mestizaje. No se habla de dónde estaría radicando ese aporte de los pueblos originarios. Uno podría interpretarlo como una resistencia inevitable en los cuerpos de una cultura que es invadida por otra y cómo resisten en el cuerpo rasgos propios en su acervo dancístico. Es una resultante que es totalmente híbrida, que trasciende el mestizaje. Se combinan muchos elementos, no solamente lo español y lo indígena. Ocurre que, en distintos momentos del recorrido temporal y territorial de las danzas en contextos determinados en la historia de los pueblos, van complementándose diversas capas de diversos orígenes. Más que mestizaje y sincretismo en la danza, creo que es más apropiado hablar de cuerpos híbridos. Entonces, la resultante es un cuerpo híbrido que se manifiesta de distintas formas en la danza, diferente a la estandarización y estereotipo al que ha llegado la expresión folclórica muchas veces difundida en la escena. A mí me interesa ese rescate de lo hibrido.

Chiloé cuerpo danzante también propone una reflexión sobre el olvido frente al aporte creativo del pueblo huilliche en la herencia chilota. “Por eso, hablo de una resistencia velada en los cuerpos que se mantiene hasta el día de hoy”, asegura el profesor del Departamento de Danza, para quien lo interesante es no estandarizar ni homogeneizar todo en una imagen “folclorística” o exótica de Chiloé, sino que develar un componente humano en permanente proceso.

“En la obra se pueden reconocer ciertos elementos rítmicos, visuales y de ejecución de una danza española y chilota, donde el público podrá apreciar esta riqueza cultural del territorio”, concluye Carlos Delgado sobre esta propuesta que, tras su estreno en el TNCH, se presentará en la Isla Grande de Chiloé los días 8 de enero en Castro, el 9 de enero en Chonchi y el 10 de enero en Quellón.