“La formación de pregrado en la Universidad de Chile es parte fundamental del corazón de la Institución y una de las formas más concretas en las cuales cumplimos nuestra misión al servicio de las necesidades del país, fomentando el desarrollo de una sociedad más justa e igualitaria. Un aula diversa es un aula compleja, desafiante, que nos obliga a innovar desde la docencia, para poder utilizar la diversidad en beneficio de todas y todos los estudiantes. Nuestro contexto cambió y como académicos y académicas, ustedes se están preparando para este cambio”, expresó la directora del Departamento de Pregrado, Leonor Armanet, valorando el compromiso de las y los docentes de la Casa de Bello que el viernes 11 de enero se certificaron en ocho programas diferentes, todos relacionados a los procesos de enseñanza y aprendizaje en el contexto universitario.
Un aula diversa es justamente lo que se dio en el programa Docencia universitaria para los primeros años de la educación superior, según las palabras de la académica de la Facultad de Medicina, Marcela Goldsack, quien valoró como una de las mayores riquezas del programa el espacio de interacción, diálogo e intercambio de experiencias con docentes de diversas áreas disciplinares, edades y tiempo ejerciendo la docencia. “Tenemos, como docentes, la obligación de mirarnos a nosotros mismos, de tener una permanente reflexión sobre nuestra práctica docente”, señaló también la profesora, quien agregó que “una docencia que promueve la equidad requiere considerar y valorar las diferencias existentes entre nuestros estudiantes y potenciar sus capacidades en un clima de confianza, respeto y sin discriminación”.
En la misma línea, la jefa de la Unidad de Docencia del Departamento de Pregrado, Francisca Corvalán, puntualizó que “los procesos de enseñanza y aprendizaje en la Universidad de Chile tienen como eje central al y la estudiante y su aprendizaje. Asumir esta centralidad implica una reflexión permanente que guía la toma de decisiones por parte de los actores involucrados, en un ambiente inclusivo que propicie aprendizajes de calidad, considerando la diversidad de todas y todos los participantes”. En este contexto “entendemos el desarrollo docente como el proceso de aprendizaje de los docentes a lo largo de la vida académica, el cual comprende una evolución progresiva hacia modos y situaciones de mayor reflexión del quehacer docente”.
Refiriéndose, en tanto, a la necesaria capacidad de adaptación y transformación de las instituciones universitarias y en específico de la Universidad de Chile, la directora Armanet agradeció a las y los profesores presentes, que “con su voluntad de formarse e incrementar sus conocimientos para lograr procesos y experiencias formativas motivadoras e integrales, en las distintas carreras, nos otorgan la capacidad de autotransformación que nos permitirá ser pertinentes en un futuro que sin duda es y será cada vez más incierto”.
Por su parte, Francisca Corvalán, precisó que “a partir de este tipo de iniciativas, esperamos aportar a la construcción de una visión de desarrollo docente, como estrategia política, donde el foco central sea acompañar a las y los académicos en la tarea de enseñar. La invitación es a seguir participando de los espacios institucionales de reflexión donde se releve y reconozca el valor de la práctica docente y la experiencia alcanzada como base fundamental en la compleja función de ser parte del proceso de aprendizaje de nuestras y nuestros estudiantes, en un trabajo reflexivo, progresivo, constructivo y de innovación permanente”.