A 50 años del estreno de “Caliche Sangriento”, la Sala Sazié – Cineclub, una alianza entre la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones y la Cineteca de la Universidad de Chile, realizó la primera jornada de cine del año con la proyección de esta película icónica, cuya trama transcurre durante la Guerra del Pacífico, mostrando el horror del conflicto y las duras condiciones en las que vivieron los soldados.
En esta ocasión, y por primera vez en la Sala Sazié – Cineclub, la obra se proyectó en 35mm, el formato en que se hacían las películas desde su origen hasta la década del 2000, período en el que ingresó la tecnología digital, reemplazando al fílmico en adelante.
En las palabras inaugurales de la función, la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Faride Zeran, aseguró que “han sido años al menos cuatro proyecciones mensuales y decenas de diálogos generados gracias a los foros y a un público fiel que se expande cada vez más. Celebramos así la renovación de este compromiso entre la Cineteca de la Universidad de Chile y esta Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones; un compromiso con la densidad cultural y el rol público de una universidad estatal como ésta”.
La también Premio Nacional de Periodismo 2007 finalizó señalando que “somos la única sala universitaria de este estilo en Chile: crítica, gratuita, abierta, diversa y donde el diálogo es parte fundamental de cada día de película. El cine nos hace mirarnos y a dar vuelta la cámara; nos hace soñar y enfrentarnos a nuestros miedos; el cine, bien lo saben quiénes estamos aquí, nos hace ser parte de una humanidad tantas veces esquiva”.
Por su parte, el coordinador de la Cineteca de la Universidad de Chile, Luis Horta, agradeció el apoyo de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones para realizar proyectos como la Sala Sazié – Cineclub, y aseguró que como espacio cinematográfico y crítico al interior de nuestro plantel tienen el “convencimiento de empoderarnos con la Casa Central de la Universidad de Chile, espacio público y estatal, donde históricamente se han exhibido películas y que después del golpe de Estado quedó fuera del circuito de exhibidores. Ahora nos parece súper importante poder recuperar estos espacios y también hacer esta puesta en valor no con cualquier película”.
Asimismo, Luis Horta se refirió a la figura del fallecido director de la película, Helvio Soto, explicando que “su legado es hoy día para nosotros muy importante, fundamental para entender nuestro cine político, y por eso también la recuperación de esta película que hoy día cumple 11 años de su reestreno”.
El equipo realizador del film contó con la dirección de Helvio Soto, la dirección de fotografía de Silvio Caiozzi, la asistencia de dirección de Sergio Trabucco, la dirección de producción de Alejandro Villaseca, el sonido de Gonzalo Salvo, el montaje de Carlos Piaggio, la producción de Arturo Feliú y las actuaciones de Patricia Guzmán, Héctor Duvauchelle, Jaime Vadell, Jorge Guerra, Jorge Yañez, Jorge Lillo, Mario Vernal, además del grupo de Teatro de la Universidad de Chile sede Antofagasta.
Posterior a la proyección de la obra, el cineasta Sergio Trabucco y la actriz Patricia Guzmán participaron de un cine foro en el que conversaron sobre las anécdotas de la película y de la importancia de Helvio Soto como director y como figura transcendental en el cine chileno.
Al respecto, el asistente de dirección de “Caliche Sangriento”, Sergio Trabucco, aseguró que una de las razones por las que surgió la idea de realizar la película fue porque “Helvio siempre tuvo una función política muy particular, una mirada distinta a la que normalmente tenían las posturas políticas que están en boga siempre, tenía una mirada desde otro punto de vista”.
Por otro lado, Sergio Trabucco se refirió a la importancia del cine político para la época. “Siempre se decía, 'todo cine es político'. No hay ningún cine neutral, todo tiene una intención, un sentido político. Se le llamo cine político a aquel cine que planteaba algo distinto al cine oficial, que estaba en boga en esos años, y efectivamente comienza a surgir en los años 1959, 1960, por ahí, en Europa. Aquí en Chile surge con gente como Helvio, que después muchos otros cineastas se formaron con él”.
Por su parte, la actriz Patricia Guzmán destacó que una de las características esenciales de Soto era su capacidad para dirigir actores y actrices durante las grabaciones del film, y agregó que, por su complejidad, la película como tal “tiene muchas lecturas, distintas maneras de verla, de percibirla”.
“En toda la época del nuevo cine chileno había una mística y una religiosidad hasta en los equipos. Ahora a mí, y a cualquiera, le parece imposible hacer una película de esta envergadura, de esta duración, con esta cantidad de actores. Eso es lo que yo más destaco, tiene más que ver con el espíritu, de la manera cómo se trabajaba en el cine y televisión en este país”.
Finalmente, la actriz hizo una invitación a “recuperar ese espíritu, sobre todo los más jóvenes que están estudiando teatro, que están estudiando cine, porque yo creo que lo fundamental en una obra de esta naturaleza es el equipo de trabajo”.
Todos los martes del mes, a las 19:00 hrs en la Sala Enrique Sazié de la Casa Central de la Universidad de Chile, la Sala Sazié – Cineclub exhibirá ciclos de cine gratuitos y abiertos a todo público, cuyo objetivo es debatir en torno a las obras y a temáticas contingentes, además de generar públicos críticos capaces de reflexionar sobre las formas de ver y hacer cine.
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