Desde las humanidades

Investigadores y autoridades de la U. de Chile reflexionaron sobre los neofascismos latinoamericanos

Pensar los neofascismos desde las humanidades
La inauguración del año académico del CECLA se realizó en el auditorio Rolando Mellafe.
La inauguración del año académico del CECLA se realizó en el auditorio Rolando Mellafe.
Grínor Rojo, académico del CECLA, revisó uno de los discursos del dictador de Argentina, Jorge Rafael Videla.
Grínor Rojo, académico del CECLA, revisó uno de los discursos del dictador de Argentina, Jorge Rafael Videla.
"Es central que la universidad pública tenga muros porosos para poder escuchar y dialogar con los movimientos sociales", dijo Faride Zeran.
"Es central que la universidad pública tenga muros porosos para poder escuchar y dialogar con los movimientos sociales", dijo Faride Zeran.
Pensar los neofascismo desde las humanidades

Para inaugurar un nuevo año de trabajo de este centro de la Facultad de Filosofía y Humanidades y para relevar el trabajo desarrollado por los programas del postgrado en Estudios Latinoamericanos, este jueves 11 se realizó el encuentro "Neofascismos en América Latina y los desafíos para la izquierda". El 2019 el magíster que coordina la académica Claudia Zapata cumple 25 años, y 16 años el doctorado que coordina la profesora Alejandra Vega.

En la apertura de este ciclo 2019, el nuevo director del CECLA, José Luis Martínez, subrayó la necesidad de contribuir a pensar el país latinoamericanamente, apoyando la formación comunidades y su tarea, desde las Humanidades, de pensar América Latina.

Por su parte, el decano Carlos Ruiz Schneider, celebró la iniciativa de reflexionar sobre un tema que se sitúa en el presente, destacando la necesidad de subrayar el sentido crítico de las humanidades y su importancia para pensar América Latina.

"Todo presente es un presente del pasado y ese pasado es el de las dictaduras"

La vicerrectora Faride Zeran realizó un recorrido por la respuesta intelectual y artística necesaria para enfrentar el neofascismo y la crisis de la izquierda. “Es en el terreno de la intolerancia y de la circulación de los discursos de odio donde se nutren los neofascimos locales, atizados por una derecha conservadora y nostálgica de los cuarteles y de la calma de las noches con toque de queda”, señaló.

Así, una de las claves, para la vicerrectora, es "el surgimiento de movimientos sociales de impacto como los feminismos, que contribuyen a que sea posible pensar no solo una resistencia cultural a este fenómeno, que es muy complejo, sino también la articulación de discursos, acciones y proyectos que impidan que seamos el próximo objetivo de los neofascismos”.

Recogiendo las palabras de la filósofa Judith Butler en su visita a la U. de Chile, Faride Zeran señaló que pasa a ser central que la universidad pública tenga muros porosos para poder escuchar y dialogar con los movimientos sociales, dado que en el actual contexto "se está jugando el futuro de las nuevas generaciones”, finalizó. 

Por su parte, Mia Dragnic planteó que para abordar el neofascismo en América Latina es preciso entender la crisis asociada a un entendimiento del neoliberalismo como única opción viable. En este sentido, su propuesta para abordar este escenario complejo y multidimensional fue establecer el lugar del feminismo -y la huelga feminista en un sentido amplio e incluyente- como posibilidad para transformar las condiciones actuales que han precarizado la vida.

“El feminismo está en un interesante proceso de politización que busca interrumpir la continuidad histórica del capitalismo y desmantelar las instituciones y relaciones que oprimen a la clase trabajadora y especialmente a las mujeres”, analizó.

Para Mia Dragnic “es necesario reimaginar la justicia de género de una forma anticapitalista y anticolonial para responder a los desafíos que imponen nuestros tiempos. Esta comprensión en torno al trabajo hace del feminismo un lugar amplio e incluyente de toda la clase trabajadora. La actual rebelión feminista puede tener la fuerza necesaria para convertirse en un movimiento que reúna y convoque a todas las experiencias anticapitalistas”.

En su turno, Grínor Rojo leyó un fragmento de un discurso del dictador argentino Jorge Rafael Videla, el cual, en su perspectiva histórica, permanece absolutamente vigente: "todo presente es un presente del pasado y ese pasado es el de las dictaduras". Como en una radiografía ideológica en la que vinculó la experiencia del terrorismo de Estado con el concepto de totalitarismo, el profesor Rojo caracterizó a Videla como un personaje donde "la duda no tiene cabida, donde todo lo que dice lo formula como el producto de una ciencia infusa que lo convierte en propietario de verdades reveladas que no requieren ni de argumentos ni de pruebas".

En Videla el tema es la subversión y la “traición” a lo que denomina un “destino nacional universal, fijo y definitivo”, la cual merece el castigo a través de las Fuerzas Armadas del país. “Es significativo que en la alocución de Videla la ley brille por su ausencia. En su pensamiento, los subversivos no lo son contra la ley, sino contra algo que es más hondo y más grave, contra la naturaleza misma de los seres y las cosas. El Estado de derecho ha desaparecido de este mapa teórico”, apunta.

En esta línea, Claudio Alvarado Lincopi se refirió a la urgencia de pensar que el proyecto autoritario en América Latina nunca se ha ido y que la dictadura no fue derrotada. En este sentido, asumió la necesidad de una construcción utópica y de la vuelta del mito como una potencia. “Así como el neofascismo, o la derechización, beben de un proyecto autoritario nunca vencido, la política radical debe beber de un horizonte histórico oprimido, pero no vencido, como dice Silvia Rivera Cusicanqui”.

“La izquierda, desde mi punto de vista, debe champurriarse, mancharse de indio, prefigurar y proyectar desde las temporalidades profundas de este territorio, es decir, deben estudiar historia, la izquierda debe estudiar historia. La realidad será transforma desde sus propias entrañas”, enfatizó.