Diálogos con ex Senadores

Concejala Irací Hassler: "Mi periodo en el Senado estuvo marcado por el interés de todos y todas de fortalecer la educación pública"

Entrevista a la concejala y ex Senadora Universitaria Irací Hassler
Irací Hassler, concejala de Santiago y ex Senadora Universitaria.
Irací Hassler, concejala de Santiago y ex Senadora Universitaria.

¿Cómo influyó en su vida su participación en un espacio tan particular como el Senado Universitario?

Me marcó bastante mi periodo en el Senado Universitario. Pude conocer una mirada más transversal de la universidad y salir de esa lógica de feudos que siempre ha funcionado en la U. de Chile, abriendo una perspectiva que también supera esta lógica de estamentos -estudiantes, por un lado; profesoras y profesores, por otro; funcionarios y funcionarias-.

Es un esfuerzo interesante el aglutinar miradas y poder debatir políticamente -con la perspectiva educacional que tenemos- sobre hacia donde queremos que vaya el aporte de la U. de Chile. Eso fue muy significativo respecto a cómo vamos entendiendo la democracia al interior de los espacios educativos.

¿Qué la motivó a postular al Senado Universitario?

Conocía al Senado Universitario cuando fui candidata, pero no tanto. Me imaginaba algunas cosas sobre cómo podría funcionar, pero fue muy distinto. Al estar dentro me di cuenta del tipo de debate que se daba, de las cosas que se podían definir en este espacio, y pude conocer también lo bueno y lo malo de la institucionalidad -a veces, muy reacia a los cambios-. Entonces, en el proceso nos fuimos dando cuenta de hartas cosas de la universidad: de la riqueza que tiene, pero también de ciertas trabas e impedimentos. Fue un proceso de mucho aprendizaje.

¿De qué forma incidió su paso por el Senado Universitario en su carrera profesional y política?

Creo que lo principal ha sido la posibilidad de diálogo, buscando ponerle una mayor altura y proyección a esa discusión. Yo venía de un espacio más estudiantil (FECh, Confech, etc), que tiene una dinámica súper rápida, de marcar la movilización. El Senado era un espacio más pausado, de pararse y mirar hacia dónde queremos ir, cuál es el carácter que esperamos de la U. de Chile.

Además, es muy importante recoger la historia y hacernos cargo de esos compañeros y compañeras que dieron grandes luchas para que existiera un espacio como el Senado Universitario. Eso implicó, en mi trabajo posterior, una responsabilidad con lo que uno asume. Te das cuenta que hay procesos anteriores que han significado cosas relevantes, y nosotros tenemos la tarea de continuarlos y llevarlos adelante. Yo creo que esos elementos me deja el Senado.

¿Qué acciones del Senado destacaría respecto a su aporte a la Universidad o al país?

Se han hecho hartas cosas importantes. Lo primero es la existencia en sí misma del Senado. A mí me ha tocado hablar varias veces de democracia universitaria, al calor incluso de la discusión de las nuevas universidades que se crearon. Y el aporte del Senado tiene que ver con decir que sí es posible tener un espacio de diálogo e intercambio que supere esta lógica mercantil de los procesos educativos. Ese es un primer aporte que hace el órgano triestamental de gobierno. 

Respecto a temas más particulares, creo que avanzamos en varias cosas. Por ejemplo, hicimos un Reglamento de Remuneraciones. Nos empezamos a dar cuenta que la Universidad de Chile –la universidad pública por excelencia, que tiene un sentido de equidad de género- tenía remuneraciones absolutamente dispares entre académicos y académicas. Esto, porque había mucho espacio para la arbitrariedad. Entonces, cada vez que existía un espacio para la arbitrariedad eso repercutía en que las mujeres tuvieran peores remuneraciones –con los mismos grados académicos, la misma cantidad de horas, etc-. Por lo tanto, empezamos a reducir ese espacio para la arbitrariedad y a establecer criterios objetivos respecto de las remuneraciones.

También hicimos la Política de Equidad e Inclusión, que ha sido bien importante. Planteó elementos significativos en ese momento, y hoy al calor del movimiento feminista puede seguir mejorándose.

Además, hicimos votos políticos. Estábamos en medio de la movilización social del 2011, que nos había incentivado mucho a jugar un rol más potente. Y cuando se discutió el tema de los aranceles –porque la ratificación presupuestaria pasa por el Senado- hicimos un voto político y planteamos que se debía cobrar aranceles en la medida en que no tengamos aún las condiciones de gratuidad. Quizás en la práctica era el mismo monto el que se cobraba, pero cambiaba completamente la lógica con la cual la U. de Chile estaba pensando el pago de las universidades. Entonces, son elementos que considero significativos y que van aportando a esa construcción de universidad pública.

Creo que el periodo en el que participé en el Senado estuvo muy marcado por el sentido de todos y todas de fortalecer la educación pública. Eso se hizo presente en las distintas discusiones que dimos.

¿Cuál es la importancia del órgano superior para la Universidad de Chile y el país?

El Senado Universitario tiene una tremenda experiencia y aprendizaje que aportar. Sin embargo, también tiene aspectos que mejorar. En nuestro periodo avanzamos tremendamente en una reforma a los estatutos de la universidad que apostara a una mayor democratización. Yo creo que el Senado es un avance democratizador, pero todavía puede profundizarse muchísimo más para ser más efectivo y tener atribuciones que no dependan finalmente sólo de la Rectoría, sino que el Senado efectivamente pueda definir los caminos institucionales que va a tener la U. de Chile

¿Cómo ha sido su experiencia como concejala de Santiago?

Ha sido una experiencia de aprendizaje, harto debate, de poner elementos programáticos sobre la mesa, de mucha discusión con la alcaldía, con quien no compartimos varios elementos. Por tanto, son instancias de harta pelea –en el buen sentido de la palabra- y harto diálogo. Y yo creo que la experiencia del Senado nos ha nutrido para eso.

Ambos espacios son cuerpos colegiados. Entonces, tienen similitudes en términos de roles fiscalizadores y también normativos, y en eso nos ha aportado harto la experiencia del Senado. Y en la responsabilidad de observar esos temas, en el rol que cada uno y cada una cumple.

Por lo tanto, ha sido una experiencia bien interesante y rica, con algunos pequeños problemas también, porque se trata de una comuna diversa e interesante. Pasan muchas cosas aquí, hay muchos actores y organizaciones. Creo que eso es una gran riqueza.

Además, en cuanto al Senado, creo que logramos acercarlo más a la comunidad universitaria, y eso es lo que hemos buscado hacer desde la concejalía. Son espacios que a veces podrían estar muy alejados discutiendo cosas y eso no tiene sentido, porque los cambios que se discuten sin la comunidad después difícilmente van a generar efecto. Entonces, buscar que las comunidades tengan un arraigo con lo que se discute acá, que lo que pasa en la comunidad influya en lo que se está discutiendo -en este caso en el concejo municipal- me parece relevante. Es algo que también buscamos impulsar en su momento la gran mayoría o todos los miembros del Senado Universitario.