“Backbone de fibras oscuras” y “equipos de altas prestaciones” son algunos de los conceptos que describen la nueva red de alta velocidad que presentó la Universidad de Chile y que potencia la conectividad tanto para las necesidades de propósito administrativo y general, como las ligadas al ámbito de académicos e investigadores. La moderna infraestructura permitirá conectar las diferentes unidades académicas con las capacidades que la Universidad requiera. La velocidad actual del sistema es de 10Gbps, pero puede aumentar hasta más de 10 veces mediante el cambio de algunos equipos.
La primera foto de un agujero negro supuso el análisis de 5 petabytes, es decir, 5.000 terabytes. Los científicos están utilizando cada vez más información en sus procesos y eso implica que la Universidad debe entregarle las herramientas para la investigación actual y futura. “Esta red es la llave fundamental para el futuro de nuestra Universidad, para desplegar todos los cambios de transformación digital que tenemos que hacer en investigación y docencia”, afirmó José Miguel Piquer, académico y director del Servicio de Tecnologías de la Información de la Casa de Bello, servicio que estuvo a cargo del desarrollo de la nueva infraestructura.
“Que se puedan hacer clases a distancia desde cualquiera de los campus, sin nunca estar preocupados de qué calidad de red vamos a tener; poder hacer proyectos de investigación que usen la red en forma novedosa, que intercambien enormes volúmenes de datos y que sean capaces de procesarlos a distancia utilizando las distintas capacidades computacionales que existen distribuidas por la universidad, todo eso solo es posible si tenemos una red confiable de altísima velocidad y siempre disponible”, añadió Piquer.
Actualmente la cantidad de datos mundial se duplica cada tres años. “Por eso esta nueva red la diseñamos con visión de futuro, la fibra tiene la posibilidad de crecer de acuerdo a las necesidades de la Universidad sin tener que renegociar por capacidad con proveedores externos”, comentó el ingeniero y director de Tecnología de la Universidad, Alvise Bolsi.
Hasta octubre del año pasado, la red que comunicaba a los campus y facultades de la Universidad estaba basada en capacidades máximas de 1Gbps, la que era compartida entre los diferentes servicios como Telefonía IP, Internet y WiFi que son usadas diariamente por la comunidad de estudiantes, funcionarios y académicos.
Las fibras ópticas utilizadas al interior de cada Campus son del más alto estándar tecnológico disponible, éstas son desplegadas y mantenidas por proveedores externos, pero la inteligencia sobre la fibra – es decir, los equipos con capacidades de 10Gbps o más – y la operación de la red, está a cargo de ingenieros de la Universidad.
Experiencia
Dentro del proceso de construcción de la Red de Alta Velocidad, se realizó un piloto en el que participó el Centro de Informática Médica y Telemedicina (CIMT), de la Facultad de Medicina, organismo universitario que tiene procesos de investigación que generan hasta 2TB de información por muestra.
El centro tiene necesidades de transferir sus datos desde Campus Dra. Eloísa Díaz a Campus Andrés Bello y Campus Beauchef, en el primero para almacenamiento y en el segundo para procesamiento. Con las capacidades de la nueva red, el CIMT puede transferir su información en cuestión de algunas horas en lugar de varios días si se hubiese usado la red anterior, explicó Bolsi, quien lideró el proyecto.
El subdirector de CIMT y académico de la Facultad de Medicina, Mauricio Cerda, destacó el aporte de la nueva red al trabajo de investigación. “La nueva red 10Gb plantea oportunidades, por ejemplo la posibilidad de tener recursos centrales en el DSTI y utilizarlos a muy rápida velocidad en cualquier facultad de la Universidad. Esto, de manera natural, favorece la colaboración entre las diferentes unidades, y replantea las ventajas de compartir capacidades por ejemplo entre facultades y unidades como el DSTI”.
“Creo que iniciativas como la red 10Gb contribuyen a hacer de la investigación más integral, y de esta manera a hacerla globalmente más competitiva y con un mayor impacto”, añadió.
La Red de Alta Velocidad también fue equipada con sistemas de seguridad robustos. “Se instalaron firewalls de última generación no sólo a nivel central sino que también a nivel de Campus y Facultades, con el objetivo de implementar altos estándares de seguridad. Todo esto fijó las bases para tener una red escalable, flexible y de alta calidad, lo que, a su vez permite contar con conectividad de alta velocidad no solo para el quehacer general y administrativo de la Universidad sino que también poner a disposición de nuestra comunidad académica un nuevo servicio de conectividad express entre Facultades, así un académico/investigador podrá hacer transferencias de datos al menos 10 veces más rápido que con la red anterior”, concluyó Bolsi.